DE CONFUCIO (511 A.C.)
Ver lo que es correcto y no hacerlo, es falta de valor.
Haz de tu principal objetivo el ser concienzudo y sincero.
La sinceridad es el camino al cielo. El requerimiento de la sinceridad pertenece al hombre.
El hombre superior practica antes de predicar.
Cuando tengas defectos, no vaciles en abandonarlos.
El que espera mucho de él mismo y poco de los demás, evitará que los demás lo odien.
Los sabios no tienen dudas, los virtuosos no tienen penas, los valientes no tienen temores.
No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti.
Cuando estés trabajando para otros, que sea con el mismo entusiasmo que si estuvieras trabajando para ti mismo.
Si actos de bondad no son acumulados, son insuficientes para dar tu estampa de reputación. Si actos de mal no son acumulados, no son suficientes para destruir tu reputación.
Haz que los que estén cerca de ti sean felices, y los que están lejos vendrán.