COMISIÓN NACIONAL

SALVEMOS AL TREN

 

 

LA MARCA DE TASSELLI

 

 

LA ÚNICA RAZÓN POR LA CUAL EL GOBIERNO NO REESTATIZA EL SAN MARTÍN ES EL MANTENER LA CADENA DE CORRUPCIÓN QUE MANTIENEN LAS CONCESIONARIAS FERROVIARIAS.

 

 

La muerte de 3 trabajadores de la mina de Río Turbio y el serio compromiso de vida de 10 compañeros más, hoy todavía desaparecidos nos muestra crudamente la secuela de la gestión de Sergio Tasselli en la administración de la mina de Río Turbio y la posterior inconsecuencia de la administración Kirchner.

 

No hace falta recordar que Sergio TASSELLI es el actual dueño de la concesión de metropolitano y que la fortuna de este señor ha crecido desmedidamente en la misma medida que se fue desguazando el Estado durante la década menemista.

 

La gestión Taselli en Río Turbio fue peor que una guerra, todo lo que se pudo robar se robó, todo lo que se pudo consumir se consumió y lo que no simplemente se rompió.

 

Tasselli llevo prácticamente al cierre de la mina de carbón y fue la lucha de ese pueblo perdido en el confín de la Patagonia la que le impuso al actual gobierno la continuidad de la explotación ante el dilema de seguir explotando la mina o emigrar.

 

Taselli llevó de una explotación donde trabajaban casi 4000 operarios en cuatro frentes de mina a una explotación en un solo frente donde solo trabajan aproximadamente 1000 trabajadores.

 

Taselli consumió todos los recursos que había acumulado YCF durante años, disolvió el grupo técnico de explotación de la mina, quemó media usina y llevó la seguridad de la explotación de la mina a niveles increíblemente bajos que solo la pericia de los obreros impidió accidentes catastróficos como el que hoy lamentamos.

 

Este grupo impuso métodos de trabajo que costaron la vida a mas de un trabajador y obviaron métodos de seguridad que venían usándose durante años (ver “Tasselli y su gente” en nuestra página, que fue publicado en enero de este año), entre ellos el aflojamiento del uso de la central de control de gas tysu, avanzado sistema que había sido instalado por YCF y que prevenía explosiones en el interior de la explotación.

 

Sin embargo Tasselli no es el único responsable de este nuevo desastre, la administración que vino después, (un administrador nombrado por Kirchner) tampoco se puso a la altura de las circunstancias para reflotar la explotación y ponerla a la altura de los tiempos, o por lo menos si más no fuera al mismo nivel que tenía antes de la privatización.

 

Esta administración se limitó a administrar el desastre y a apostar a un lento desangre de la explotación hasta que la misma se atenuase y desapareciera sin pena ni gloria.

 

Río Turbio se mantiene hoy en marcha solo por la heroica lucha de sus trabajadores y a pesar de su actual administración.

 

En conclusión el accidente de estos días no solo es responsabilidad de la administración Taselli que destruyó la mina si no también de la actual administración que no ha sido capaz de revertir la situación generada por el primero.

 

Río Turbio es un desesperado grito de patria en los confines de nuestro país donde la administración de aquella provincia apuesta a un inexistente turismo, hoy solo usufructuado por la burocracia de esa provincia, en lugar de apostar al desarrollo de la industria y de actividades que podrían generar empleo y bienestar para miles, tal como alguna ves lo izo YCF en Río Turbio.

 

Para nosotros y nuestros ferrocarriles Río Turbio es un espejo en el cual mirarnos, Tasselli no se irá si no somos capaces de echarlo, y tal como en Río Turbio cuando se vaya dejara tierra arrasada, la cual si insistimos en manejar como ahora nos propone el gobierno con el San Martín solo nos provocará llanto por las víctimas que tal como Río Turbio producirá la nueva gestión.

 

Por lo antes dicho, volviendo al tema de nuestros ferrocarriles, cuanto antes echemos a Tasselli menor será lo que tengamos que reconstruir, pero con echarlo no alcanza, debemos también ser capaces de imponer un gobierno de la Empresa Ferroviaria Estatal en manos de sus trabajadores y sus usuarios si nos queremos curar en salud de los efectos posteriores de la catástrofe neoliberal.

 

C.N.S.T.

 

0221 15 501 6762

0221 429 7100 (1225)

 

La Plata, 16 de junio de 2004