En el marco de un bosque de araucarias centenarias, visitadas por cóndores
y zorros plateados, a 1560 metros de altura,
Huskys de los Pehuenes es casi otro mundo. Atendido por la
familia Cipriani, desde las cabañas y al calor de los leños, es posible
observar un acantilado y las nieves eternas de la cordillera. Allí predomina la naturaleza: el agua proviene de un arroyo de deshielo y la energía es eólica. Sin embargo, no falta el confort. Por eso los huéspedes cuentan con instalaciones sanitarias y agua caliente; con los cuidados necesarios para preservar el majestuoso entorno natural.
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