Dirección: Alfred Hitchcock.

Guión: Daphne Du Maurier (novela). Philip MacDonald y Michael Hogan (adaptación). Robert E. Sherwood y Joan Harrison (guión).
País:
 EE.UU.
Año: 1940.

Genero: Drama.
Duración: 130 min.

Titulo Original: Rebecca.
Elenco: Laurence Olivier ("Maxim" de Winter), Joan Fontaine (La Segunda Sra. de Winter), George Sanders (Jack Favell), Judith Anderson (Sra. Danvers), Nigel Bruce (Mayor Giles Lacy), Reginald Denny (Frank Crawley), C. Aubrey Smith (Coronel Julyan), Gladys Cooper (Beatrice Lacy), Florence Bates (Sra. Edythe Van Hopper).

Producción: David O. Selznick.

Musica: Franz Waxman.





 

Rebecca, Una Mujer Involvidable

Por Maximiliano Curcio

 

     Sinopsis: Al poco tiempo de perder a su esposa Rebeca, el aristócrata inglés Maxim De Winter conoce en Montecarlo a una joven humilde, dama de compañía de una señora estadounidense. Poco después, De Winter y la joven se casan, y ambos van a la mansión inglesa de Manderley, residencia habitual de De Winter. Pronto la señora Winter se da cuenta de que no puede borrar en su marido el recuerdo de su difunta esposa.

   

* * * * * / EXCELENTE 

 

Esta película es un hito en la filmografía de Alfred Hitchcock y por mas de una razón: es el film que marca una bisagra en la obra del director, es la primera película que rueda en Estados Unidos, vale decir, fuera de Inglaterra y con la cual iniciaría la etapa más fructífera y recordada de su carrera, además de ser el único film que ganase el premio Oscar a la mejor película, mas allá de las otras nominaciones que Hitchcock no pudo ganar posteriormente. También seria la primera colaboración el exitoso productor David O. Selznick, un gigante de la producción por aquellos años, un hombre de gran poder y enorme influencia, responsable en parte del gran éxito de "Lo que el Viento se Llevo" y quizás también un nombre de peso que inclino la balanza de la Academia en favor del film a la hora de otorgar la estatuilla tan codiciada.  

Con la imponente y fantasmal mansión Manderley como fondo que parece ser el ámbito ideal para albergar a este drama oscuro, la historia se desarrolla en medio del turbulento amor de la pareja que impecablemente componen Laurence Olivier y Joan Fontaine, estrellas verdaderas de la época. El clima angustiante de la historia acrecienta la inquietud acerca de la moralidad de los personajes y su verdadero rol, objeto que aprovecha Hitchcock para plantearnos sus dudas y transmitirnos esa provocación que bien sabe infundir: en el acoso que sufre el personaje de Fontaine, inmersa en los recuerdos de la difunta Rebecca ve reprimida sus sospechas por la turbia historia que poco a poco conoce, un espíritu que perdura imaginario y perdurable, mientras la verdad sobre ella se revela de forma trágica y amenaza desde el pasado con arruinar el romance del presente, como una sombra que oculta secretos. 

Hitchcock maneja con maestría los hilos del suspenso psicológico para adaptar al cine una novela gótica y lúgubre a la que le falta la ironía y el sarcasmo de otras obras del realizador, pero le sobra tensión y nerviosismo para retratar esta historia entre romántica y misteriosa. De atmósfera ominosa, el enigma  y la extrañes envuelven a la historia y sus personajes, donde de manera casi cruel y mediante acertados giros en la trama, se revelan las más bajas intenciones de sus personajes y el manejo ambiguo de la moralidad de la historia, que como marca registrada del maestro del suspenso se muestra perturbadora y atrapante, mientras el maestro nos lleva por caminos que el conoce mejor que nadie: desde la compasión que sentimos por la sufrida Sra. de Winter, pasando por el recuerdo nostálgico de una vida truncada como la de Rebecca hasta llegar a la comprensión del tormento interior y la culpa del Sr. de Winter.

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