Dirección: Pedro Almodóvar.

Guión: Pedro Almodóvar (historia). Pedro Almodóvar y Terry Lennox (guion). 
País: España.
Año: 1982.

Genero: Comedia.
Duración: 100 min.

Titulo Original: Laberinto de Pasiones.
Elenco: Cecilia Roth (Sexilia), Imanol Arias (Riza Niro), Helga Liné (Toraya), Antonio Banderas (Sadec), Marta Fernández Muro (Queti), Fernando Vivanco (Doctor), Ofelia Angélica (Susana), Ángel Alcázar (Eusebio), Concha Grégori (Angustias).

Producción: Pedro Almodóvar.

Musica: Pedro Almodóvar, Bernardo Bonezzi y Fabio McNamara.

Laberinto de Pasiones

Por Maximiliano Curcio

     Sinopsis: Cualquier locura puede hacerse realidad en medio de un Madrid catártico. La acción se centra en la pareja de Sexilia, una joven erotómana, y Riza Niro, el hijo del derrocado emperador de Tirán, aficionado a los hombres y a la cosmética.

* * * * * / MUY BUENA

Pese a ciertas limitaciones obvias de un cineasta debutante, con "Pepi, Luci, Bom y otras Chicas del Montón", Almodovar mostraba un carácter revolucionario, audaz y se percibía en ciernes a un director fuera de lo común. Tal muestra de talento encuentra en "Laberinto de Pasiones" a un film superior, evolucionado aunque diferente al anterior, si bien no perfecto. Como introducción a lo que seria para el realizador español una década prodigiosa, el film es un digno exponente de las obsesiones y las pasiones de Almodovar: su Madrid natal como centro del relato, que es la quintaesencia de sus films, como Nueva York lo es para Allen, si tal comparativo vale dado el paralelismo que ha habido entre sendos artistas, sus puntos de vista y sus obras.

Almodovar cuenta para esta historia con un puñado de personajes, muy disímiles entre si: un terrorista islámico (Antonio Banderas, actor fetiche del director), el hijo de un jerarca (Imanol Arias, en una de sus pocas colaboraciones con Almodovar), una cantante ninfomana (Cecilia Roth, muy joven, en auspicioso debut), una mujer poderosa que busca concebir un hijo por inseminación artificial y otros caracteres menores, unos más bizarros que otros que dan al film sustento y cuyas vidas se encarga Almodovar de cruzar, por el factor casualidad, el cual utiliza para crear humor así sea este en la mas extraña de las situaciones y para así explorar y estimular sus obsesiones mas profundas, tal el laberinto de pasiones que al titulo remite..

La puesta en escena es almodovariana ciento por ciento, una fotografía colorida, hasta desbordante por momentos, con diálogos graciosos que apuestan al doble sentido, un ritmo y un matiz para las escenas mas determinantes que apuntan a dar al film un toque de comedia sexual, acentuando el lado (oscuro, ambiguo) de la sexualidad de los personajes. Potencialmente, con el correr del tiempo, todo material que en pantalla presente Almodovar, resultara blanco de polémicas dado el carácter irreverente de la mirada bien personal y aguda del director, ya sea como en este caso explorando las relaciones de pareja, la concepción, el travestismo o como lo haría en films futuros con los homosexuales, la iglesia, las relaciones entre madres e hijo, vetas dramáticas que Almodovar sabe interpretar y expresar como nadie.