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24 de marzo: Una larga historia de ausencias | |
Por Jorge Rachid | |
Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, 24/02/06.- Sin dudas la conmemoración y el recogimiento a 30 años de un hecho trágico que marcó la derrota de un proyecto de Nación estructurado en el modelo social solidario ,iniciado en 1946 , es auspicioso como memoria colectiva de un pueblo. Los miles de muertos , ausencias aún hoy sentidas no sólo desde el dolor sino desde el vacío provocado por el triunfo cultural neoliberal nos conducen a jalonar la memoria con las largas ausencias padecidas por el pueblo argentino, marginado y expoliado desde 1955 a la fecha. Las ausencias de los centenares de muertos en las jornadas del 55, el rostro de Felipe Vallese, la dignidad de la muerte frente al pelotón de fusilamiento del General Valle y el resto de los patriotas del 56, Mussi, Retamal y Mendez, Bello, los caídos en el Cordobazo, el Rosariazo , y en tantas épicas batallas del pueblo por hacerse visible frente a un poder que lo proscribía en su identidad mas profunda. Mascetti, los mártires de Trelew, todos ellos , cada uno en su contexto histórico desde su identidad y su pertenencia entregando la vida por el pueblo proscripto, por el regreso del líder, por las reivindicaciones sociales reprimidas por el Plan Conintes primero y luego por el neoliberalismo inaugurado por Krieger Vasena. Así el año 76 marca el punto más alto de la ofensiva contra el pueblo por parte de los dueños del poder que con la lógica de la Doctrina de Seguridad Nacional planificaron el genocidio para asegurar la inscripción de los nuevos paradigmas en la Argentina, que desde la globalización a la modernidad pretendieron y cambiaron la ecuación social y cultural nuestro país, hechos que desgraciadamente la democracia limitada recuperada en el 83, condicionada por el Consenso de Washinton no sólo no modificó sino que afianzó con la mas importante ingeniería social del fin del siglo, ejecutada en la década del 90 , desplazando a 15 millones de argentinos fuera del sistema en un verdadero genocidio social. Así los trabajadores peronistas y no peronistas desaparecidos en la dictadura, con comisiones internas diezmadas por la represión , marcadas por las patronales, personas desaparecidas en la historia, arrojadas no sólo desde los aviones sino desde la memoria del pueblo, con madres valerosas, algunas que heredaron de sus hijos peronistas un legado que no asumieron en los años de dicha y felicidad del pueblo argentino y se lanzaron contra un régimen asesino con valentía y determinación marcando un hito en el mundo, del cual los argentinos debemos estar orgullosos, las madres y abuelas del dolor. La historia de la segunda mitad del siglo XX está escrita. Hubo un pueblo proscripto, que tuvo triunfos parciales como recuperar la democracia después de 18 años de proscripciones y traer de regreso a su líder. Sólo la fuerza militar, la eliminación física, la marginación social y la proscripción política en conjunto podían intentar hacer desaparecer la historia. Lo hicieron pero no lo consiguieron, tanto que muchos que hoy conmemoran fueron actores principales desde ámbitos no militares en el necesario apoyo conciente o inconciente al golpe. Desde quienes plantearon que se debía apoyar a los generales mas "democráticos" tipo Videla frente a déspotas como Massera, desde partidos políticos que aún hoy no han realizado autocrítica, desde quienes apoyaron la Triple A con una lógica internista de un peronismo ultramontano hasta quienes desde estructuras tradicionales prestaron miles de intendentes en el país a la dictadura militar. Algunos que hasta hoy siguen planteando la teoría de los dos demonios como si el terrorismo de Estado fuese comparable a cualquier otra circunstancia de lucha. Tampoco olvidamos a quienes alegremente en plena democracia conquistada en el 74 pasaron a la clandestinidad dejando a la interperie de la represión a miles de militantes de base, pasto de la represión del 76. El debate está abierto y es bueno que así suceda y que el Gobierno lo estimule, que los ámbitos de discusión se abran para evitar la frivolización de la muerte y la falta de identidad política de los desaparecidos, ya que la ausencia sólo se puede paliar en su dolor, corporizando los hombres y mujeres que dieron su vida por la Patria y por el Pueblo. | |
El doctor Jorge Rachid es integrante del IBAPE, del CESS y del MNyP. |