Bufete de Informaciones Especiales y Noticias
PROV. DE RÍO NEGRO

Después de la audiencia

Por Pedro Pesatti (*)

Rebanadas de Realidad -Viedma, 24/03/06.- Cuando nosotros impulsamos la ordenanza que hoy rige en Viedma para reglamentar el artículo 66º de la Carta Orgánica, que establece la obligatoriedad de convocar a una audiencia pública cuando una norma exige para su aprobación una mayoría especial del Concejo Deliberante, debimos aguardar varios años hasta verla convertida en realidad.

El proyecto lo presentamos en junio de 2002 y durante ese período, mientras ocupábamos la presidencia del Deliberante, no conseguimos que el Concejo llegara a tratarlo. En 2004, cuando la ex concejal Sancho se desempeñaba como titular de la Comisión de Gobierno, logramos que desde ese ámbito -donde estaba radicado el proyecto- se iniciara un proceso para lograr su tratamiento. Fueron convocados a tal efecto distintos vecinos para que formaran opinión e introdujeran propuestas al texto original. En nuestro caso invitamos al profesor Alonso de la Universidad Nacional del Comahue para que integre esta mesa de discusión de la que tomaron parte, principalmente, ex convencionales municipales, como Miguel Bermejo, Jacabobo Abrameto, Nilo Fulvi y el ex intendente Rosso que lo hizo a pedido del Bloque del Mara. Logramos, sin duda, enriquecer nuestra propuesta original al tiempo que se sumó a este proceso el especialista Guillermo Worman de la Fundación Participación Democrática de Tierra del Fuego cuyos aportes fueron muy relevantes de la misma manera que mucho antes, en los orígenes de nuestro proyecto, habíamos contado con el invalorable asesoramiento de José María Musmeci de la Fundación Patagonia Natural.

Ciertamente este proceso nos permitió articular una norma que recogió las últimas experiencias en materia de audiencias públicas para constituir a nuestro proyecto en un instrumento claramente de vanguardia. Al finalizar este proceso del que ya dimos cuenta, el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad la ordenanza que lamentablemente, ya en manos del Ejecutivo, recibió un veto parcial. Debimos aguardar varios meses para habilitar el tratamiento de ese veto. Desde nuestra bancada aceptamos gran parte de las observaciones introducidas por el intendente Ferreira aunque desde luego no tuvimos coincidencias con él en relación con la supresión del Capítulo VI de la ordenanza que establecía las audiencias públicas por requisitoria ciudadana, es decir aquellas audiencias que la propia sociedad civil puede solicitar al municipio tras cumplir una determinada serie de requisitos. Lamentablemente el bloque del radicalismo que había votado por unanimidad esta norma se plegó al veto de Ferreira y no conseguimos la mayoría necesaria para dejarlo sin efecto. Sin embargo, pese a ello, logramos igualmente que Viedma tenga un sistema de participación ciudadana cuyos resultados, altamente positivos, quedaron a la vista el pasado 15 de marzo.

Lo que dejo la audiencia

El proyecto para crear un fondo fiduciario para obras de infraestructura urbana demanda para ser aprobado por el Concejo Deliberante una mayoría especial y, por imperio del artículo 66º de la Carta Orgánica, una audiencia pública previa a su tratamiento. Ocho expertos y más de cincuentas participantes fueron protagonistas de la primera audiencia pública que celebró la ciudad. Este instrumento que no pone el acento en lo cuantitativo de la participación sino en los aspectos cualitativos de ella -pues en una audiencia pública los participantes deben argumentar porqué están o no a favor del tema sometido a discusión a diferencia de otros mecanismos de participación ciudadana donde lo que importa es la cantidad de pronunciamientos, como en la consulta popular, por ejemplo- puso en relieve dos cosas: en primer lugar la seriedad con que los participantes acudieron a la convocatoria, demostrando en muchos casos horas de estudio y reflexión para pronunciarse ante ese ámbito. En segundo orden la audiencia demostró que Viedma tienen en la sociedad civil una reserva estratégica de gran envergadura para mejorar la toma de decisiones del gobierno local. Y finalmente dejó en claro el falso dilema que el Ejecutivo quiso instalar en la opinión pública en cuanto a que si no hay un fondo fiduciario no hay posibilidades de hacer obras públicas. La audiencia pública debía sumar o restar argumentos en torno al instrumento propuesto por el intendente Ferreira para ese fin, es decir, la creación de un fondo fiduciario que implica la vinculación del municipio con un banco o entidad financiera y el encapsulamiento como mínimo de cinco millones de pesos en una esfera que escapa a la gestión estatal. Sobre ese punto giró la discusión, pese a algunos expositores que en línea con el discurso oficial intentaron desviar el eje del debate.

Propuestas

Los argumentos que se expusieron durante la audiencia pública conforman un corpus de opiniones que demandarán de parte de los concejales y del Poder Ejecutivo un exhaustivo análisis antes de tomar cualquier decisión. Particularmente observamos que los argumentos más sólidos desaconsejan crear un fondo fiduciario al punto de que aún aquellos que mostraron su acuerdo con este instrumento señalaron decenas de modificaciones que se deberían introducir al texto girado por el intendente Ferreira para su consideración. Nosotros estamos reflexionando en torno a la conveniencia de crear un fondo para obras de infraestructura urbana pero dentro de la esfera del estado municipal con una junta de control integrada por representantes de la sociedad civil y de las juntas vecinales a los fines de garantizar lo que en definitiva el Poder Ejecutivo quiso propiciar a través de un fideicomiso. Nos parece que estamos ante la enorme oportunidad de crear un instrumento que satisfaga, por un lado, lo que todos queremos: continuidad en la construcción de obras de infraestructura urbana y, por el otro, de crear un instrumento que haga parte a la sociedad civil de esta iniciativa. Fueron muchos los expositores que reivindicaron el sistema de presupuesto participativo a lo largo de la audiencia -aún por parte de aquellos que adhieren a la creación de un fondo fiduciario- y en sintonía con este reclamo, y sobre la base de que nosotros hace más de un año tenemos presentado un proyecto de ordenanza para que el municipio adopte este instrumente de participación y gestión presupuestaria, nos parece adecuado comenzar a trabajar ya mismo para avanzar en esa dirección. Si creamos un fondo fiduciario estaremos marchando en la dirección contraria, en una dirección que numerosos municipios del país ya están tomando: abrir la participación ciudadana a la confección del presupuesto con el fin de identificar, en definitiva, las prioridades de la comunidad para la asignación de los recursos públicos.
(*) Presidente del Bloque de Concejales Justicialistas de Viedma.
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