Rebanadas
de Realidad
- Bambú
Press, México, 28/05/06.- Es
tiempo de coincidencias y desencuentros en el continente americano. Mientras el
Sur derriba barreras, el Norte erige vallas. Los que condenaban la existencia
del Muro de Berlín en nombre de la democracia, la libertad y los derechos humanos,
ahora impulsan la construcción de una especie de Gran Muralla China de tres mil
200 kilómetros que vaya desde el Océano Pacífico hasta el Atlántico. Con todos
sus misiles / y sus enciclopedias / su guerra de galaxias / y su saña opulenta
/ con todos sus laureles / el Norte es el que ordena, dice aquella canción con
letra del escritor uruguayo Mario Benedetti y música del catalán Joan Manuel Serrat. En contraste, sopla
otra brisa más amable en el otro extremo del hemisferio. El 24 de mayo pasado,
el Mercado Común del Sur (Mercosur) finalmente firmó el protocolo de adhesión
de Venezuela como socio pleno del bloque comercial, el mayor de América Latina,
creado en 1991 y formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. A partir de
ahora, la República Bolivariana tiene un plazo de cuatro años para su plena incorporación
como quinto miembro del bloque. Con cerca de 25 millones
de habitantes, Venezuela es el quinto exportador mundial de petróleo, posee las
mayores reservas de gas de América del Sur, representa la cuarta economía de América
Latina -detrás de Argentina, Brasil y México- y su Producto Interno Bruto (PIB)
por habitante se estima en seis mil cien dólares. Una de las iniciativas
energéticas impulsadas por el presidente Hugo Chávez es la construcción de un
gasoducto continental de 8 mil kilómetros de extensión desde Venezuela hasta el
sur de Argentina y que pasará por Brasil y Bolivia, con una inversión prevista
de 20 mil millones de dólares. Un extrovertido Chávez
manifestó su beneplácito ante corresponsales extranjeros: "Desde el punto de vista
geográfico, político, económico y social ahora estamos en el eje". El mandatario
expresó que no se trata del Mercosur de Carlos Menem, de Fernando Henrique Cardoso
("que se pasó a la derecha", agregó) y de "otros presidentes neoliberales". Y en alusión a los
Tratados de Libre Comercio (TLC) impulsados por Estados Unidos con algunas lamentables
complicidades iberoamericanas, destacó: "Qué distinto es esto a los tratados de
libre comercio [...]. Brasil, Argentina y Paraguay no nos piden a nosotros absolutamente
nada que tenga ver con la soberanía de Venezuela, como tampoco nosotros le pedimos
a los países hermanos que modifiquen nada". Y, dato curioso,
en el vocabulario del Mercosur no existen ciertos vocablos utilizados al norte
del continente como, por ejemplo, "inmigrante ilegal", "trabajador indocumentado",
"eje del mal" o "terrorismo internacional". Como dicen Onetti y Serrat: Hay quienes
se desviven / y así entre todos logran / lo que era un imposible / que todo el
mundo sepa / que el Sur también existe. |