"La Biblia, al proponer de un modo
admirable el designio de Dios par la salvación de los hombres, está toda ella
impregnada del misterio salvador y contiene además, desde el Génesis hasta el
Apocalipsis, referencias saludables a aquélla que fue Madre y Asociada al
Salvador.
Pero no quisiéramos que la impronta bíblica se
limitase a un diligente uso de textos y símbolos sabiamente sacados de las
sagradas Escrituras;comporta mucho más: requiere, en efecto, que de la Biblia
tomen sus mismos términos y su inspiración las fórmulas de oración y las
composiciones destinadas al canto: y exige sobre todo, que el culto a la Virgen
esté impregnado de los grandes temas del mensaje cristiano, a fin de que
al mismo tiempo que los fieles veneran la Sede de la Sabiduría, sean también
iluminados por la luz de la palabra divina e inducidos a obrar según los
dictados de la Sabiduría encarnada"
(Pablo VI, Exhortación Marialis Cultus, sobre
el culto a la Santísima. Virgen María)