Rebecca,
Una Mujer Involvidable
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis: Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el
aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una
joven humilde, dama de compañía de una señora estadounidense.
Poco después, De Winter y la joven se casan, y ambos van a la mansión
inglesa de Manderley, residencia habitual de De Winter. Pronto la señora
Winter se da cuenta de que no puede borrar en su marido el recuerdo
de su difunta esposa.
*
* * * * / EXCELENTE
Esta
película es un hito en la filmografía de Alfred Hitchcock y por
mas de una razón: es el film que marca una bisagra en la obra del
director, es la primera película que rueda en Estados Unidos, vale
decir, fuera de Inglaterra y con la cual iniciaría la etapa más
fructífera y recordada de su carrera, además de ser el único film
que ganase el premio Oscar a la mejor película, mas allá de las
otras nominaciones que Hitchcock no pudo ganar posteriormente. También
seria la primera colaboración el exitoso productor David O.
Selznick, un gigante de la producción por aquellos años, un hombre
de gran poder y enorme influencia, responsable en parte del gran éxito
de "Lo que el Viento se Llevo" y quizás también
un nombre de peso que inclino la balanza de la Academia en favor del
film a la hora de otorgar la estatuilla tan codiciada.
Con
la imponente y fantasmal mansión Manderley como fondo que parece
ser el ámbito ideal para albergar a este drama oscuro, la historia
se desarrolla en medio del turbulento amor de la pareja que
impecablemente componen Laurence Olivier y Joan Fontaine, estrellas
verdaderas de la época. El clima angustiante de la historia
acrecienta la inquietud acerca de la moralidad de los personajes y
su verdadero rol, objeto que aprovecha Hitchcock para plantearnos
sus dudas y transmitirnos esa provocación que bien sabe infundir:
en el acoso que sufre el personaje de Fontaine, inmersa en los
recuerdos de la difunta Rebecca ve reprimida sus sospechas por la
turbia historia que poco a poco conoce, un espíritu que perdura imaginario
y perdurable, mientras la verdad sobre ella se revela de forma trágica
y amenaza desde el pasado con arruinar el romance del presente, como
una sombra que oculta secretos.
Hitchcock
maneja con maestría los hilos del suspenso psicológico para
adaptar al cine una novela gótica y lúgubre a la que le falta la
ironía y el sarcasmo de otras obras del realizador, pero le sobra
tensión y nerviosismo para retratar esta historia entre romántica
y misteriosa. De atmósfera ominosa, el enigma y la extrañes
envuelven a la historia y sus personajes, donde de manera casi cruel
y mediante acertados giros en la trama, se revelan las más
bajas intenciones de sus personajes y el manejo ambiguo de la
moralidad de la historia, que como marca registrada del maestro del
suspenso se muestra perturbadora y atrapante, mientras el maestro
nos lleva por caminos que el conoce mejor que nadie: desde la
compasión que sentimos por la sufrida Sra. de Winter, pasando por
el recuerdo nostálgico de una vida truncada como la de Rebecca
hasta llegar a la comprensión del tormento interior y la culpa del
Sr. de Winter.
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