EDITORIAL
Transitamos los últimos días del mes de Septiembre y nuevamente los índices de la economía nacional volvieron a mostrar indicadores que son materia de análisis, que no dejan de ser preocupantes, puesto que se advierte cierta tendencia de la economía a desacelerarse, de no mediar decisiones de política económica que promuevan la inversión.
Es sabido que la recuperación económica del último periodo,( post-devaluación ), estuvo basado en la exportación de granos (soja y trigo), petróleo, acero, aluminio, minerales, etc., favorecida por los precios internacionales, el no pago de los intereses de la deuda externa, la recuperación de algún sector de la economía nacional (construcción), y las inversiones de aquellos que rescataron o tenían dólares como moneda.
Sin embargo, los indicadores siguen mostrando la cara más cruel de nuestra Argentina, aquella del 50% de su población por debajo de la línea de pobreza, del 16% de desocupación, la del trabajo en negro y la de los salarios que no cubren la canasta familiar, la de la Industria Nacional y las Pymes, que todavía siguen haciendo el esfuerzo y pidiendo un tratamiento fiscal diferenciado...
En un País donde resulta un esfuerzo intelectual muy grande, entender por que hay hambre, a medida que pasa el tiempo se acerca el mes de febrero del 2005, que es cuando el gobierno deberá definir con los acreedores externos (bonista) su situación. La resolución de esta situación, a favor o en contra del país, marcará el futuro próximo, sobre todo si se cede , en los hechos, a las pretensiones externas.
A la luz de esta situación, reafirmando lo que decíamos en el número anterior, está claro que la salida definitiva, dependerá de decisiones profundas y de otro orden, concientes que la crisis económica y social es producto de nuestra condición de país atrasado y dependientes de los centros de poder mundial y que en este mundo globalizado nosotros somos los globalizados y ellos los globalizadores.
Bajo esta realidad es evidente que existe una gran contradicción entre lo que se dijo, lo que se dice, lo que se pregona y lo que se hace tanto en el orden provincial como nacional.
Por lo tanto, es en estos momentos cuando crece aún más, la responsabilidad de la ingeniería, partiendo de valorar positivamente las circunstancias particulares que vivimos en nuestro sector, sobre todo por la gran cantidad de obra pública que se viene desarrollando (viviendas, paso de Jama, línea de 132 kv, multitrocha, etc) y la que esta proyectada y se anuncia para nuestra provincia, es que tenemos que ser concientes que todo esto será una gran oportunidad perdida si no exigimos y debatimos en los lugares que nos toca desempeñarnos y ejercer la profesión, que debemos sentar las bases para la construcción de una provincia sustentable, capaz de aprovechar todos sus recursos naturales y transformarlos a través de su industrialización, que incorpore mayor valor a nuestros productos y fundamentalmente sea una fuente de creación de empleo.
No podemos ser espectadores privilegiados del momento, debemos ser activos defensores del diseño de una provincia que PLANIFIQUE sus acciones para los próximos años, que no sea excluyente y se base en la capacidad, la preparación y el conocimiento de sus habitantes, una provincia de y para 650.000 jujeños.
Todo esto enmarca y le debe dar sustento al trabajo institucional y de las distintas comisiones que se desempeñan en nuestro colegio, a las representaciones en los distintos ámbitos de participación que tenemos y al trabajo profesional en las distintas instancias laborales. Todo nuestro accionar debe tener como objetivo colaborar en la construcción de una provincia que merezca la pena ser vivida.
Es por eso que debemos rescatar y valorar todas y cada una de las distintas acciones que venimos desarrollando . Desde las exitosas jornadas sobre Higiene , Seguridad y Salud Ocupacional, la participación institucional en la Jornada Internacional para el restablecimiento del Corredor Ferroviario (tramo Jujuy-La Quiaca) realizado en la ciudad de Tupiza, el rol de nuestros representantes en la Fadie y Fadic, y en los foros empresarios, el compromiso creciente de los colegas que trabajan en la comisión de oportunidades laborales, nuestra participación en una delegación jujeña que conoció los procesos de desarrollo local en España, la incorporación de nuevos matriculados a la actividad del Colegio, la gran participación de los colegas en la comisión por la vivienda, la incipiente pero comprometida iniciativas de los ingenieros que participaran en las Olimpiadas, el relanzamiento del programa de radio de los ingenieros hasta el trabajo destacado por autoridades nacionales, de nuestros profesionales que se desempeñan en las cooperativas de viviendas y en los programas de capacitación laboral.
Nuestra vocación de servicio, se debe expresar día a día , y nuestro compromiso debe ser la garantía que no permita, que bajo ninguna circunstancia conozcamos un nuevo fracaso que tire por tierra todas las esperanzas y expectativas que tenemos. Teniendo presente lo que alguna vez el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, escribía en tiempos y circunstancias tan difíciles como las nuestras:
No aceptes lo habitual como natural / Por que en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada/ Nada debe parecer natural / Nada debe parecer imposible de cambiar.Ing. Sergio Aramayo