María
Candelaria
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis: En 1909, María Candelaria y Lorenzo Rafael, pareja
nativa de Xochimilco, desean casarse a pesar de que las
circunstancias les son totalmente adversas. La gente del pueblo
hostiliza a María Candelaria por ser hija de una prostituta y la
pareja debe enfrentar la avaricia del tendero don Damián, quien en
secreto desea a la joven. Cuando María Candelaria enferma de
paludismo, Lorenzo Rafael roba quinina y un vestido en la tienda de
don Damián. El robo desencadena la tragedia para la joven pareja de
enamorados.
* * * * / MUY BUENA
Además de ya contar con una extensa videoteca de clásicos reseñados
en su sección, los críticos de LZC no le escapan a ningún tipo de
geografías ni épocas a la hora de evaluar cinematografías. Es ahora
el caso del cine de oro mexicano, que transcurrió entre las décadas
del ’30 y del ’40. El film presenta, por primera vez en la
filmografía de Emilio Fernández, el tema de la inocencia y la pureza
indígenas. Al idealizar a los indios, el director no los ve como
parte de la población mexicana, sino como una especie de secta
marcada por un sino fatal que bien merece la sublimación
compensatoria al modo de los “nativos” de Hollywood. El indígena
puro, víctima de la opresión y de las injusticias de mestizos y
blancos, protagonizará otras películas del “Indio” Fernández,
particularmente “La
Perla” (1945)
y “Maclovia”
(1948), donde se reiteraría dicha temática.Una
fábula fatalista que goza de la reputación de ser una de las cumbres
del cine mexicano. De grandes virtudes técnicas, la película tiene
una apariencia maravillosa y singular, sobre todo el uso del paisaje
y los canales del lugar llamado Xochimilco para crear un mundo
apartado, casi de fantasía, apoyado en el gran uso de la fotografía.
Toda la historia tiene el carácter del despliegue de un destino
establecido por medio del fatalismo que persigue a sus personajes.
El destino trágico de ellos surge del aritificio del director.
María
Candelaria fue el papel consagratorio que condujo la carrera de
Dolores del Río, quien sostuvo otras intervenciones con Emilio
Fernández. Este papel elevo a Dolores del Río a la categoría de diva
del cine mexicano a la altura de la gran Maria Félix. Posteriormente
Del Río actuaría junto a Elvis Presley a las órdenes de Don Siegel
en “La Estrella de Fuego” y junto a Joseph Cotten y Orson
Welles en Estambul. Para Pedro Armendáriz, su contrafigura, fue su
consolidación como estrella estandarte de ese pequeño star system
que formo el cine de oro mexicano. Su laureada carrera,
posteriormente, alternaría títulos en su país de origen como por
ejemplo “Ni Sangre ni Arena” del gran Cantinflas con films
rodados den Hollywood, del que se recuerdan el western “Los Tres
Padrinos” de John Ford y junto a John Wayne, “El Indulto”
junto a Herny Fonda (y la propia Dolores del Río) y también a las
ordenes de Ford y la exitosa “Desde Rusia con Amor” de la
celebre novela de Ian Fleming.
La película es una obra maestra fotografiada con el
sello de Gabriel Figueroa en sus mejores momentos de esplendor
artístico. Esa vida retirada en comunión con una naturaleza cada vez
más corrompida por el hombre, se verá violada y masacrada por el
destino contrarreformista y cruel, mostrando a los hombres en sus
luchas de poder, valentía y amoríos.
El
cine de Emilio Fernández fue el único de esa época que mantuvo una
relación abierta con el tema revolucionario. Curiosamente, el cine
mexicano de la época de oro ha quedado "marcado" por la estética de
la revolución, aunque en realidad fueron pocas las películas que se
realizaron con ese tema durante la guerra, y casi todas fueron
filmadas por Fernández.
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