TeXTos coMPletos
y
GloSario iNTeractivo
a la vera
manzanilla
, al costado
de tu floreo,
un aroma me lleva.
siento el cortejo
de teros que saludan
pasar del carro.
con un charco, la sombra
regó el verano.
cuando amainan los patos
se ve el alambre
recubierto de juncos.
los montes arden
si es que el sol los alcanza
detrás del suelo.
mientras lloran, los cardos
me van muriendo.
a la huella, a la huella
que lleva al nido,
entre juncos va el carro
si no hay camino.
ranita de la pampa
corazón manso
del calor en las noches.
vuelvo a los llanos
donde sopla el recuerdo
y se orean los días.
no se calla el cencerro,
canta la vida.
gramilla, en la lomada
las vizcacheras,
con cuidado va el zaino.
en la tranquera
un hornero prepara
la vuelta al pago.
el barro es canto nuevo,
surco en las manos.
a la huella, a la huella,
que lleva al nido.
manzanilla al costado
se hizo el camino.
de regreso al nido
fue el alba, el primero
la aurora, el estío.
flamencos rosaban
turquesa el reflejo
del agua en el cielo
camino de casa.
de casa al camino,
del descanso al lecho,
igual la distancia.
oculto silbido,
descalzos dos niños
dos sombras buscaban
el sol de los juegos.
sonrisas, son mirlos,
son dos, caminaban
cargando el espejo.
las sombras no lejos
sombreaban la casa.
los viejos sonidos,
susurros, silencios.
desde la ventana
de regreso al nido
un llanto, un suspiro.
los dos nos miraban.
sueño pampa
resbalándome al sueño pampa adentro
con el sol de los ojos, por las nubes
va ganando mi sombra el lecho eterno.
liberada la luz, me vuelvo lumbre...
resbalándome al sueño pampa adentro
liberada la luz, me vuelvo lumbre...
mar, montaña, estepa y mi desierto
que florece en otoños, y en cigarras
trasnochadas por mantos de recuerdo.
liberada la luz, me vuelvo calma.
resbalándome al sueño pampa adentro
liberada la luz, me vuelvo calma.
espoleándole al día voy pampero
tras dicha atardecida, de entre manos
se desgrana hojarasca sobre el fuego.
liberada la luz, me vuelvo llanto...
resbalándome al sueño pampa adentro
liberada la luz, me vuelvo llanto...
humo, olvido, ceniza, viento eterno
arriero de penumbras y espejismos
salpicados de adiós celeste en celo.
liberada la luz, me vuelvo nido.
resbalándome al sueño pampa adentro
liberada la luz, me vuelvo nido.
la sien...
La sien, la mano, el pulso
(de la distancia
queda solo el camino)
la brisa, el rostro
(más allá de la sombra;
donde tus ojos)
van llenando la vida
bien desde el alba.
La voz, la sal, el agua
(de las palabras
ha nacido el silencio)
la luz, la escarcha
(resignando el ocaso
donde las horas)
van calando los días
en la mirada.
camino de casa
después de la siesta
me dio por buscar
tu luz de diamante,
vasija de espuma,
raíz de las coplas,
en mi paraiso.
tras la verde plata
álamo y ligustro
mulleron las horas.
acaso el ocaso
jilguero del monte
doraba tus hojas,
tu piel, la gramilla,
la sabia inundando
tu lecho de tronco,
la corteza herida
sendero del valle
encauzó las aguas.
néctar del Olimpo
que ensancha la pampa
y embriaga el suspiro,
enlaza la carne
por entre el deseo
y llévala lejos
por donde los vientos
tremolan de gozo
trasnochando el rumbo.
mirando el profundo
la noche, el oscuro
edén de las sombras,
cruz al sur la dicha
fugaz de la estrella
perdida en la aurora,
nos sorprende y baña
el sol y el rocío
mi piel y tus labios.
cubiertas las manos
de almíbar y almendras
desnudan las gotas,
caricias tajantes
por sobre las nubes
descubren el numen
sin hallar palabras
los cuerpos se encuentran;
un surco es el cielo.
habladurías
vendrá la luz a mi encuentro
por la tarde
por mi culpa madrugada
con tu nombre
diciendo que el adiós
después de todo
y del adiós al fin
queda el regreso
testigo de la dicha
es el olvido.
querrá el Jagüel abrazarme
desde el agua
desde el mismo manantial que
enturbia el llanto
rociando la quietud
brisa primera
con el penoso ardor
que trae la noche
cogollo del recuerdo
es la partida.
-cállese el monte silente;
hable la vida.
en desde el carro
me basta el sol añejo
ceibo cansado
cuando vuelves torcaza
rumbeando el rancho
alargando el suspiro
con tu aleteo
alguien está esperando
basta con eso
el girasol se asoma
aguas arriba
buscando resplandores
a la deriva
vuelven las gallaretas
cada verano
trajo la sal el viento
hasta mi lado
esta copla en los rayos
se enredó un día
que digo como junco
como una espina.
pasaron varias leguas
desde el camino
y las aguas no bajan
será el destino
que me mojó la espalda
de cara al cielo
tus ojos son la tierra
donde me siembro
y me florezco alado
sobre las ramas
mientras rozas el sueño
bajan las garzas
del ceibo y se acomodan
blanqueando el pasto
mirando al sol hundirse
todo en un charco
humedad
de agua.
de agua y barro,
y de nube también,
todo lleno.
el hombre,
mi hombre, adentro
llueve, hacia allá,
torrencial.
"amaine",reza;
adentro, mi hombre
de charco y nube
llora también.
de barro y agua
de cenizas en flor
y de nube en celo,
lloviéndome.
del que se quiso quedar
de sol a sol
desolación
y la sombra
de tu aroma
lejana.
de mar a mar
demás amar
y el rostro
de tu alma
desgarrado
por el llanto oscuro
de la media tarde.
así se va
el que se quiso quedar
se va el amor
y el odio lo sigue atrás
huayno del que
se quiso quedar
bajo el llanto
de la media tarde,
bajo el llanto oscuro
de la media tarde.
huayno del que
se quiso quedar,
y se fue.
sin prisa
que sensación, dios mío,
hoy la amé en su ausencia
la amé en ninguna parte
como desde siempre.
la amé en silencio hoy
sin prisa en sus horas
tomando en sus pechos néctar
su cáliz tomando en besos.
y así de borrachos
nos soñamos solos
desnudos, cansados, viejos
y sin prisa, vivos.
ebrio ya de llanto
hoy la amé en su ausencia
deseando sus labios guardando
marchitos los míos.
floración
tornasol, la luna en noche tu pelo
salpica las estrellas, en maría
el tierno,
incienso y calma, manos frías
el bley-ser, la mirada de la abuela
mansa el agua corre y se represa
repleta hasta tu vientre de agua encinta.
mirando de las nubes el reflejo
el río vuelve en lluvia, la mañana
tus ojos, en almendras, las miradas
la envidia rozagante del que espera
por el umbral ansioso reverdezca
en tus pechos florecidas las palabras.
canta, el aire, el viento su cortejo
de mar amar mojado con la cumbre
morena, en tu pampa huella cumple
el silencio por la lluvia bienvenida
dos gotas son campanas, charco, el día
música sin par, perpetua lumbre.
sobra el árbol del llano su bermejo
atardecido, la sombra agonizante
del diurno gorjeo, y consonante
tu voz serena brisa inquieta el trino
de las hojas doradas, el chasquido
de tus pies inseguros tras el viaje.
te veré en mis ojos hoy
de arena o tormenta
con barro en el pecho
y sal en los pies
te dirán mis manos
que han llorado mucho
lo poco que he sido
por pensarte en mí.
cruzaré el desierto
de insomne agonía
romperé el hechizo
del no amanecer
y detrás del velo
que encierra mi luto
te veré hoy, despierto,
y me iré feliz.
somos volviendo
como el pasto que crece
d´entre los rieles
como el verde esperanto, soy
el durmiente
que madruga el acero
y sostiene el trazo
cortando voy lagunas
de lado alado
"malacara", hermano
moja´o de espuma
de rabia en la barriga, sos
la ternura
que me frunce las manos
y me abre el pecho
voy camino del rancho
buscando el lecho
a la huella...
que el viento sopla
y juntos somos poncho
somos alforja.
qué amargo es el salitre
blanqueando el surco,
la risa, la mañana
se me hace un nudo el sol
cuando te veo
pálida estrella
llorando hasta las nubes
se hundió la huella
volando voy bandurria
bolea'o en las patas
remontando mi sombra
crueles las napas son
la sangre bronceada
que carpe el tiempo
dentro de mi guitarra
somos volviendo
a la huella...
que vamos juntos
y del nido nos llaman
marcando el rumbo.
vigilia
y de noche en noche
cuenta mis días
la eterna vigilia
con palabras rípeas
y voz de garúa
en las hondas gotas
amable fuente
doma los compases
liberando el ritmo
arrancando el cepo
la estrella la inspira
brillante musa
generosamente
para el blanco canto
de nívea esperanza
y en la escasa niebla
magra agonía
de la noche inquieta
la eterna vigilia
combate el hechizo
nuestros
duerme la noche tranquila
en mi lumbre niña
que el camino se hace agua
en mi despierto
y tus sueños son mis sueños
en la distante
yerma y desierto.
juega la estrella descalza
en mi lumbre niña
que la luna frunce el ceño
en mi descanso
y tus coplas son mis copas
en la hilarante
pena y ocaso.
ya sonríe el oscuro
de tus ojos pampa
ya la tierra se hace barro
en tus manos secas
voy sembrando en esta huella
zamba en la vera
de nuestros pasos.
siente el campo montaraz
en mi lumbre niño
que tu dicha alcanza el fresco
hasta mi dicha
y tu aroma es el aromo
en el durmiente
arado y vía.
vuelve el totoras cantado
en mi lumbre niño
que tu pasto sea un salto
hasta mi alambre
y tu voz calme mi tos
en tu inocente
lumbre restante.
abro...
abro la ventana a la luz
sin saber que en la vigilia
las palabras se nos quedan
hombre adentro.
brisa del mar, caricia alada,
prefacio ineludible
de tu retorno a mis huesos:
canta mi historia.
seré mi padre
Sabalero
seré como mi padre
y en mi gran río se ahogará lenta mi voz
bebiendo el agua mi vida se secará
y todo.
Cartonero seré como mi padre
y en mis suburbios se perderá tenue mi voz
tras las sirenas mi arrullo se dormirá
y todo.
vuela, serpentina de nostalgias, alto
lleva, espiral del viento amiga, lejos
la humildad del hombre humilde
el valor de los que valen
solos.
Quebrachero seré como mi padre
y en mi corteza se embriagará sabia mi voz
tañente el hacha mi rojo se cortará
y todo.
jornalero seré como mi padre
y en mis cosechas se agotará mocha mi voz
trillando el surco mi torso se agrietará
y todo.
bronce plateado
pude oír la sombra de un chajá en mis letanías
calcinándose por los destellos de otra aurora
dientes rechinantes entre el llanto de totoras
llanto de ultratumba de pradera ensangrentada
sangre en agua vuelta la venganza de las napas
paga de un muy crimen viuda tierra turbia esposa.