|
|
|
Estimados
colisteros:
Cuenta la leyenda que un grupo de médicos griegos, encabezados por Hipocrates
al ver a su país azotado por una terrible plaga, optaron por RESUCITAR
a Esculapio (divinidad griega de la medicina), quien la cura para luego
marcharse al exilio. Obviamente no todo lo que dicen las leyendas son
verdad, pero tampoco todo es mentira. Como sabemos los griegos rebautizaron
a la mayoría de divinidades egipcias, les colocaron túnicas y barbas y
pasaron a formar parte fundamental de su cultura. Hipocrates, considerado
como padre de la medicina vivió muchísimos años después que Imhotep, y
recupero o redescubrio, muchos de los conocimientos de este medico egipcio.
Sabemos además que gran parte de los estudios que realizo Hipocrates y
sus colaboradores, fueron realizados en el mismísimo templo del medico
Imhotep. La existencia de Imhotep, esta mas que probada, existen documentos
escritos que hablan de el y forma parte de lo mejor de la historia egipcia
científicamente comprobada. Sobre Esculapio tenemos también varias referencias
pero no las suficientes para decir que no es el mismo que Imhotep. La
mayor referencia que tenemos de Esculapio es el juramento hipocrático
que transcribo a continuación: "Por Apolo médico y Esculapio, juro: por
Higeia, Panacea y todos los dioses y diosas a quienes pongo por testigos
de la observancia de este voto, que me obligo a cumplir lo que ofrezco
con todas mis fuerzas y voluntad. Tributaré a mi maestro de Medicina igual
respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna
y socorriéndoles en caso necesario; trataré a sus hijos como mis hermanos,
y si quisieran aprender la ciencia, se las enseñaré desinteresadamente
y sin otro género de recompensa. Instruiré con preceptos, lecciones habladas
y demás métodos de enseñanza a mis hijos, a los de mis maestros y a los
discípulos que me sigan bajo el convenio y juramento que determinan la
ley médica y a nadie más. Fijaré el régimen de los enfermos del modo que
le sea más conveniente, según mis facultades y mi conocimiento, evitando
todo mal e injusticia. No me avendré a pretensiones que afecten a la administración
de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie;
me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios
o abortivos. Mi vida la pasaré y ejerceré mi profesión con inocencia y
pureza. No practicaré la talla, dejando esa operación y otras a los especialistas
que se dedican a practicarla ordinariamente. Cuando entre en una casa
no llevaré otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, cuidando
mucho de no cometer intencionalmente faltas injuriosas o acciones corruptoras
y evitando principalmente la seducción de las mujeres jóvenes, libres
o esclavas. Guardaré reserva acerca de lo que oiga o vea en la sociedad
y no será preciso que se divulgue, sea o no del dominio de mi profesión,
considerando el ser discreto como un deber en semejantes casos. Si observo
con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y
mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy
perjuro, caiga sobre mí, la suerte adversa".
Hipócrates
de Cos
(460-377 a.C.)
^ volver arriba
|
|