Perro
de Montaña de los Pirineos
Historia de la raza
- Por Joan Ferrer
También
conocido como "Patou", esta es una de las grandes razas de los
Pirineos.
Presumiblemente
hacia el cuarto milenio antes de Cristo, tuvieron lugar unas migraciones
procedentes del sudoeste asiático que se extendieron a lo largo de Europa
occidental. Estas migraciones se realizarían en períodos muy largos de tiempo
y tomarían distintas direcciones. Así, pueblos de raza caucásica llegarían
hasta la cordillera Pirenaica y se establecería en sus dos vertientes. Estas
gentes irían acompañadas de sus rebaños -una de sus pocas fuentes de
subsistencia-, y acompañando a estos, unos grandes perros para protegerlos de
la gran abundancia de depredadores existentes entonces.
Con el paso del tiempo, el hábitat, el
clima, la alimentación, el trabajo y las necesidades del hombre fueron
moldeando aquel perro hasta convertirlo en el que conocemos en la actualidad.
Existen razones para creer que el actual Perro de Montaña de los Pirineos, no
difiere mucho del que existía en aquellos remotos tiempos. Prueba de ello es el
gran parecido que tiene con otras razas esparcidas por el resto de Europa, como
el Pastor del Trata en Polonia, el Kuvasz en Hungría, el Maremmano-Abrucés en
Italia y el Pastor Eslovaco en Eslovaquia. Todas estas razas procederían de un
tronco primigenio común, cuyas pequeñas diferencias morfológicas actuales serían
debidas a sus distintas ubicaciones geográficas.
LA
RAZA EN LA EDAD MEDIA
Hay razones lógicas que nos hacen pensar que el
Perro de los Pirineos (nombre que antes se le daba a este perro) nunca se ha
separado de los rebaños que siguen apacentando en los ricos pastos de altura de
esta cordillera, debido a la abundancia de depredadores, básicamente lobos y
osos. No obstante, existen documentos que atestiguan que desde el año 1350
también se le usaba como guardián de los castillos de Foix, Lourdes, Pau,
Orthez y Carcasona ubicados en la vertiente norte de la cordillera. A principios
del siglo XVI, el "Montaña" fue llevado por los pescadores vascos a
Terranova. Allí serían cruzados con los retrievers negros importados por los
emigrantes ingleses y fruto de estas uniones se originaria la raza de Terranova.
DESDE
EL SIGLO XVII A LA ACTUALIDAD
Fue a partir del siglo XVII cuando el Perro de Montaña
de los Pirineos empezó a ser conocido fuera de su hábitat natural.
Concretamente en el año 1675 el Delfín de Francia de 6 años de edad, se
enamoró de un bello ejemplar de ocho meses de edad y se lo llevó a la corte de
Versalles. A partir de entonces todo aristócrata que se preciara quería tener
un "Patou" (nombre cariñoso que presumiblemente se le dio a partir de
entonces).
Más tarde, durante la revolución francesa,
el Patou tuvo sus peores horas, en tanto que era uno de los símbolos de una
nobleza arrogante. Sin embargo, la verdadera propagación del Perro de los
Pirineos fuera de sus montañas se desarrolla en el siglo XIX con el nacimiento
del Romanticismo.
Estos
grandes perros, primero apreciados por su belleza y su prestancia, y después
por sus cualidades temperamentales innatas, inexorablemente ganaron el resto de
Europa y América, en donde fueron introducidos por el general Lafayette en el año
1824. En Australia fueron introducidos en 1843 para guardar los rebaños en una
explotación de Hamilton.
A principios del siglo XX debido a la
disminución de depredadores en los Pirineos, los pastores prestaron menos
importancia a su función de guardián, y tuvo lugar una importante regresión
de ejemplares en las dos vertientes de la cordillera. Para evitar su posible
desaparición y al mismo tiempo salvaguardar y mantener el "tipo" se
creó en el año 1907 "El Pastor Club". Este club publicó en Julio de
ese año el primer estándar oficial de la raza.
El Perro de los Pirineos no quedó al
margen de las penurias de la primera guerra mundial y su cabaña quedó
seriamente diezmada. Más tarde, en 1923 se creó la "Reunión
des Amateurs de Chiens Pyrénéens" que vino a sustituir al
antiguo "Pastor Club". Una de las primeras acciones de la RACP fue la
de reeditar un nuevo estándar oficial y afiliarse a la Société Centrale
Canine. Tanto en la primera como en la segunda guerra mundial se le usó como
animal de carga y de enlace. Después de este último conflicto armado, poco a
poco, se retomó su cría cuyos cachorros irían básicamente destinados a
familias que quedaban cautivadas por su extraordinaria belleza y su carácter
noble y afable, a la vez que excelente guardián.
Los días 18 y 19 de Noviembre de 1978,
dentro del marco del Coloquio internacional de fauna pirenaica organizado por el
Fondo de Intervención eco-pastoral (FIEP) en la facultad de Ciencias de Pau, el
profesor J.F. Manauthon aboga por la rehabilitación y reintroducción del Perro
de Montaña de los Pirineos como perro protector de rebaños.
En 1980, René Schmitt técnico
gubernamental, coloca a título experimental, una quincena de cachorros sobre
explotaciones ovinas en Rhone-Alpes. Quiere verificar si estos perros, conocidos
en el pasado por su eficacia para proteger los rebaños contra los osos y lobos,
pueden repeler los ataques ocasionados por sus congéneres: los perros
"asilvestrados". Esta primera iniciativa es el punto de partida de un
programa para la utilización de perros de protección de rebaños en los Alpes
y Pirineos.