Tributo a Orson Welles

Por Maximiliano Curcio

 

TRIBUTO A ORSON WELLES (1905-1985): CON ÉL, CAMBIO TODO

 

Genio y figura. No habrá otro igual. Es un caso de trascendencia única este multifacético Orson Welles de quien el pasado 10 de Octubre se cumplieron 20 años de su muerte. Y su desaparición física, a los 70 años, se produjo justo a tiempo cuando los críticos de la época y el publico que durante tanto años le diera la espalda comenzaban a reconocerlo con el talento que tuvo y con la trascendencia que su figura implico para un autentico pionero e inventor que revoluciono las bases del cine de su tiempo y del futuro. Para entender la permanencia de su figura a lo largo de los años y lo que su obra contribuyo al progreso del cine basta evidenciar el adelanto cronológico de sus obras en cuanto a una técnica depurada gracias a recursos renovados y a una narrativa dramática desconocida hasta entonces. también, y como muchas de sus películas lo muestran, sentó las bases para la evolución en la puesta en escena, el cine de autor y el genero noir

Welles, desde muy chico, comenzó desarrollando sus aptitudes artísticas representando obras de William Shakespeare, su gran obsesión de la juventud, hasta que tanto ahínco tuvo su recompensa cuando puedo llegar a representar en Broadway varias de las grandes obras del celebre escritor ingles. Su gran suceso en Broadway le abrió las puertas de la radio, donde en un espacio radial propio llevo a cabo un 30 de Octubre de 1938 su famosa adaptación de la novela de H.G. Wells "La Guerra de los Mundos", el semejante suceso de tal impactante puesta en el aire sobre la ficticia invasión extraterrestre le abrió las puertas a los estudios RKO quienes le ofrecieron un contrato para filmar películas a su gusto y placer, mientras que la manera en que Welles se abrió paso en el mundo artístico (con semejante escándalo y conmoción), daba muestra de su personalidad rebelde y arrolladora.

Su primera película resulto ser su obra mas impactante, si bien a lo largo del tiempo y no en inmediato: "El Ciudadano" (1941) revoluciono el ambiente del cine por aquellos años, desde las polémicas y enfrentamientos entre Welles y los estudios que dieron de comer a las malas lenguas durante muchos años, hasta el posterior estreno del film y su fracaso rotundo de taquilla por culpa de una prohibición en la distribución mas la indiferencia del publico, ambos injustos, por cierto. Al film le seguiría "El Cuarto Mandamiento" (1942) adaptado de la homónima novela ganadora del premio Pullitzer y "El Extraño" (1946), dos films tan indispensables como brillantes, a los que por cuestiones del destino tampoco le depararían buena suerte en los años inmediatos, con los cual Welles se refugiaría en Europa y solo volvería a Hollywood en la década del '40 animado por su amigo personal Joseph Cotten y co-protagonista del film para un inolvidable papel secundario en "El Tercer Hombre" (1948) y para filmar su muy personal "La Mujer de Shanghai" (1947) junto a su por entonces esposa Rita Hayworth. Antes de finalizar la década, Welles se mantendría muy activo aquellos años dando vida a un sueño que lo había perseguido durante muchos años: por fin podría concretar su propia adaptación de una de las obras de su predilecto Shakespeare: "MacBeth" (1948). La critica, a pesar de tanto revuelo, le reconocía su capacidad de artesano, aunque se le criticaba cierta tendencia a no involucrarse del todo en sus proyectos.

Welles volvería a insistir en su particular visión sobre el mundo shakespeariano con "Othello" (1952) para luego rodar con menor suerte "Mr. Arkadin" (1954), fracaso que desanimaría a Welles quien incurriría en otro de sus periodos de ostracismo, periodo del cual Charlton Heston forzó a salir y le obligo a volver de Europa para filmar "Sed de Mal" (1958), un policial impecable que traería enormes disputas con los estudios (quienes dado la fama de incorregible de Welles nunca le otorgaron libertad absoluta para trabajar), las cuales finalizaron con una edición final del film a disgusto de Welles quien jamás lograría ver la propia versión del mismo editada y conocida en 1998.

En sus episodios donde no rodaba películas, Welles se permitía ejercitar como actor en roles secundarios de films casi siempre de buena elección y convertidos en clásicos a la postre como "Moby Dick" (1956), "Un Largo y Cálido Verano" (1958), "Un Hombre para la Eternidad" (1966) y "Casino Royale" (1967). "Campanadas a la Medianoche" (1966) fue quizás su ultima gran obra y bien vale para sintetizar la total filmografía de Welles: una película hecha sobre su mas intima y personal obsesión, la obra de Shakespeare, un proyecto llevado adelante con esfuerzo y sacrificio por un hombre que siempre tuvo problemas para financiar sus obras, y por ultimo una muestra acabada de del prolífico y multifacético talento de Welles en sus labores de actor, director y guionista: se puede decir de sus dos principales características, como interprete un actor dotado y como realizador un maestrio de la inventiva visual hacedor de un lenguaje estético cercano al barroco.

Triunfo en Cannes gracias a sus celebres adaptaciones de Shakespeare y mas allá de haber ganado un Oscar por guión nunca pudo alzarse con el premio a Mejor película o Mejor Director por "El Ciudadano" o por "El Cuarto Mandamiento" y la Academia recién lo premio con un Oscar Honorario a la trayectoria en 1971 gracias a su versatilidad y artística en la realización de films. Cabe destacar que Welles no se hizo presente en la ceremonia, si bien envió un discurso grabado de aceptación. Es sorprendente, y hasta paradójico, que el cineasta mas grande de todos los tiempos no tuvo el merecido respaldo de la critica en su época de esplendor, pero Welles no necesita que le digan que lo hizo bien ni que le den premios, sus obras lo respaldan y para el que entiende y conoce los procesos de evolución del cine a lo largo de su siglo de vida entienden que con el, cambio todo.

 

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