|
Se conocen varios estratos de acuerdo a la altura que alcanzan las especies. Existe una suerte de competencia entre ellas para recibir mayor cantidad de luz posible.
* El techo de la selva lo forman las copas de los árboles medianos que, en su competencia por la luz solar, se apretujan y entrelazan formando una capa continua de folaje 10 a 20 metros de altura: es el estrato de dosel o bóveda (petiribí, laurel amarillo, pindó, cedro, palmito, etc.).
* De tanto en tanto, árboles gigantescos de entre 30 y 40 metros emergen de ese techo y recortan sus copas contra el cielo. El conjunto de las islas vegetales que forman sus coronas es el estrato de los emergentes (palo rosa, lapacho, araucaria misionera ó pino misionero).
Aunque alcanzaron el beneficio indiscutido de la luz, los árboles que integran este estrato deben ser aptos para sobrevivir en un medio más hostil. Si bien comenzaron sus vidas en la húmeda sombra, debajo del dosel, ahora (ya maduros) no tienen protyección contra los vientos y están expuestos a matyoes temperaturas y menor humedad. Por lo general, sus hojas se achican y se endurecen, y en mucjos estan recuebiertas por una capa cerosa para reducir lapérdida de agua: algo muy importante en estra atmósfera, más seca que en el interior de la selva. Muchos de estos emergentes tienen además semillas aladas para aprovechar el viento (el aire circula en este nivel 100 veces más rápido que en el sotobosque y de 10 a 20 veces más que en el dosel (y así de esta manera dispersarse). El palo rosa es un buen ejemplo de ambas estrategias evolutivas
* Pero también hay árboles más bajos (de 3 a 10 metros de altura), cuyas copas no llegan a tocarse y proveen una capa arbórea por debajo del dosel. Este estrato intermedio incluye a ejemplares jóvenes de las especies que integran los niveles superiores (que esperan su turno hasta que la muerte de algún mayor les deja el acceso a la luz), y a esas especies de crecimiento menor y menores requerimientos lumínicos.
Esta división resulta, sin embargo, algo arbitraria: no existen divisiones nítidas entre las secciones que se fuden unas conotras mientras una maraña de lianas y enredaderas las entreteje, lo que aumenta la confusión.
Hacia abajo, en un ambiente de penumbra; los árboles interceptan la mayor parte de los rayos de luz hay un estrato arbustivo (ó sotobosque) con toda clase de arbustos, cañas y renovales de árboles.
Plantas de menor tamaño aún ( que sólo se despegan del piso unas decenas de centímetros), pastos y otras hierbas, pero principalmente helechos, forman el estrato herbáceo.
Por último está el piso de la selva, sobre el que se acumulan hojas, ramas y troncos caídos: un material orgánico en descomposición que permite el desarrollo de hongtos, musgos y líquenes.
Debajo de la hojarasca asoma el rojo suelo misionero, violento contraste con el verde de las plantas.
Hay plantas que, sin corresponder a ninguno de los estratos, vinculan a todos entre sí. Son las trepadoras (enredaderas y lianas) que se abrazan a los árboles para usarlos como soporte en su camino al sol, y que cuelgan luego de alcanzar sus ramas superiores enlazándose unas con otras, con los troncos, los arbustos, las hierbas y aun con el suelo: la trama de un formidable maraña.
También existen una enorme cantidad de epífetas, plantas que sacrificaron todo cotacto con el suel y sus nutrientes para tener un lugar al sol. Se adhieren con fuerza a los troncos o las ramas de los árboles (que usaron solamente como soportes y sin extraer de ellos ninguna sustancia,a diferencia de los parásitos y absorven la humedad del aire.
|
|