Una Guerra
de Película
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
En la selva del sureste de Asia se rueda una superproducción sobre
la guerra de Vietnam con varias estrellas: Kirk Lazarus, un intenso
actor tres veces ganador del Oscar; Jeff Portnoy, estrella de una
popular y grosera saga de películas, Alpa Chino estrella del hip-hop
metido a actor, y el novato Kevin Sandusky. Pero, a medida que
transcurre el rodaje, todo lo que podría ir mal, va mal. Todos se
quejan por las condiciones de trabajo. La situación va de mal en
peor, sobre todo para el director de la cinta, Damien. Tanto es así,
que su reparto de estrellas acaba abandonado en mitad de la jungla.
Ellos creen que Damien los seguirá filmando con cámaras ocultas,
pero lo cierto es que en la selva se desarrolla una auténtica
guerra. Así pues, los protagonistas deberán hacer todo aquello que
harían sus personajes, y sobre todo, comportarse como auténticos
soldados si quieren salir con vida de ese infierno.
* * *
* / MUY BUENA
El
cine bélico ha tenido a lo largo de su desarrollo un par de parodias
de la guerra realmente memorables. Quizás una de las más recordadas
y más logradas sea “M.A.S.H.” de Robert Altman. Aquí nos encontramos
frente a otra película de parodias. Donde el ridículo escapa el
encasillamiento y no solo el acierto de los personajes para la
comedia lleva adelante la trama, sino que la realización es algo
fuera de lo común. Y en la silla de director esta nada menos que Ben
Stiller. El de la muy lograda “Generación X”, el de la
irreverente “El Insoportable”, el de la excéntrica “Zoolander”.
Ahí está Ben Stiller haciendo gala de todo su arsenal como
realizador, comenzando el film con una serie de cortos muy logrados
y cómicos y continuando con una simulación de filmación de escena
bélica digna de una gran realización del género. Cine dentro del
cine, o meta relato como se lo llama semiológicamente.
Ese
terreno que tan bien supo manejar el recordado y mencionado Robert
Altman. Stiller conoce las internas de Hollywood como la palma de su
mano, y se despacha a gusto con acidez e ironía. Audaz y sin temor
de decir lo que piensa hace funcionar su juego políticamente
incorrecto sobre los más poderosos de Hollywood. Haciendo lucir a
sus protagonistas y planeando escenas que son homenaje a films
célebres del género, también dispara munición gruesa sobre la
Academia y sus cuestionables parámetros para considerar un film
oscarizable. No es descabellado decir que “Una Guerra de Película”
es una de las mejores comedias que brindó Hollywood en mucho tiempo,
por esto Ben Stiller explora campos conocidos y donde sabe moverse.
El cómo funciona la industria del cine en los Estados Unidos y el
género bélico parodiado hasta el extremo son los puntos más
destacables de esta farsa sátira plena de humor negro. Con realismo,
Stiller acierta al desnudar las grandes y escondidas miserias de la
industria de Hollywood, ese universo vanidoso y ostentoso que por
conveniencias muestra su lado aparente y diplomático y que resulta
hipócrita y cínico a la hora de adentrarse en la salvaje competencia
por ocupar el trono del productor más poderoso no importa que reglas
morales haya que romper.
Despiadado en sus retratos humanos, muestra su espíritu
desprejuiciado al jugar con sus personajes entre el extremo de lo
real y lo actuado. El propio y multifacético Ben Stiller, el gran
Tom Cruise, un enfocado Nick Nolte, un (por suerte para los
cinéfilos) recuperado Robert Downey Jr. y el siempre desinhibido
Jack Black brindan papeles para el aplauso continuo, la risa
incontenible y el recuerdo permanente. Así, la pirotecnia
irreverente (que tendrá sus desniveles y auto referencias
innecesarias) se burla de las estrellas y los falsos héroes, de la
raza negra y la raza asiática, de los engaños propios de un sistema
que se sustenta de ellos y no es infalible, de los estereotipos que
inundan la industria del séptimo arte y la controversia de la
política exterior estadounidense. No es poco para tiempos
cinematográficos donde son los menos quienes se atreven a
desmitificar estos intocables. Es una apuesta más que válida para
revivir la carrera de un Ben Stiller cuyos recientes y continuados
fracasos no hacían justicia con su enorme talento como comediante y
con lo que su rica filmografía como actor, director, productor y
guionista respalda.
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