la amistad

 

 

 

Una de las alegrías de la amistad es saber en quien confiar.


  

La confidencia corrompe la amistad; el mucho contacto la consume; el respeto la conserva.



Los lazos de la amistad son más estrechos que los de la sangre y la familia.



El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarle, se sabe el valor que tiene.



El amigo leal se ríe con tus chistes, aunque no sean tan buenos, y se conduele de tus problemas aunque no sean tan graves.


    


La amistad sólo podía tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espíritu de sinceridad.


   


La amistad no puede ir muy lejos cuando ni unos ni otros están dispuestos a perdonarse los pequeños defectos.



La amistad no tiene un valor de supervivencia, sino más bien es una de las cosas que da valor a la supervivencia.

 

 

 

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