Dirección: Billy Wilder.

Guión: James M. Cain (novela). Billy Wilder y Raymond Chandler (guión). 

País: EE.UU.
Año: 1944.

Genero: Noir.
Duración: 110 min.

Titulo Original: Double Indemnity.
Elenco: Fred MacMurray (Walter Neff), Barbara Stanwyck (Phyllis Dietrichson), Edward G. Robinson (Barton Keyes), Porter Hall (Sr. Jackson), Jean Heather (Lola Dietrichson), Tom Powers (Sr. Dietrichson), Byron Barr (Nino Zachetti).

Música: Johnny Mercer, Miklós Rózsa y Victor Schertzinger.





 

Pacto de Sangre

Por Maximiliano Curcio

 

     Sinopsis: Walther Neff es un agente de seguros. Herido de un balazo, en un despacho solitario al que ha llegado en su coche haciendo zig-zags, de noche, registra en un magnetofón una confesión dirigida a su amigo y colega Barton Keyes... Cuando trataba de hacer firmar una póliza de seguros a Phyllis Dietrichson, es seducido por ella. Se establece entre los dos una tórrida atracción mutua. Phyllis no tarda en convencer a Walter para que le ayude a eliminar a su marido, al que detesta, con el objetivo principal de cobrar el seguro de vida.

    

* * * * * / EXCELENTE

 

Estamos ante una de las más grandes películas pertenecientes al cine noir jamás realizadas. Considerada una obra maestra, absorbente y trágica que combina sordidez y pasión para mostrar a una de las femmes fatales más fascinantes de la historia del cine, una inagotable fuente de maestría que marcó los códigos visuales del género. Códigos visuales que por aquellos años imponía con firmeza un genero que había nacido en los años '30 derivando de los films de crimen gangsteriles y  lo de investigación y misterio, que ganaba cada vez mas terreno y se asentaba en las manos de sólidos cineastas como Orson Welles ("El Extraño"), John Huston ("El Halcón Maltes") o Carol Reed ("El Tercer Hombre").

Billy Wilder llevo la intriga al punto culmine, en el agobiante límite de la conciencia de sus protagonistas y la complicidad del espectador, sabedor del casi imposible acometer de un crimen perfecto. Soberbia en el arte de la iluminación, la puesta en escena juega un rol fundamental para que los diálogos consistentes e intrigantes hagan el resto. El relato inundado de elementos detectivescos se llena de tensión, engaños y mentiras, en un clima bien reconocible para el genero: la atmósfera en blanco y negro que denota el tono de melancolía, desilusión, corrupción y culpa. La historia narrada es un círculo que gira entorno al espectador, quien lo ve todo, lo anticipa todo, lo sabe todo. Héroes y antihéroes resuelven a los ojos del espectador sus dilemas morales. El expresionismo que plasma Wilder en su obra deja ver el costado inhumano de estos personajes llevados a la irremediable fatalidad por culpa de sus desmedidas ambiciones.

La dupla de actores se complementa  a la perfección: Fred McMurray entre inocente o inmoral llega al punto de matar por amor y entrar en un camino sin retorno que lo precipita mas y mas a sus infiernos y Barbara Stanwick compone a una de las femme fatales mas memorables de todos los tiempos, un arquetipo mas reconocible para los estándares del genero donde los dobleces, las manipulaciones y ambigüedades van dejando ver su verdadera identidad, aunque ya sea demasiado tarde.

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