"Prensa Subterránea" VINCIT QUI DURAT (Barón de Río Negro) Director José Gobello Año XIX - Nro. 566 - Buenos Aires, 30 de julio de 2002 Correspondencia a José Gobello - Casilla de Correo 1144 Correo Central 1000 - Buenos Aires |
"TRAS
VEINTE AÑOS DE SOLEDAD"
Con este número Prensa Subterránea cumple 20 años ininterrumpidos de actividad: Comenzó a aparecer cuando el Proceso de Reorganización Nacional capituló ante la Multipartidaria, eufemismo éste de un conglomerado de terroristas, paraterroristas y filoterroristas. Venía a suceder al Informativo Semanal que interrumpió sus apariciones cuando se produjo la que no sin sarcasmo denominamos rendición de Breda... sin pensar entonces que las lanzas pudieran oxidarse tan pronto.
El propósito de Prensa Subterránea era simple y claro: manifestar y dejar un testimonio distinto al difundido por medio de una prensa que había sido prolijamente domesticada por la venalidad o por el ideologismo. Se trató de una actitud puramente personal, del empecinamiento de un llanero solitario: Los vencedores se habían entregado a 1os vencidos y la venganza de los vencidos es siempre más cruel que la de 1os vencedores.
La Multipartidaria no dejó nada en pie pero dio a 1os nuevos derrotados un inapreciable ejemplo de cohesión. Porque entonces los comicios comenzaron a ser apenas internas de una alianza, hasta ahora indestructible, contra todos los que se negaran a justificar el terrorismo. Fue así como los partidos políticos asumieron de hecho 1a suma del poder público y homologaron su atropello mediante el engendro constitucional de Santa Fe / Paraná. Ya habían destruido minuciosamente el contrapoder militar no sin contar para ello con la colaboración de 1os militares mismos, que le recordaban a Prensa Subterránea la mansedumbre de los judíos cuando eran arreados a las cámaras de gas por la ferocidad nazi. Pero lo más dramático y ominoso no fue 1a sanción del artículo 38 de la Constitución Nacional parida por el Pacto de Olivos, sino la imagen patética del general Balza pidiendo perdón, no ante el pueblo, no ante los poderes constituidos, sino ante el más ruin y descalificado miembro de1 poder mediático.
Las fuerzas de 1a República (o dicho más primitivamente el antiterrorismo) habían ganado la batalla militar y perdido la batalla política. Esto es lo que se afirmaba. Quedaban todavía dos batallas por librar, la batalla dialéctica y la batalla histórica. El llanero, convertido en algo así como un nuevo sargento York, pensó que algo podía hacer en esas dos batallas pendientes. Dios dirá si lo hizo, pero veinte años de perseverancia fueron también veinte años de soledad.
¿Cuál es la situación del país al cabo de dos décadas de implacable partidocracia? Está a 1a vista: la desocupación, el crimen en la calle, las calles mismas convertidas en lupanares al paso, millares de personas condenadas a comer basura recogida noche tras noche en las bolsas de residuos, 1a lástima y el desprecio de la comunidad internacional, el pordioseo cotidiano a los organismos financieros foráneos y, por sobre todo eso, una justicia envilecida por la venalidad o el ideologismo que sella con plomo y soplete cualquier resquicio hacia la esperanza. Si acaso hubo un terrorismo de Estado, lo que hay ahora es un latrocinio de Estado.
A partir de 1a rendición de Breda la política dio la espalda al pueblo condenándolo a la desocupación y al hambre. Dejó de ser e1 arte de gobernar para convertirse en el arte de robar y, si alguien enrostra y contrapone el ejemplo de austeridad que dieron las fuerzas de la República, se habla de hipocresía.
Nada habría alegrado tanto a la partidocracia como el hallazgo de algunas cuentas bancarias suizas a nombre de los jefes militares. Cuando alguien descubrió que el general Bussi tenía en Suiza unos cuantos dólares, cuyo monto suscitaría 1as sonrisas lastimeras de 1os Neustadt, 1as Maríajulias, las Adelinas; los Longobardis y los Yomas, la Cámara de Diputados se rasgó las vestiduras e impuso su hipocresía moralizadora a al decisión libre del pueblo tucumano.
Sin embargo las grandes cuentas no las tienen los jefes militares sino los fariseos de la Constitución y la Democracia. Para poder tomar revancha en la persona de algunos jefes fue necesario retorcer la lógica y hacer pasar como robo de bebés la preocupación por el destino de los niños a quienes las peripecias inevitables de la guerra habían condenado a la orfandad. Al paraterrorismo lo exaspera la imposibilidad de hablar de militares corruptos y ladrones, que es lo que más gozo les daría. Los niños que en Afganistán u otros países de la misma laya son obligados por el fundamentalismo a servir como soldados, bajo la dictadura partidocrática de la Argentina son cínicamente convertidos en monaguillos de las sacerdotisas del odio como Mary Sánchez o Marta Maffei, en pichones de piqueteros a las órdenes de Raúl Castells. Por los años setenta a los adolescentes e impúberes se los arrastró a la calle a gritar duro, duro, duro, estos son los montoneros que mataron a Aramburu, y a los no nacidos a servir desde las panzas de sus madres como escudos o corazas contra la respuesta a la agresión terrorista.
Nada de esto parece herir la sensibilidad de las madres y las abuelas transformadas en pasionarias. Sería doloroso que la historia pudiera volver a repetirse y que mañana apareciera una nueva camada de pañuelos blancos. La violación sistemática de la conciencia de los niños es por lo menos tan despreciable como podría serlo, si acaso hubiese existido, el llamado robo de bebés.
¿Cómo pudo llegarse a este feroz aniquilamiento de la lógica y de la decencia? ¿Cómo pudo tolerarse la desfachatada confiscación de la Constitución, de las leyes, de la justicia y de la democracia? Cuando se dice que nunca padeció el país una crisis más profunda y más prolongada que la que ahora sufre, se olvida agregar que tampoco nunca careció el país, tanto como ahora, de ciudadanos capaces de imponer, por el camino de la ley o de la fuerza, el imperio de la Constitución.
Ahora el pueblo está librado a sus propios recursos, a tañer cacerolas como las tañeron en Chile los pinochetistas contra el aparcero de Fidel Castro que había condenado a1 pueblo chileno al desabastecimiento y a la necesidad. Lamentablemente el pueblo es inconstante por naturaleza, hoy puede quemar lo que ayer adoró o viceversa. Por eso 1as cacerolas han enmudecido y el voto bronca es como si se hubiese fugado de las encuestas. La protesta popular se ha ablandado a ta1 punto que ya no se lanza a combatir la desocupación y el hambre sino a salvar los ahorros de los especuladores y también 1os de aquellos trabajadores menos infortunados que habían podido ahorrar algunos pesos. ¿Cuánto más necesario que Nito Artaza nos está pareciendo el Perro Santillán!
La Multipartidaria puede sentirse feliz. Su obra fue gradual, prolija y completa. Destruyó el contra poder militar con lo que se aseguró su propia impunidad; hizo de la Constitución una sirvienta de los partidos políticos; hizo de Temis una prostituta y de los periodistas hizo corifeos de la mentira. AI pueblo lo convirtió en un gato entre la leña, pero un gato castrado. Todos somos espectadores de nuestra propia desdicha. Militares y civiles estamos condenados a consumirnos mirándonos e1 ombligo.
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"INJUSTICIA
EN LA ARGENTINA"
El 22 de enero de 1974 el presidente de la Nación y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, Juan D. Perón, con motivo del criminal ataque subversivo a la guarnición de Azul, donde fueron asesinados su jefe el coronel Gay y la esposa de éste, en presencia de sus hijos, ordenó el "exterminio de los terroristas para bien de la República". El 5 de febrero de 1975, la presidente de la Nación Isabel Perón, en ejercicio de las atribuciones del Poder Ejecutivo Nacional, encomendó a las Fuerzas Armadas y de seguridad "el aniquilamiento de las organizaciones terroristas". El 6 de octubre de 1975 el presidente interino, Ítalo Luder, mediante decreto que refrendaron, entre otros, Antonio Cafiero y Carlos Ruckauf, extendió la orden de aniquilamiento a todo el territorio argentino.
El 10 de diciembre de 1983 asume la presidencia de la Nación el Doctor Raúl Alfonsín, después de insultar y agraviar desde Roma, París y México a las Fuerzas Armadas de su país. Días después, violando la Constitución Nacional, por medio del decreto 158/83 y la ley 23049, hizo de cuenta que la represión del terrorismo se había iniciado el 24 de marzo de 1976 por iniciativa de los comandantes en jefe. Se sustanció así un juicio inconstitucional, irregular, ideológico, político y perverso, en el que se condenó al teniente general Videla a las máximas penas previstas en el Código Penal.
Con esa condena debió cesar la persecución contra el teniente general Videla. Pero no fue así. Quince años después de su condena, el 9 de junio de 1998, la policía irrumpió en su domicilio exhibiendo una arbitraria orden de allanamiento, expedida por un juez de San Isidro, prescindiendo de que los hechos ya habían sido juzgados en 1984 y a todo evento, se encontraban prescriptos. Poco después se le abrió al teniente general Videla un nuevo proceso invocando un supuesto Plan Cóndor, desconociendo la cosa juzgada y la prescripción, ambas sancionadas por un gobierno constitucional y aplicadas en reiterados casos por la Suprema Corte de Justicia.
El teniente general Videla se encuentra ilegalmente privado de su libertad desde hace más de cuatro años en violación a todas las normas constitucionales y procesales vigentes.
El empeño en buscar causas judiciales al odio y al rencor ha movido a que arbitrariedades análogas se hayan cometido con posterioridad contra otros jefes militares, a pesar de que todas las acciones penales intentadas se encuentran irreversiblemente extinguidas.
Hay que apagar el fuego antes de que se convierta en un incendio que acentúe el proceso de desintegración en que se encuentra nuestra patria. Seguir atacando injusta y vilmente a las Fuerzas Armadas es alejarnos cada vez más del camino de la paz y la concordia. La reconciliación es una utopía.
Para que los malos triunfen basta que los buenos callen.
Mario H. Laprida.
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"YO QUIERO"
(Trabajo póstumo del Capitán de Fragata I.M. (R.E.) Silvio Eduardo Galíndez)
Yo quiero un país que vuelva a los valores que lo formaron y engrandecieron: la familia, la escuela, el trabajo, la palabra empeñada, la moral social y la voluntad de grandeza conformada aún en e1 disenso.
Yo quiero un país que vuelva a ser capaz de decir basta a la corrupción social, económica y política, al escándalo público disfrazado de progresismo, a las maniobras bastardas a espaldas de su pueblo, a la impunidad y continuidad de clanes e imperios personales.
Yo quiero un país hermanado con el mundo, pero que respete y haga respetar su identidad cultural y económica.
Yo quiero un país que proteja sus instituciones y que ellas defiendan nuestro legado histórico y no sean meros instrumentos del poder circunstancial.
Yo quiero un país con grandeza y esperanza en la formación de su juventud y respetuoso y merecido reconocimiento a sus mayores.
Yo quiero un país que vuelva a sentir el orgullo de ser, el respeto a su gente y a la integridad de su territorio, en el cual el himno sea un grito emocionado y no un susurro avergonzado en el que sus gloriosos colores se exhiban, con orgullo y no se oculten con indiferencia.
Por todo ello, por el pasado, para modificar el presente y por el futuro de nuestros hijos, con el auxilio y bendición divina.
Yo quiero que me devuelvan mi Argentina.
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"QUE 20 AÑOS SON MUCHOS"
En la década del 70 los argentinos viajaban por el mundo y se traían las películas pornográficas en Súper 8, las revistas del destape español y hasta las corbatas que llevaban en el forro trasero el dibujo o la imagen de una mujer desnuda.
No faltaba la oportunidad de que el gerente serio de una empresa diera vuelta su corbata y mostrara el trofeo.
Todos hablaban del destape español. Muerto Franco, ¡viva la libertad! La Argentina, nuestro querido país, desde hace 20 años viene hablando del bendito destape. Cuando Prensa Subterránea nacía, en agosto de 1982, los quioscos de diarios y revistas se encontraban con revistas del destape. La televisión comenzaba a pasar las películas prohibidas y el pueblo decía que ahora se respiraba.
Hace más de 20 años no había corralitos, se podía caminar por la calle tranquilamente, no había secuestros express y no teníamos gobiernos corruptos.
Hace más de 20 años uno ahorraba, el banco daba intereses y cualquier cristiano que tenía título de bachiller, perito mercantil o industrial buscaba con el diario trabajo y lo encontraba.
Hace más de 20 años los chicos tenían sus programas de televisión y no los contaminaban con los problemas de los mayores; nadie hablaba de reality shows y la cumbia villera no estaba en los planes de nadie.
Hace más de 20 años en Buenos Aires se podía transitar con el auto sin problemas, no existían los baches, los semáforos, andaban y los piqueteros no existían.
Hace más de 20 años los padres de los chiquitos piqueteros eran bebés o quizás no existían.
Hace más de 20 años los universitarios que dirigen las universidades no estaban en este mundo y cuando los entrevistan ahora opinan como si hubieran vivido.
Hace 20 años era 1983, desde la televisión había programas dedicados a la política: la experiencia que usted va a vivir era uno de ellos y hablaba de la alegría de volver a votar.
Hoy Prensa Subterránea cumple 20 años y lo festeja de la peor manera que podíamos imaginar: secuestros, corralitos, desocupación, muertes en las calles, aumentos de precios, cacerolazos, desorden, piquetes, anarquía y amenazas.
Hace 20 años, todo eso no existía y nos hicieron creer que esto era una gran dictadura. Dictadura es la que tenemos ahora que no nos dejan hacer nada y para compensar los políticos nos quieren hacer creer que pronto volveremos a votar.
Card. Óliver Marceaux
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"EL PENSAMIENTO POLÍTICO DEL GENERAL
VIDELA (61)"
BALANCE
La tendencia hiperinflacionaria registrada a principios de 1976 se revirtió, merced a una acción gradual que aplicamos para que 1a ortodoxia antiinflacionaria no fuera con sus ritmos abruptos causa determinante de perturbaciones sociales. Allí está como testimonio de esta experiencia inédita el índice declinante del costo de la vida, en conjunción con la extraordinariamente baja tasa de desempleo y el favorable panorama de crecimiento e inversión.
Las reservas monetarias, prácticamente nulas al comienzo del Proceso, han llegado a más de diez mil millones de dólares, mejorando la posición negociadora del país.
La producción diaria de petróleo aumentó en un treinta por ciento y la de gas en un veinte por ciento, creciendo convenientemente e1 volumen de reservas y garantizando, en el caso del petróleo, llegar próximamente al autoabastecimiento y en e1 caso de1 gas, disponer de significativos saldos exportables.
Las exportaciones anuales han evolucionado de dos mil novecientos millonea de dólares a ocho mil millones en 1979, mientras que las importaciones de cuatro mil millones, ascendieron a seis mil quinientos millones, obteniéndose un apreciable saldo positivo.
Los proyectos de inversión industrial aprobados en el período alcanzan a un monto de tres mil seiscientos millonea de dólares, frente a1 estancamiento de1 período 1973 a 1976.
La producción eléctrica se ha incrementado en un treinta y tres por ciento, mientras sólo en el último año sé han construido mil quinientos kilómetros de caminos y cuatro mil novecientos metros de puentes. Además se han instalado en 1979 más de doscientas mi1 líneas telefónicas, alcanzando la cantidad más elevada en un año, en tanto que 1os proyectos ya licitados permitirán erradicar el déficit crónico.
No nos perturbarán en absoluto las prédicas agoreras a las críticas interesadas, porque sabemos, a través de los hechos, que estamos en el camino correcto y la opinión pública comienza a reconocer la validez de los resultados obtenidos. Dichos resultados no se exaltan para el elogio o la promoción de 1a labor del gobierno, sino para cobrar conciencia de los esfuerzos realizados por todos los sectores, que habrán de fructificar necesariamente en una mejor y más justa distribución de la riqueza.
31 de marzo de 1980.
PRENSA SUBTERRÁNEA. Edición a cargo de su director y redactor, José Gobello. Casilla de Correo. Correo Central (1000) Buenos Aires. Aparece dos veces por mes. |