


Palomares vacíos ,
y
esa corola de escarcha
que me aprisiona el alma,
corona que se deshiela
con el calor de tus manos,
y
mi cuerpo se despliega
y
va al encuentro ,
del fuego de tus caricias
donde sembraste en mi corazón
frutos , flores , y sonidos,
y
ese torrente de luceros
que nos envuelve ,
mientras tu boca
recorre mi cuerpo entero.
Quiero que la noche
se quede sin ojos
y
que solo nos alumbre
la luna llena.
Dócil ave migratoria
envuélvenos en tus alas,
así se calma éste calor que
nos quema como volcán en llamas.
España-Granada-27/04/04
María Cristina Galera







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