ESTA ES MI PILETA

 

 

                                                    

 

 

 

 

 

 

 

En ella paso la mayor parte de las horas del día, nadar es 
todo para mí, sentir el agua en mi piel, la voz del profe
guiándome es casi una necesidad. Entrenar es pasar día
a día del placer de hacerlo al dolor físico por el cansancio.
Pero, aún así vuelvo, es como un vicio. Es decir... hoy 
no voy, y cuando me doy cuenta estoy esperando junto a
los chicos el horario de entrenamiento. Es llegar a casa tan
cansado que generalmente me pierdo del postre, de una
buena película o de una salida con mis amigos. Es levantar-
me temprano para llegar horario y además como si eso fuera
poco también quedarme sin vacaciones.
Y me preguntan porqué?...tanto sacrificio, entrenamiento,
cansancio, y ahora además el gimnasio...!
Mi respuesta es siempre la misma: Porque me gusta. Pero
la realidad es que solamente nosotros sabemos lo que se
siente, el porqué se lo hace, el temor-felicidad que se tiene
ante un torneo, el deseo de superarse y bajar tu propio tiempo,
el llegar al objetivo y volver a comenzar sin descanso.
Pero por sobre todas las cosas lo hago porque quiero, porque
amo nadar y hacerlo es mi vida.