~oº Caracoles salados ºo~ Por Olga D. I. López - 18-04-2006
Antes de partir a conocerte y dejar todo de lado... felicidad... felicidad inundaba todo mi ser...
Agarré mis ojotas, llevé mi sombrilla y mi pelota de playa y me senté junto al mar...
Cuando lo vi, mis sentidos enloquecieron. Mis ojos, con tan solo ver a esas alborotadas olas, como llamandome a que vaya a jugar junto a ellas, lo hice. Mis oídos, al escuchar su sonido... fue el mejor valls que bailé en mi vida... junto a mi pareja, el mar. Su aroma... su aroma lo percibía, percibí sus sales y su armonía con tan solo oler un poco la arena...
Cuando me metí dentro de tus aguas saladas... supe que ese era mi lugar de origen... Sería porque tus olas son tan escándalosas como las payasadas que hago? O tan solo sería porque con tu hermosura podes extremecer hasta el corazón más reprimido...? Hasta el corazón más duro...? Porque yo también tengo ese mismo poder... con tan solo una poesía que escribí... pude hacer llorar hasta a la propia maldad... suena egocéntrico lo que digo? Puede ser, pero es la realidad. Será por eso que me identifiqué con vos mar? Después pensé... si era tal vez la frialdad de tus olas... porque se que yo también soy algo fría o por ahí poco demostrativa... pero al igual que vos, agua salada, se amar a la gente que me rodea... porque con nuestras olas, con nuestras caricias fuertes, a veces duras, a veces lastimosas... pueden hacer feliz o sentir placer a mucha gente...
Que sentía cuando estuve dentro tuyo, mar...? Mi piel, muchas sensaciones sentí cuando acariciabas mi cuerpo, sensaciones hermosas... pero, me acariciabas o me golpeabas? Recuerdo que tus olas me arrastraron y manipulaban mi cuerpo a su antojo, me encerré y no quería salir más de allí. Desié estar con él mar, y no irme nunca más de allí, desié quedarme a vivir junto a él por siempre... me olvidé de todo... desié abandonar la felicidad que había en mi casa por quedarme con él... junto al mar. Mis dedos, parecia un acto de obsenidad verme acariciar al mar con tanto placer... pero era tan solo un acto puro y de amor... ¿Por qué me llevabas a la orilla...? ¿Por qué no me dejabas quedarme junto a vos? Si no estabamos haciendo nada impuro que el "ello" quisiera... ¿Acaso querías que me fuera? ¿Qué te dejara? Yo dejé mi vida por ir a conocerte, por tan solo disfrutar un rato de tu compañía... me jugué por vos... y encima me echabas...
Eso hice... vos me lo pediste... eso hice... Pero lloraste... lloraste, tu cielo llovio... Y me fui sin entender el porqué de tus lágrimas... acaso... llorabas por que me ibas a extrañar? O por lo que me podría llegar a esperar al llegar a mis tierras?
Al partir, me llevé conmigo un caracol, como jurándote amor eterno, como si fuera una alianza de compromiso... que algún día... por más lejano que sea... iba a volver a verte...
y también lloré...
Hoy entiendo tus sentimientos, mar...
...no es que no querías que estuviera con vos...
...sino que sabías lo que me esperaba si volvía a mis tierras de origen...
...sabía que mis tierras ya no serían fertiles...
...sino más bien, secas y sin frutos...
...sabías que la felicidad se quedó en el medio del camino cuando volví a mi hogar...
...y que quizás si volvía cuando vos me lo advertiste...
...no lo perdía...
Cauntas veces tuve la felicidad en mis manos? Cuantas veces me sentí allí, en el Monte Everest... y cuando por fin logro acariciar la gloria... la felicidad se me escapa de las manos...
Igual, sabes que? No me arrepiento de haberte conocido... porque tus olas y tu marea alborotada... tus sales y tu frialdad... tienen algo de mí... Pero aún no se si me puedo describir así...
Así fue como coloqué el caracol que me llevé de recuerdo de mis días allí... en el mejor lugar de mi cuarto... y pensé en que yo soy uno de tus caracoles...
No es que mi marea sea fría y salada como tus olas... sino que llevo un caparazón, una armadura, que quiere proteger... proteger mi débil cuerpo y piel... como la de un caracol.
Lo uso como escudo, para que la gente no lastime mi llanto. Lo uso como arma, para no demostrar mis sentimientos... para no demostrar mi sensibilidad...
Pero lo que no saben, bestias ignorantes... es que mi sensibilidad es mucho más grande que la de cualquier persona...
Puedo saber atacar mejor, puedo saber lastimar mejor que otros... pero también puedo amar mejor a otras personas... Quizás, otros animales parecen tiernos, blandos o inofensivos... pero el caparazon de ellos es todo su cuerpo, solo lo superficial es blando...
Cuantas veces hice entrar a cualquier animal o bestia marina... en mi pequeño caparazón... pero lo rompieron... y lograron descrubrir a la babosa blanda que hay dentro... Por más que me escondiera dentro de mi caparazón, por más que hundiera mis antenitas en mi cabeza... mis sentimientos blandos me delataban... por más que huya de ellos... yo sola terminaba rompiendo este molesto caparazón...
Hoy vuelvo a ser el mismo caracol de siempre... débil y fuerte a la vez, vueltero, confunso y ciclotímico... pero con un caparazón aún más fuerte que antes. Donde solo entraran a mi territorio... los animales marinos que se lo ganen...
...solo quisiera que fueran aún más caracoles lo que habitaramos el mar...
               (
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