La Voz

Córdoba, Argentina, Martes 18 de febrero de 2003

Fiesta en Santa Rosa
Por Celina Alberto para La Voz del Interior

Fueron más de 12 mil personas las que se reunieron ayer en Santa Rosa de Calamuchita, para participar de la Fiesta de las Sierras, este primer encuentro en la localidad de Calamuchita que demostró una saludable convocatoria. Es la fiesta que todos los años realiza la productora Fénix enMar del Plata, La Fiesta del Mar, pero que por primera vez decidieron mudar a Córdoba.

Tan saludable fue que, pese a convocar en el balneario Playa Soleada de la ciudad, el público ocupó todo el predio, el vado y la playa siguiente, Del Puchuqui.

A las 21,05, puntualmente, Mambrú inició su set con Tiene que cambiar, y siguió con Una mirada y A Veces, los hits del grupo pop, el más esperado por la multitud de mayoría adolescente que no dejó de vivar y corear al grupo desde el atardecer. Se trataba del show que clausuraba el encuentro fresco en una noche ideal, que se disfrutó entre la música y la belleza del lugar.

Chicos trepados a los pinos de la zona para ver mejor; madres con pequeños y pequeñas embobados por el grupo del momento, subidos a los hombros y con sonrisas de oreja a oreja; aquellos que se llevaron sus propias sillas (las mil dispuestas inicialmente fueron pocas) y hasta heladeritas con tentempiés; los que eligieron los puestos de choripanes y bebidas de la playa para disfrutar una noche completa; o los que se quedaron después del recital para cenar en una bella noche, en las mesas de la playa. Hubo de todo un poco, con un detonante común: la música.

Con la conducción de la bella Andrea Frigerio, que lució un impactante vestido negro y con transparencias, el festival convocó gracias a numerosos artistas que se “prestaron” el escenario cantando dos o tres temas cada uno. La mayoría, salvo Luciano Pereyra, hizo playback, pero eso le dio agilidad al espectáculo pensado con “criterio televisivo”.

Entre todos ellos, Rosario Flores brilló brevemente en Córdoba con un par de sus buenas canciones, como Cómo quieres que te quiera, conocida y difundida en las radios argentinas. La artista, que protagoniza la última película de Almodóvar, Hable con ella, llegó el domingo al país para grabar un capítulo de Soy Gitano (Canal Doce, de lunes a viernes a las 21) junto a Osvaldo Laport, Julieta Díaz y Arnaldo André. Además vino a promocionar su nuevo disco y mañana parte rumbo a Viña del Mar para participar del prestigioso festival chileno. “No me olvidéis, ¿vale?”, pidió ella a la multitud. Y era en serio: están pensando en una gira para el mes de abril, que incluiría Córdoba.

La música

Sobre el final de una temporada que tuvo a la música como protagonista indiscutida de la cartelera de Córdoba, Santa Rosa se quedó con uno de los últimos capítulos del verano con el concierto a orillas del río.

Luciano Pereyra fue el encargado de abrir el fuego de la tarde, aún con el sol en alto y con el paisaje de Santa Rosa en todo su esplendor.

Casi un número puesto en los principales festivales, el cantor de Luján volvió a demostrar que la versatilidad de su estilo y repertorio le dan hilo suficiente para funcionar en todos los escenarios, y además corroborar la fidelidad de su público, más romántico que folklórico.

Paolo, la revelación del programa de TV La oportunidad de tu vida, que se resiste a caer en la categoría de “invento pop”, defendió su título con la honestidad de una voz impecable y las armas escénicas que aprendió a usar en televisión. Ayer, además de compartir un origen similar al de Mambrú (ambos de realities shows en busca de estrellas), también compartió su público. Las chicas de Mambrú corearon sus canciones con entusiasmo.

El escenario montado en Playa Soleada mostró un gran despliegue de luces y un sonido impecable que le permitió al público disfrutar al máximo.

Las cámaras de la productora Pol–Ka, registraron todos los momentos de este festival organizado por la Agencia Córdoba Dacyt y auspiciado por la Municipalidad local. El sábado se emitirá un especial por Canal Trece, que repetirá el Doce cordobés.

Tranquilo

Todo se desarrolló en la tarde de ayer con tranquilidad, incluida en ella la histeria de la juventud que llegó al punto máximo cuando Mambrú cerró la noche con A veces, que los parlantes repitieron, a modo de bis, cuando ellos ya se habían marchado.

Desde que comenzó el evento, Andrea Frigerio con una gran soltura en la conducción desde el escenario, arengaba a los presentes: “¿A quién vinieron a ver?”. La respuesta nunca se hizo esperar: Mambrú. De allí en más, si Milton, Pablo, Tripa o Germán, era anecdótico. Cada quien con su hinchada, que revoleaba banderas o remeras con la imagen de uno u otro.

Respeto

Las miles de personas que participaron se mostraron respetuosas y aplaudieron a cada artista en escena. Cacho Buenaventura se robó las sonrisas de la gente y Ráfaga hizo bailar a todos. “Fabi” Cantilo estrenó su canción Destino marcado –del reciente disco, Información Celeste, tras cuatro años sin grabar– y cantó Mi enfermedad, de Andrés Calamaro que ella editó en un álbum previo.

Y por supuesto, la mencionada sorpresa de Rosario Flores, una artista internacional que prestigió este evento en las sierras. Un lujo.


Córdoba, Argentina, Sábado 18 de enero de 2003

Los chicos de Mambrú vivieron su cordobazo
Por Germán Arrascaeta para La Voz del Interior

Cuando sobre el final del reality show Popstars tuvieron que elegir un nombre para el grupo de los chicos seleccionados y eligieron Mambrú, a nadie, pero a nadie, le pareció bueno para un quinteto pop. Pero un tiempito al tope de los rankings, una maquinaria promocional trabajando a destajo y la graciade cinco muchachos entrenados para cantar y tocar lo que sea, ha transformado a Mambrú en una expresión natural y cotidiana. Mambrú suena ideal.

Con semejante influjo, también alentado por un disco de canciones bien eficaces, Milton, Tripa, Gerónimo, Emanuel y Pablo llegaron a Córdoba el jueves, obligando a cercar el lobby del hotel Panorama, siempre repleto de fanáticas desaforadas. Y anoche ofrecieron su concierto en el Estadio Olímpico Córdoba, donde se dieron cita, según los organizadores, 12 mil personas, en su gran mayoría jóvenes mujeres, con una enorme capacidad para gritar y cantar.

El show dio empezó a la hora señalada, a las 21.30, y de inmediato se percibió que Mambrú es un experimento pop. Pero también se pudo ver que está hecho con los mejores elementos. “Los cinco guerreros del rock” cantan realmente bien y hay dos de ellos que, además de un buen manejo vocal, se lucen como instrumentistas: Pablo y Milton. En medio del recital, también interpretó un tema Magalí, la entrenadora de Popstars.

Actuar en el Chateau pareció no condicionarlos, como si ya estuvieran habituados a cantar para multitudes. Y como plus a tanto encanto y talento potenciado por marketing, los Mambrú tienen una banda de acompañamiento que brilla y una escenografía suburbana que es lo único que legitima el título de “guerreros del rock”. En ese sentido, también contribuye su look de zapatillas y trajes transpolado de los neoyorquinos The Strokes, pioneros del retro rock.

El repertorio consistió en todos los temas de su disco, que son 11, y en algunos muestreos de lo que los chicos son capaces al margen del esquema pop, pop. En eso casos, se percibió que los Mambrú son cantantes todo terreno, capaces de brillar como crooners (se intercalan en el papel de solistas), como avezados vocalistas de heavy rock (en el caso de Pablo, que reivindica al Whitesnake más soft) o como raperos precisos (en este renglón brilla Emanuel).

Entre los temas celebrados por la multitud, se destacaron Salta, Una mirada y A veces, que junto a Nadie es perfecto, de Los Caligaris es el tema más sonado del verano. Y Mambrú debutó en Córdoba nomás. Queda por decir que la elección fue más que buena. ¡Viva el pop!


Córdoba, Argentina, Miércoles 20 de Noviembre de 2002

Chicos fenómenos
Por Germán Arrascaeta para La Voz del Interior

¿Punk rock? Los Mambrú llegaron a Córdoba a pura cresta capilar y con remeras bien rockeras, como una de Sid Vicious. Posan Pablo, Emanuel, Tripa, Gerónimo y Milton.Dispuestos en una larga mesada del cinco estrellas en el que se alojan, los chicos de Mambrú miran el grabador y se muestran entrenados para asumir las obligaciones de las estrellas pop. En otras palabras, parecen tener claro en qué se han convertido, aunque el sueño secreto de cada uno de ellos era llegar a este presente por la vía de la consagración rockera.

Vestidos con el look canchero que eligieron adoptar, y que les ayuda a preservar cierto fulgor rockero, Pablo, Gerónimo, Milton, Emanuel y Tripa atienden a La Voz del Interior y afrontan uno de los últimos compromisos de un día cuyo epílogo fue un concierto de pocas canciones y sobre pistas en La Vieja Usina.

–¿Cómo es ser estrellas pop?

–(Tripa) Ninguno de los cinco se siente estrella.

–(Pablo) Y menos pop.

–(Gerónimo) Bueno, pero estamos en un producto pop. Lo que ellos quieren decir es que somos los mismos que llegaron a Popstars. Si algo cambió, es que nos unieron a los cinco para armar algo en común.

–(Emanuel) Esto es trabajo, diversión...

–Ustedes que tienen pasado rockero, ¿vivieron tensión o culpa por estar en el pop?

–(Gerónimo) No sé si aplica tanto el pop a nuestro proyecto. La idea del proyecto Popstars, según nos explicaron, era sacar un grupo pop y que, después que aparecimos, tuvieron que orientar el proyecto para otro lado. Si fuéramos pop - pop, tendríamos que estar bailando todo el tiempo y cantando música pop. Y el disco tiene rap, funk...

–(Milton) No sentimos culpa porque el disco que hicimos nos gusta.

–(Gerónimo) Hay un prejuicio con respecto al pop que nosotros mismos teníamos...

–Si había un modelo a seguir en quinteto vocal pop y masculino era Backstreet boys. ¿Se sienten una réplica?

–(Emanuel) No. Si el grupo hubiera ido por ese lado, no seríamos nosotros los miembros.

–(Pablo) Aparte no sabemos bailar. Creo que tanto Bandana como nosotros demostramos que puede haber pop argentino, personal. Ni ellas son las Spice Girls, ni nosotros los Backstreet boys.

–Decís que en el país hay jóvenes intérpretes pop con identidad.

–(Gerónimo, casi interrumpiendo) Es así. Es muy claro lo que decís, y estamos de acuerdo.

–(Pablo) Aparte el proyecto se modificó no sólo por nosotros sino también por los otros pibes finalistas Gastón, Roque, Hernán, Juan Pablo. Ninguno de los últimos 10 podría bailar con soltura y apoyar una idea sólo en eso.

–¿El disco, con canciones de otros, los representa?

–(Emanuel) Yo lo compraría. Cada uno de nosotros lo haría.

–¿Es la verdad o una respuesta “emocionalmente correcta”?

–(Tripa) No, es la verdad. Estamos orgullosos del disco.

–(Milton) Si el proyecto hubiera sido seguir a Backstreet boys, lo hubiésemos hecho igual, pero esto nos gusta en serio.

–(Gerónimo) Al disco lo defendemos con muchas ganas porque nos gusta mucho.

–(Tripa) Creo que de haber sido otro el proyecto, nosotros no estaríamos acá. Y estamos.

–(Pablo) Este es el camino.

–Dicen que no saben bailar pero tampoco son unos pataduras. ¿Hay una exigencia con respecto a ese punto?

–(Gerónimo) Lo nuestro es mucho esfuerzo, mucho rezongue.

–(Emanuel) Ojo que no renegamos del tema del baile. Nos gusta bailar y queremos aprender a hacerlo bien.

–(Milton) Cuando llegamos al programa no sabíamos hacer nada y ahora, mal que mal, damos algunos pasos. Pero nos encantaría bailar como un grupo pop.

–En la dinámica de grupos siempre se perfila un líder. ¿Pasó eso en Mambrú?

–(Milton, señalando a Gerónimo) Acá tenemos a la voz de la conciencia.

–(Tripa) Cada uno ejerce un liderazgo en determinados aspectos. En lo musical, Pablo, Milton. Como RR.PP., brilla el señor Jero.

–Lo de tocar instrumentos en vivo, como lo hacen Pablo y Milton, ¿lo van a ampliar al resto?

–(Emanuel) Ojo que yo toco la pandereta (risas).

–Pero hay que tocar la pandereta. Quiero decir, ¿alguna vez veremos a Mambrú como un quinteto de instrumentistas?

–(Tripa) Yo quiero aprender a tocar el bajo y mi profesor va a ser Milton.

(Milton) Me encantaría que nos convirtiéramos en eso porque yo me siento más cómodo con un instrumento encima que sólo cantando. De ese modo, tengo más libertad arriba de un escenario. Podemos llegar a tocar todos, claro que sí.

–¿Cuál es la vida útil de una experiencia pop como la de ustedes?

–(Gerónimo) Creo que eso lo vamos a terminar decidiendo nosotros. O la gente.

–(Milton) En el caso de que nos vaya bien, nosotros.

–(Pablo) Va a tener que ver nuestra conducta artística y personal. Y las ganas, porque podés participar de un proyecto con todo el apoyo pero si no tenés ganas...

–(Gerónimo) Pero estemos en Mambrú o no, siempre nos vamos a llevar bien. Porque hay que ver si nos bancamos este proyecto para siempre.

–(Emanuel) Ojalá dure lo que tenga que durar. Y que deje una marca.

Mambrú ganó la primera batalla en Córdoba
Las fans de Mambrú se amontonaron en la calle Alvear y esperaron con ansiedad la llegada del grupo.
Con sueño. Gero, Manu, Milton, Tripa y Pablo llegaron a Córdoba a las 8.15 y del VIP del aeropuerto fueron directamente al hotel, donde se puso en marcha la producción de vestuario e imagen previa al contacto con las fans.

En medio de la burbuja de popularidad que los tiene enfrascados desde su presentación oficial hace poco más de un mes, los Mambrú pasaron por Córdoba en lo que fue la primera escala de su gira promocional por el interior.

Con apariciones dosificadas y todo el mecanismo de Popstars en marcha, en horas el quinteto logró enfervorizar las hormonas y los corazones adolescentes de las fanáticas locales y dejó preparado el terreno para un futuro concierto, todavía sin fecha ni lugar confirmados.

Milton, Gero, Pablo, Tripa y Manu llegaron al aeropuerto apenas pasadas las 8. Una admiradora solitaria los esperaba a la salida del VIP, pero, sin producción ni demasiadas ganas de dar autógrafos a esa hora de la mañana, la banda se encaminó al hotel sin reparar demasiado en la modesta bienvenida.

Tres horas más tarde –esta vez ya listos y vestidos para las fotos y las fans– una mini caravana los escoltó hasta los estudios de Cadena 3 bajo la custodia de tres unidades de la policía provincial y el móvil de Rony Vargas transmitiendo en vivo los detalles del primer contacto del grupo con Córdoba.

Aunque el protocolo de la fama no les dejó margen para acercarse demasiado a las chicas, la movida que generó la promoción del grupo durante la mañana en Juntos puso a prueba la resistencia del operativo de seguridad dispuesto en Alvear 139. Mientras esperaban su llegada, unas 400 adolescentes desenfrenadas y excitadas por la proximidad de sus ídolos, coreaban a gritos el estribillo de A veces, el corte de difusión que repiqueteaba desde los altoparlantes ubicados en el primer piso.

A toda velocidad y con los recaudos necesarios para no exponerse al desborde que provocan y alimentan, los Mambrú ingresaron a la radio para protagonizar durante casi una hora el primer contacto con el público local.

Con cada frase de los muchachos, un coro de gritos y suspiros reverberaba en la calle y competía por ensordecer a los peatones distraídos, que no estaban al tanto del motivo de tanto revuelo y se escapaban molestos entre la masa de cuerpos que abarrotaban las veredas.

Hacia la una del mediodía, casi al final del programa y poco antes de las pruebas de sonido para la entrevista en vivo que tuvo lugar anoche en La Vieja Usina, Mambrú salió al balcón y la euforia de las chicas llevó a unas cuantas al llanto y la histeria.

Mayoría de chicas, algunas escapadas del colegio, otras acompañadas por sus madres y unos cuantos varones curiosos, sostuvieron la espera en la puerta de la radio entre vinchas, fotos y posters del grupo alzados por sobre los cientos de cabezas.

Mientras el centro se descongestionaba y el aspecto de la zona volvía a la normalidad, el peregrinaje de las fans se trasladó a la cola de espera en La Vieja Usina que había comenzado a tomar forma tras la entrega de entradas en la radio, a la mañana del martes. Según se informó, casi cinco mil personas se volvieron con las manos vacías y las seis mil localidades disponibles se agotaron en pocos minutos.
A pesar de la lluvia, de la humedad y la dureza del suelo, cientos de chicas pasaron la noche a la intemperie para reservarse un lugar cerca de los cantantes durante su presentación en la noche de ayer.

Algunas fueron incluso con sus hijos pequeños, otras resistieron enfundadas con remeras, cintos, banderas y carteles de Mambrú, y no faltaron madres y algunos novios sacrificados entre las caras de la larga fila. El fenómeno Mambrú, que con otro perfil pero igual efectividad conquistó el target que dejó vacante Bandana, pasó con soltura el bautismo de fuego con el público cordobés y dejó claro que el show de lanzamiento no puede hacerse esperar.

Con la calle Alvear cortada por las fanáticas, se produce el “desembarco” de la banda.

Fans de la primera hora. A la salida del hotel, una barra de chicas los esperaba para solicitarles autógrafos y sacarles fotos antes de sumarse a la caravana que los escoltaría hasta la entrevista radial.

Corte de calle. Con banderas y a los gritos, las fans de Mambrú se amontonaron en la calle Alvear y esperaron con ansiedad la llegada del grupo. Muchas se escaparon del colegio para verlos.

La vida por Mambrú. La guardia para ingresar a La Vieja Usina comenzó en la mañana del martes y se sostuvo durante toda la noche a pesar de la lluvia.