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Días más tarde el vapor pasó a recoger agua a una isla al pie de un barranco cubierto de árboles. El niño salió en un bote y quedó en tierra. Cuando empezó a caminar por la isla no encontró habitante alguno, salvo miles de cuervos a su alrededor, que luego se hicieron amigos y lo llevaron donde vivían. Aquí vivió muchos años con ellos; le enseñaron a hablar su idioma, e incluso a pescar y a volar. Un día, cuando los cuervos salieron en busca de alimentos, vio pasar un barco; se subió a una roca, le hizo señas, el barco arribó hacia él y lo llevó a su tierra donde vivía su padre. En esta ciudad había un Rey que se encontraba en un serio problema, pues diariamente llegaban dos cuervos a pedirle justicia y el Rey no podía dictaminar sentencia debido a lo intrincado del problema. Cuando el Rey supo que había llegado un joven que hablaba el idioma de los pájaros, lo mandó llamar para que hiciera de juez y le presentó el caso: -Si lo resuelves, te regalo mi palacio y te casas con mi hija. El problema es éste: El cuervo hembra puso los huevos y luego los dejó desamparados. Entonces vino el cuervo macho y los empolló. Ahora la cuerva quiere hacerse dueña de los hijos. El macho alega que él los empolló; por lo tanto son suyos. El joven luego de escuchar el relato, hizo llamar a ambos cuervos y los obligó a que fuesen a buscar a sus hijos. Cuando los hubieron traído les dijo: -Ahora ustedes vuelen adelante y los cuervitos atrás; al que sigan, ése es el dueño. Los cuervitos siguieron al padre, porque él los había empollado y criado. El Rey quedó maravillado de la solución del juicio. Cumplió su palabra, le regaló su palacio y le dio su hija para que se casase. En la noche de boda mandó a buscar a su padre. Todos los cuervos de la isla asistieron vestidos de negro. Antes los cuervos eran blancos. Desde entonces todos visten de noche y siempre andan de fiesta.
Cuentos Folklóricos de Chiloé Antonio Cárdenas Tabíes 1976 |