EL PAYADOR EN LA LITERATURA RIOPLATENSE

 

El payador aparece como personaje de la literatura rioplatense, con los nombres de: Santos Vega y Martín Fierro, en las obras de Bartolomé Mitre, Hilario Ascasubi, Rafael Obligado y José Hernández.. Estos autores prolongan la lírica gauchesca que fundara Bartolomé Hidalgo con sus célebres cielitos.

A principios del siglo XX y luego de la primera guerra mundial, se produce en nuestros países el más grande fenómeno inmigratorio hasta entonces conocido. Gente venida de las más lejanas tierras se incorpora a la población pre-existente, concentrándose en colonias y luego en los centros urbanos.

Es por entonces Argentina, un país joven que acaba de celebrar el primer centenario (1910).

Su población está integrada por "los del campo" y "los de la ciudad", como decía Sarmiento, entre la civilización y la barbarie ó - dicho de otra manera - los ilustrados y los "supuestamente ignorantes". Los primeros, forman la élite reducida que impone desde el centralismo porteño, una literatura ilustrada y cosmopolita; los segundos, son los gauchos, los indios y los inmigrantes.

No debe llamarnos la atención que el Martín Fierro de  José Hernández no figure en ninguna antología de la época. El autor muere ignorado en 1886 y recién en 1919 Leopoldo Lugones, declara al libro la Obra Épica Nacional, en una conferencia leída en el teatro Odeón, en una velada a la que asiste el entonces presidente de la república, Dr. Roque Sáenz Peña.

La cuestión de la nacionalidad cultural y el cosmopolitismo es,  en ese momento del proceso social argentino, una línea que divide el campo intelectual.

Borges - que había permanecido en España hasta 1920 - incorpora el ultraísmo al recién nacido movimiento vanguardista y declara su "anti gauchismo" en una guerra contra Lugones.

Dividir al público es el gesto característico de la vanguardia, por tal razón se forman dos grupos: El de Florida y el de Boedo. El primero encabezado por Borges y su literatura perfumada con esencias de otras tierras; el segundo, integrado por los poetas del dolor y la pobreza, los encargados de satisfacer "los bajos gustos de un pueblo semi- analfabeto y de sensibilidad inferior", según los intelectuales de Florida. Junto a ellos militan nuestros payadores, muchos de ellos hijos de inmigrantes como José Bettinoti, Fijori o el inglesito Mc. Carthey, en cuyas voces prende la poesía rebelde batallando contra el cosmopolitismo de Borges que propone depurar el criollismo y urbanizarlo para crear "el mito del coraje".

Ya en el año 1893, en una conferencia dada en el World`s folklore de Chicago, había dicho el escritor y crítico francés Paúl Groussac del gaucho payador: "Allí el payador agreste improvisa sus lentas melopeyas  en el metro cantante de los antiguos romances castellanos. El certamen comienza bien; pero suele concluir más trágicamente. He escuchado en un concierto campestre conceptos dignos de la más alta poesía; he visto florecer en esos labios rústicos, imágenes que, expresadas en estilo perfecto, podrían enriquecer cualquier antología".

Los marginados por el aparato cultural encuentran como paliativo, convertir la carencia en virtud. Comienzan a circular entre las manos del pueblo, modestas publicaciones que los poetas y cantores alcanzan a la gente humilde.

 

"Cuando la noche manda a suspender la brega

abandonando el yunque, la fragua y el taller

en el café del pueblo el bardo los congrega

y el canto milagrero tiene alma de mujer."

 

"Donde no llega el libro, la música y el arte

en esos rancheríos de triste soledad

con esos campesinos el payador comparte

su canto que es escuela de amor y dignidad".

 

Luis Alberto Martínez (payador uruguayo)

 

La propuesta vanguardista que apunta a romper con todo lo heredado (incluyendo las métricas tradicionales) no logra desterrar a la décima del sitio de privilegio que el pueblo le ha dado. Los poetas campesinos y los payadores, la convierten en la abanderada social y en ella cuentan sus penas y sus pocas alegrías, despertando y concientizando.

Este tipo de poesía, está emparentada con la poesía bucólica de los griegos donde, el hombre, es considerado un micro cosmos dentro del universo en armonía con el paisaje que lo rodea. No se trata del arte marfilista de Darío, sino de un tipo de poesía que compromete al poeta con su tiempo.

¿Que raro misterio existe  en cuanto a la permanencia de la décima?. Tal vez una de las razones a destacar es que ella favorece el desarrollo del texto argumentativo, como en el caso de los relatos criollos.

Entre los payadores anarquistas se destacan los nombres de: Luis Acosta García, Martín Castro y el uruguayo Carlos Molina, recientemente desaparecido.

Al primero de ellos corresponden estas décimas tituladas "Protesta Gaucha"  

 

Con la frente descubierta

la melena negra y lacia

traigo la gloria y la gracia

de un criollo que se despierta

vengo a golpearle la puerta

al congreso americano

que desde tiempo lejano

tiene una deuda sagrada

y he venido con la espada

de la justicia en la mano.

 

Vengo a reclamar lo mío

que por bueno me han quitado

quedando tan despilchado

que casi he muerto de frío.

Vengo con odio y con brío

hastiao del tiempo sufrido

razonable y convencido

que aunque es pueblera la cancha

he de ganar la revancha

si no es tramposo el partido.

 

Yo les quiero preguntar

a esos grandes mandatarios

que charlan como rosario

cuando quieren conquistar.

¿Qué es lo que hacen con cambiar

de costumbre en la nación?,

con esa preparación

que ante el progreso se abraza

ultimarán a mi raza

matando la tradición.

 

Y a causa de esas razones

del progreso Americano

le van sacando al paisano

los últimos patacones.

Lo llenan de obligaciones

siempre hay algo que pagar

por guías, por señalar,

por campos, marcas y sellos

y hasta pagarles a ellos

para que aprendan a hablar.

 

Nos quitaron las haciendas

a medias con el pulpero

después la lana y el cuero

caballos, matras y priendas.

Y en medio de sus enmiendas

queriendo de mejorar

no se fijan que al pasar

sobre La Pampa querida

llora una raza vencida

sin patria, pilcha ni hogar.

 

También el payador aparece como personaje y autor en la literatura del tango, donde se destaca el nombre de Juan Pedro López , payador uruguayo que fuera uno de los autores más grabados en la época de oro de la canción ciudadana.

Han sido muchas las páginas que han caminado por el mundo cuya autoría pertenece a los payadores, entre ellas "La Leyenda del Perdón" de Juan Pedro López, "El huérfano" de Martín Castro,"La Guitarra de Pancho Luna" de Roberto Ayala y José Curbelo y el tango-canción "El Carretero" de Arturo de Navas, que fuera éxito en la voz de Carlos Gardel.

 

                             Marta Suint                                                                                     José Curbelo

                      Payadora Argentina                                                                               Payador Uruguayo

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