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LA
METÁFORA DE LA CASA TOMADA Toda la historia de nuestro, con frecuencia, incomprensible país puede pensarse por medio de la metáfora de la casa tomada. Los sectores de poder de la Argentina siempre se asumieron como lo Uno. Lo Uno fue (y es) lo esencial, lo primero, lo indivisible y lo bueno. Lo Uno se propuso y se propone el control, el dominio, la exclusión o, sin más, el exterminio de lo Otro. Nunca su inclusión. Lo Uno fue siempre lo Uno: el Poder. Lo Otro tuvo diversas encarnaciones: fueron los gauchos, los negros, los indios, los “insolentes” inmigrantes, la “chusma” yrigoyenista, los “cabecitas negras”, los “subversivos” y (hoy) la “delincuencia” y los nuevos inmigrantes: los bolivianos, chilenos, peruanos y paraguayos. Que parecieran ser los más recientes en eso de tomar la casa. Al achicarse –con el capitalismo de mercado– el margen de controlable “inclusión” dentro del trabajo, dentro del aparato productivo, al desaparecer, digamos, ese aparato productivo y generar lo que generó (desempleo masivo, miseria, hambre), la violencia de la exclusión se ha instalado entre los excluidos. Los Otros (los que jamás pertenecerán a lo Uno) se aterran ante la posibilidad de perder el espacio mínimo que hoy el Poder les concede. Aquí, la metáfora de la casa tomada se traslada a la del tren tomado. Quienes siempre temieron que les tomaran la casa fueron los poseedores de la casa: los sectores de poder, la perenne burguesía agraria y financiera de la Argentina. No temen que les tomen el tren porque no viajan en tren. Viajan en automóviles o en aviones privados. Los que viajan en tren son los que “aún” tienen trabajo y toman el tren para ir hacia él. Son argentinos, tienen documentos, ganan poco, pero ganan algo y tienen miedo. Temen que los otros (los nuevos otros) se les suban al tren. Los nuevos otros son los nuevos inmigrantes. Esta situación generó un hecho criminal, un asesinato aberrante, en enero del año que corre. El Movimiento Boliviano por los Derechos Humanos ha distribuido –con fecha 11 de julio– un Manifiesto. En él puede leerse: “La muerte de nuestra compatriota Marcelina Meneses y su hijo Josua Torres, el 10 de enero, al ser lanzados del tren cuando viajaban a una localidad de Buenos Aires, luego de ser agredida verbalmente con insultos xenófobos y racistas por su condición de boliviana y el haber salido a la luz pública recién el 23 de mayo de 2001, fue la gota que rebasó el vaso”. ¿A qué otras gotas se añadió ésta que desbordó el vaso? Dice el Manifiesto Boliviano: “Agresiones de diferente tipo y gravedad empezaron en el período de gobierno del doctor Carlos Menem, que dio un marco oficial a la discriminación del extranjero haciéndolo chivo expiatorio de la escasez de trabajo y actos delictivos. Dicha campaña estigmatizante fue apoyada por medios de comunicación de neto corte xenófobo, como Radio 10, revista La Primera, etc.”. La militante que me ha entregado el Manifiesto dice: “Y a esa radio, además, le dieron un Martín Fierro”. No sé qué decirle. Más aún cuando añade: “Y tiene publicidad oficial”. Otros fragmentos del Manifiesto señalan situaciones canallescas: “Indagaciones policiales injustificadas. Coacción o intimidación (detención por la policía por ‘portación de cara’/ demonización de nuestros rasgos indígenas relacionándolos con ‘delincuencia’”. Este texto revela una realidad abyecta: “demonización de nuestros rasgos indígenas, relacionándolos con ‘delincuencia’”. Sabemos que ningún rasgo debiera ser demonizado, que ningún rasgo, per se, debiera relacionarse con la delincuencia. Pero si algo así ocurriera en este país, esos rasgos se parecerían más a los de los sucesivos equipos económicos desde 1976 en adelante, momento en que se dispara la deuda externa argentina, causa fundamental del sofocamiento del país. Ningún boliviano o peruano o chileno contrajo esa deuda. Son otros entonces los rasgos que debieran demonizarse. Acaso las grandes orejas deMartínez de Hoz. Los modales aterciopelados de los gentlemen del Grupo Perriaux. La papada de Emir Yoma. La negritud pulida, sofisticada, como de tostado Caribe de Erman González. Las piernas de la Alsogaray y también su cara, que es la de su padre, el héroe de la aeroísla. Los pómulos de Amira Yoma. Ahí, exactamente ahí y no en los rasgos indígenas de los sufridos bolivianos (que vienen para la superexplotación, para acabar como esclavos en algún sótano de la infamia infralaboral), es donde está el identikit del delincuente. Pero no. A los que tiran del tren los deshumanizados y aterrorizados argentinos de la flexibilización, del espacio para pocos, de la sociedad del desempleo, son a Marcelina Meneses y a su bebé Josua Torres. “Fuera de aquí, bolivianos de mierda”, gritan los asesinos. “En este tren viajamos nosotros, los argentinos. Este tren no es para ustedes. No vamos a dejar que se suban. Los vamos a tirar a las vías. Los vamos a matar”. La furia de los subempleados de hoy continúa una dilatada tradición nacional. Parte esencial del estilo de vida argentino (de esa “esencia nacional” en la que gustaron bucear los ideólogos del liberalismo aristocratizante) radica en la expulsión del diferente. Miguel Cané, que nace en 1851, en Montevideo, como exiliado del rosismo, que fue gentleman del 80, que habría de redactar una ley de residencia “contra los agitadores laborales extranjeros” (esa indeseada expresión de lo Otro que trajo la política inmigratoria), escribió en sus textos de viajes una página transparente sobre el asco de lo Uno por lo Otro, de los dueños de la patria hacia quienes venían con la pretensión imposible de integrarse a ella y compartirla con sus dueños. Ese texto es un clásico ya que David Viñas lo recoge extensamente en Literatura argentina y realidad política. Aquí, Cané, patrón, patricio y patriarca, se alarma por la invasión de los nuevos burgueses. Del inmigrante que se enriquece y pretende entrar en los salones de la oligarquía. Tomar la casa. La visión de Cané se centra en las mujeres de la casa. Porque los bárbaros enriquecidos no sólo habrán de “tomar la casa”, sino que hay otro peligro mayor, acaso más humillante, más intolerable: que “tomen” las mujeres. Así, Cané les pide más “sociabilidad”, traducida como educación, buen gusto, mesura. Y continúa: “Más respeto a las mujeres, más reserva al hablar de ellas”. Porque hay que evitar que “el primer guarango democrático enriquecido en el comercio de suelas se crea a su vez con derecho a echar su mano de tenorio en un salón al que entra tropezando con los muebles”. Porque “eso” ha permitido la democracia: que los guarangos se enriquezcan. Toscamente, claro, por medio del “comercio de suelas”. No obstante, ya logran entrar en los “salones”. Torpes, rústicos, primitivos, tropiezan con los muebles, ya que desconocen los modales, los rituales patricios. Sin embargo, han entrado. Y, obscenos, se lanzan sobre las mujeres. Dice Cané a su interlocutor epistolar: “No tienes idea de la irritación sórdida que me invade cuando veo a una criatura delicada, fina, de casta, cuya madre fue amiga de la mía, atacada por un grosero ingénito, cepillado por un sastre, cuando observo sus ojos clavados bestialmente en el cuerpo virginal que se entrega en su inocencia (...) Cada día, los argentinos disminuimos. Salvemos nuestro predominio legítimo (...) colocando a nuestras mujeres, por la veneración, a una altura a que no lleguen las bajas aspiraciones de la turba. Entre ellas encontraremos nuestras compañeras, entre ellas las encontrarán nuestros hijos. Cerremos el círculo y velemos sobre él”. El delirio sexual de Cané lleva a sus extremos la metáfora de la casa tomada. En el final, el temor máximo es que el Otro se apodere de las vírgenes, que no sólo se apodere de la casa sino que además “posea” a las mujeres. Ahí, entonces, estalla la consigna de guerra: “Cerremos el círculo y velemos sobre él”. El círculo es el círculo de la pureza, del poder, de la patria y de sus naturales, legítimos poseedores. Siempre, en la Argentina, el círculo se ha cerrado, y siempre que el Otro quiso entrar en él tronóel escarmiento. En el final de “Cabecita negra” (el cuento de Germán Rozenmacher que resignifica “Casa tomada” de Cortázar), el protagonista, el señor Lanari, dice: “Hay que aplastarlos, aplastarlos. La fuerza pública, tenemos toda la fuerza pública y el ejército”. Hasta 1983 hicieron eso: llamar al ejército. La pregunta es: qué harán ahora. Porque la verdadera solución, la democrática, la de incluir al Otro, al diferente, les está vedada. Por convicciones ideológicas y por una avaricia sin fin que los corroe desde el origen de los tiempos.
DEFENDER LA DEMOCRACIA Ernesto Iliovhich A fines de los 80´y gran parte de la década del 90´, la mayoría del pueblo confiaba en el paradigma neoliberal del crecimiento económico basado en el achicamiento del Estado, apertura irrestricta de la economía, la venta de todo lo público ("las joyas de la abuela") y la peregrina idea de que las superganancias de unos pocos, la fabulosa concentración de la riqueza llevaría al derrame al resto de la sociedad y al bienestar general. Esta concepción impuesta desde el capitalismo salvaje más retrógrado y operacionalizada desde los organismos de crédito internacionales (particularmente el FMI) nos llevó a la casi desaparición del Estado y a la pérdida casi total de su capacidad de regulación en todos los aspectos de las variables económicas. Esta concepción con mecanismos publicitarios se impuso en la conciencia de la mayoría del mundo como así también en nuestro país. Este modelo tuvo su "dramático éxito" en la situación social de casi todos los países del globo y su expresión más clara y mediática, en la Argentina que nos toca vivir. El neoliberalismo es incompatible con la democracia porque desde la ausencia de alimentos, trabajo, salud y educación, desde subsidios miserables de 150 o 200 bonos o pesos, no se puede ejercer la libertad de elección. Tanto Menem como De la Rúa después, o Duhalde ahora, han sido discípulos fieles, "los mejores alumnos", de los dictados de esta política fracasada y de técnicos internacionales mediocres que la supervisan empecinadamente con una insensibilidad social que cuesta entender. Tampoco se entiende el abandono actual, aunque sea paliativo, del FMI. No sólo nos quieren a sus pies sino revolcándonos, y lo grave es, que vamos hacia eso. Lamentablemente la democracia que tantas vidas costó conseguir está enormemente debilitada. De qué democracia podemos hablar desde la miseria, el hambre y la angustia cotidiana por la supervivencia de millones de compatriotas. Es evidente que vivimos momentos muy difíciles, como también es evidente que otro modelo es posible desde una voluntad política clara y mayoritaria. Un modelo que refunde las ideas de un Estado participativo fuerte y con capacidad de regular la vida nacional. Un modelo basado en un shock redistributivo, que subsidie la oferta y que mediante un seguro de empleo y formación, desde el apoyo a la producción, particularmente a la pequeña y mediana empresa, asegure las necesidades elementales de la mayoría del pueblo. Sólo así la democracia será plena. Sólo así alejaremos toda "salida mágica" echada a rodar por mesiánicos, "pescadores de río revuelto", que intentan apropiarse de las genuinas protestas populares. Sólo así avanzaremos hacia la Argentina que nos merecemos.
EL
REENCANTAMIENTO DE LA DEMOCRACIA DESPERTANDO...
La premisa fundamental del Enfoque Centrado en la Persona es que el organismo humano es básicamente digno de confianza. ¿A qué se refiere esto? A que si se dan determinadas condiciones facilitadoras, un determinado clima psicológico de seguridad, confianza y aceptación, a partir del cual las personas involucradas en una relación pueden expresarse y escucharse apropiadamente, la tendencia natural y básica es hacia la emergencia de autorrecursos y de capacidades de autodirección que posibilitan el crecimiento y la mejoría de la situación vital de las personas involucradas en ese tipo de relación. Cuando Rogers dice que ha estado practicando política toda su vida, se refiere a que desde muy temprano ha tenido una concepción muy definida acerca del poder y el control en el ejercicio profesional y en las relaciones interpersonales en general. Según las propias palabras de Rogers: "Política, en el uso psicológico y social actual, se refiere al poder y el control: a la medida en que las personas desean, intentan obtener, poseen, se someten, comparten el poder y el control sobre otro, sobre sí mismos o sobre ambos (...) Se refiere al lugar donde se encuentra el poder para tomar decisiones: quién toma las decisiones que, consciente o inconscientemente, regulan o controlan los pensamientos, sentimientos o comportamientos de otros o de uno mismo. Se refiere a los efectos de estas decisiones y estas estrategias, ya sea que procedan de un individuo o de un grupo, que estén dirigidas a obtener o a abandonar el control sobre la persona misma, sobre otros y sobre los diversos sistemas de la sociedad y sus instituciones. En resumen es el proceso de obtener, usar, compartir o abandonar poder, control y participación en la toma de decisiones." El modelo teórico-práctico desarrollado por Rogers para la terapia, el counseling, la educación, los grupos de encuentro y las relaciones interpersonales en general ubica el poder y el control en la propia persona o grupo de personas involucradas en la tarea; y no, de manera exclusiva, en el terapeuta, coordinador o en cualquier tipo de "dirección" externa al organismo del individuo o del organismo que como totalidad constituye cada grupo particular. Como dice el mismo Rogers: "No es que este enfoque dé poder a la persona; es que nunca se lo quita". Según mi opinión el proceso argentino, en su aspecto de movilización ciudadana, asambleas barriales y participación popular, hubiera deleitado a Carl Rogers desde su concepción de la política, el poder y el control. La gente asumiendo su propia organización, el propio liderazgo, tomándose en sus propias manos. Recuperando su propio poder, que durante tanto tiempo y con resultados tan lamentables ha sido delegado en dirigentes carentes de legitimidad, competencia y honradez. La gente, el pueblo (base fundamental del sistema democrático) ha dado un paso adelante en la participación, expresándose, discutiendo, reflexionando, buscando alternativas y tomando acciones concretas; abandonando la pasividad y el pobrísimo lugar de participación en la toma de decisiones que le adjudicaba el actual estado del sistema "democrático", tan sólo votando cada tanto a dirigentes políticos en su mayoría carentes de representatividad, que luego terminaban traicionando lo que prometían. Hay una semilla llena de posibilidades en este proceso de deliberación en el que se encuentra nuestra sociedad. De hecho, algunos líderes y luchadores sociales del mundo, miran y siguen con gran expectativa el proceso asambleario argentino. Lo toman como ejemplo de creatividad en la lucha y la construcción de una alternativa al actual sistema dominante. En cierto sentido, esto que a algunos les da tanto miedo y que lo leen como peligroso o como la antesala de la anarquía, en donde los ciudadanos asumen su horfandad con respecto a los dirigentes, asumen que no hay figuras de liderazgo confiables, diciendo "que se vayan todos" y trabajando para una limpieza general del régimen político actual, una regeneración completa del tejido institucional del país, es una verdadera oportunidad y tal vez la única posibilidad que tenemos. Si uno se acerca a una asamblea del barrio qué es lo que va a encontrar? Un grupo de personas sin un líder específico, que se organizan para que cada quien tenga su oportunidad de hablar, que comparten los temas más diversos: desde la creación de huertas comunitarias, bolsas de trabajo para desocupados, protestas y reclamos ante las empresas de servicios públicos, propuestas acerca del mejoramiento del barrio, la seguridad en las calles, la política económica, formas de resistir al robo, la mentira y la muerte impuestos por el sistema, etc, etc, etc. Personas organizándose en comisiones según los intereses que van surgiendo: cultura, educación, política, seguridad, etc. También veremos que cada asamblea tiene una forma única y no fija de organizarse: a veces es através de una lista de oradores, otras veces es a través de subgrupos de discusión justamente para facilitar una mayor participación (pensando aún en los más tímidos) que luego eligen un representante que lleva las conclusiones al grupo mayor; a veces son formas mixtas: comisiones y subgrupos, y luego discusión y votación en el grupo mayor. Todo se discute y se vota en el momento. En fin, un verdadero ejercicio de democracia directa y participativa. También veremos en las asambleas a los diversos militantes de izquierdas, centros y derechas tradicionales tratando de imponerse, infiltrarse y llevar el curso del proceso asambleario en la dirección que dictan sus propios esquemas y manuales de cómo tienen que ser las cosas. De hecho algunas asambleas han sido copadas por ellos. Pero son las menos. Las características del proceso mismo hacen que la gente regule esto denunciando sus maniobras encubiertas y preservándose de la manipulación de estos pequeños grupos. La clave está en que todos y cada quien se puedan expresar libremente. "Los grupos siempre se inician con expectativas de proceder de un modo más o menos ordenado (...) Hay muchas dimensiones implicadas debido a que cada persona involucrada en este tipo de grupo tiene total libertad para convertirse en una perturbación potencial al introducir su propia modalidad de turbulencia. El organismo no se supedita a una sola línea por algún tipo de regla o alguna persona autoritaria o por una estructura rígida ya prefigurada. Mediante la acción de una persona se introduce una pequeña perturbación en ese sistema abierto. Se da una elección entre comportamientos dentro de la organización: una bifurcación o una ramificación, la posibilidad de elecciones nuevas. De ahí en adelante la organización se hace más compleja. Luego otros sujetos introducen sus elecciones. Se producen muchas combustiones de energía en direcciones muy diferentes. Cada persona se halla en una posición de liderazgo potencial. Se trata de la potenciación de un individuo dentro del grupo. Cada uno puede convertirse en un líder." Podría ser un texto describiendo la dinámica de las asambleas, verdad? Pues es un párrafo tomado de Ruth Sanford, una terapeuta colaboradora de Carl Rogers en sus experiencias de grupos de encuentro a lo largo del mundo. Un artículo donde la autora relaciona el ECP con la Teoría del Caos. La autora en ese capítulo hizo, con respecto a la teoría del ECP y los grupos de encuentro, lo que yo estoy tratando de hacer aquí con respecto a la actual situación social argentina. Ofrecer un marco teórico desde la perspectiva de los sistemas vivientes, complejos y adaptativos para plantear que el proceso de autoorganización es confiable si se dan determinadas condiciones caracterizadas por el hecho de que la comunicación y el flujo de información circulen libremente entre las partes componentes. Si esto es facilitado, el organismo como totalidad encontrará sus propios autorrecursos y su autoorganización saltará hacia un nuevo orden que implicará evolución, crecimiento y una mayor complejidad. Esto es la puesta en movimiento de laTendencia Actualizante.
"Alguien dice, 'No nos estamos escuchando unos a otros.
Yo quiero oíros'. De hecho, en la URSS el único tipo de intervención facilitadora
que Rogers y yo usamos durante esos primeros días fue: ' Espera un minuto.
No he oído lo que has dicho y realmente me interesa'." Querido colega: si mirás a tu alrededor y observás dónde estás parado verás que estás ubicado justo en el corazón de una tormenta que reclama a gritos de tu oficio, de tus recursos profesionales, de lo que tu vocación te llevó a aprender. Nada más recordá o releé lo que fueron los orígenes del Counseling, sus fundamentos histórico-sociales, de qué contexto surgió como nueva profesión: la profunda crisis de comienzos del siglo pasado. Desorientación, injusticia social, competencia, desarraigo, pérdida de valores, gran sufrimiento humano. Siguiendo el hilo de todo este relato, si la clave o la esperanza se encuentran en que las personas se expresen, se encuentren, se escuchen, actualicen sus autorrecursos, participen y se autoorganicen encontrando salidas creativas tanto a nivel micro, como a nivel macro social, tus habilidades como facilitador de la escucha y la comunicación humana son verdaderos tesoros. Es, en primer lugar, completamente imprescindible que la información circule para con vos mismo. Que te abras a tu entorno y que atiendas a tu cuerpo, que escuches tus partes internas, que te permitas contactar tus sentimientos de frustración, de miedo, de impotencia, de bronca, de incertidumbre. Es absolutamente imprescindible que cuentes con amigos, vecinos o compañeros de camino con los cuales expresar, compartir y explorar sentimientos y reflexiones en un clima de confianza y seguridad. También sería muy valioso que en cualquier contexto humano en el que te encuentres participando puedas facilitar que las personas involucradas se escuchen y se expresen plenamente. Creando redes de apoyo, escucha y contención. Tan sólo eso: que en cualquier contexto las personas contacten y expresen su verdad. En definitiva, cualquier contexto, cualquier espacio, en el cual la comunicación verdadera pueda suceder, podrá ser reencantado. Tu mundo interno, tu cuerpo, tu relación de ayuda, tu familia, tu barrio, tu asamblea, tu país, tu mundo... A partir de tu verdad, a partir de la verdad expresada por cada uno y compartida, tu contexto podrá ser reencantado, podrá emerger la nueva forma, lo nuevo, la transformación, lo constructivo. En definitiva, esto es lo que quiero transmitir: la vida encuentra su camino para desplegarse, sabe cómo curarse, adaptarse, evolucionar. Y la vida nos enseña que podemos confiar en ella. Si la dejamos hacer, si no la interferimos. Si permitimos que se autorregule a través del libre flujo de información. Para nosotros los humanos acceder a la información es tomar conciencia. Contactar los hechos, nombrarlos y poder dialogarlos con otros. Constituir el nosotros. Sé que la situación es sumamente compleja. También sé que hay intereses tremendos que interfieren con la posibilidad de participación y que grupos de poder están dispuestos a dar batalla cruenta a los intentos de organización ciudadana. También sé que la situación implica un desafío a nuestro modo habitual de entender los procesos sociales. Estamos acostumbrados a esperar que aparezcan figuras carismáticas para hacerse cargo de la situación y asumir el liderazgo. Y por cierto el horizonte está desolado. Nadie emerge como posible "candidato" confiable. Y así nos tienen atados, demorándonos y profundizando un camino conocido y con resultados desastrosos previsibles. Creés que en este mismo momento no hay gente capaz y visionaria trabajando para elaborar proyectos alternativos viables y dispuestos a asumir las altas responsabilidades del momento? Creés que, aunque en los medios de comunicación no aparezcan, estos líderes potenciales y desconocidos no están trabajando arduamente para encontrar salidas a la crisis? Creés realmente que "más vale malo conocido que bueno por conocer"? De veras creés en la ausencia de proyectos? Si estas son tus creencias no estás referenciándote con lo que la vida enseña; a través de su dinámica no lineal, su organización en redes de cooperación, de sus saltos cualitativos, de la emergencia de propiedades insospechadas a la luz de mirar sólo a las partes y no a la totalidad. Si pudiste aprender a confiar en tus consultantes y en su propia capacidad para encontrar sus autorrecursos (que de eso se trata el ECP), no podés trasladar eso mismo a la sociedad mayor? De veras creés que en tanto y en cuanto no aparezca el nuevo partido, el nuevo líder o en el peor de los casos el nuevo dictador todavía tenemos que seguir sometiéndonos a los designios de los personajes conocidos que nos robaron, nos mintieron y mataron nuestras mejores aspiraciones? Eso es lo que nos hacen creer para perpetuarse por más tiempo en el poder. Para no abrir los canales a la participación de la gente; como podría ser, por ejemplo, con un llamado a elecciones. Confío más en lo desconocido que pueda emerger en esos dos meses de intensa movilización previa a la elección de las nuevas autoridades, que en el camino conocido y tortuoso que ofrecen los figurones de siempre que llevaron a la ruina a nuestro país. De hecho conozco proyectos alternativos como los elaborados en el Plan Fenix, el Manifiesto Argentino o el Frente Nacional contra la Pobreza, que implican alternativas serias y concretas a las recetas caducas y reiteradas de los representantes políticos del viejo régimen siguiendo los dictados de sus directores externos. Un nuevo modo de entender la política está emergiendo y puede florecer. Y aunque te parezca mentira sólo depende de nosotros, de cada uno, en su propio contexto. Estamos en nuestras propias manos... FINAL ABIERTO "Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único." Para ir finalizando, si me permiten, les transcribo un párrafo
de un discurso de bienvenida que dió Marcos, uno de los líderes de los
indígenas rebeldes de México, en la apertura del Primer Encuentro Intercontinental
por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, que se realizó en Chiapas
en el año 1996: "Nosotros pensamos que a grandes rasgos esto define el
momento en que estamos. No sabemos qué sigue, pero sí sabemos que los
pasos que siguen no los podemos decidir nosotros, ni siquiera encontrar;
sabemos que para lo que sigue tenemos que escuchar otras voces y necesitamos
que esas otras voces se escuchen entre ellas. Necesitamos un encuentro,
dos, tres, muchos encuentros para poder construir juntos ese camino, si
es que existe. Y si es que ese camino no existe, pues cuando menos nos
divertimos bastante cuando tratamos de encontrarlo y no estamos matando
a nadie, como no sea de aburrimiento... que es una forma fea de morir.
Lo que nosotros estamos pidiendo es eso, que nos encontremos los que venimos
a encontrarlos a ustedes, pero también que se encuentren entre ustedes
y que juntos podamos construir eso, en todo caso cuando menos compartir
la angustia de no saber qué sigue, pero el orgullo de haber participado
en una reunión que se planteó seriamente el problema de construir y la
solución al problema de construir un mundo donde quepan todos los mundos.
Esa es la política que nosotros creemos que vale la pena construir; es
una política que basa sus valores fundamentales en la inclusión y en la
tolerancia y que, en última instancia, pueda ser construida en cualquier
lugar del mundo, siempre y cuando no sea sobre la humillación de alguien
para valer la pena. Si no, creemos sinceramente que no vamos a hacer más
que repetir el mismo y viejo cansado girar de la rueda de la historia
que vaya al mismo punto donde comenzamos." Y ese encuentro de hace seis
años donde participaron algunos miles de personas de los cinco continentes
fue el embrión de un proceso amplio que se extendió y encontró su clímax
este año en Porto Alegre, Brasil, en la reunión del Foro Social Mundial
donde participaron aproximadamente 60.000 personas de todo el mundo, en
la búsqueda de "una sociedad planetaria centrada en el ser humano". En
la búsqueda de construcción de ese "Otro Mundo Posible". Y, para terminar,
que hablen las paredes de Buenos Aires a través de un graffiti anónimo
en el barrio de Palermo:
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