Nuevas
formas
de
represión
FMI
o
Trenes.
Usted
decide.
Una
de
las
características
de
este
gobierno
es
el
estar
permanentemente
en
pose,
no
importa
cual
sea
la
circunstancia,
siempre
es
un
buen
momento
para
una
foto.
Que
se
mueran
de
hambre
los
chicos
o
que
la
protesta
crezca
no
es
importante,
o
mejor
dicho,
no
es
tan
importante
como
es
lo
que
dirán
los
medios.
No
es
nueva
esta
actitud
de
nuestros
gobernantes,
pero
pocas
veces
como
ahora
se
ha
exacerbado
a
este
extremo
esta
conducta.
Hoy
el
gobierno
no
reprime
en
la
calle,
no
porque
no
quiera
hacerlo,
si
no
mas
bien
porque
no
puede,
el
fantasma
de
diciembre
del
2001
los
acosa
permanentemente
y
no
pueden
ahogar
una
protesta
porque
temen
que
las
reacciones
que
puedan
provocar
se
transformen
en
incontrolables.
De
paso,
la
foto,
el
gobierno
presenta
así
un
perfil
democrático
y
progresista,
ocultando
su
verdadera
debilidad
y
lo
que
es
peor
sus
intenciones.
Dentro
de
esa
línea
de
acción
se
encuadra
entonces
el
enjuiciamiento
de
numerosos
luchadores
populares,
que
al
no
poder
enfrentarlos
en
la
calle
los
manda
a
buscar
de
noche
con
la
policía
escudándose
en
una
justicia
teñida
de
por
lo
menos
parcialidad.
Pero
este
procedimiento
no
ha
alcanzado
para
frenar
las
numerosas
luchas
y
reclamos
que
se
vienen
sucediendo
ante
la
inacción
del
gobierno.
Las
lucidas
mentes
del
neomenemismo
pingüeril
han
elaborado
un
nuevo
procedimiento
utilizando
la
siempre
disponible
mano
de
obra
de
los
servicios
de
nula
bandera.
Es
así
que
en
los
últimos
dias
se
dieron
dos
hechos,
el
primero
fallido
y
el
segundo
totalmente
exitoso
de
este
nuevo
procedimiento
que
relataremos
a
continuación.
Se
presentan
unas
cruenta
personas
en
Once
y
bloquean
las
boleterías,
llaman
al
pollo
Sobrero
por
su
celular,
el
cual
muy
pocas
personas
conocen,
y
le
informan
que
las
boleterías
están
bloqueadas
y
que
podía
venir
cuando
quisiera
a
Once.
Sobrero
desconoce
al
interlocutor
y
no
se
hace
presente
en
la
estación
de
Once.
Si
Sobrero
se
hubiese
presentado,
esas
personas
hubieran
roto
toda
la
estación
e
incriminando
al
dirigente
ferroviario,
el
método
fallo.
Tres
dias
mas
tarde,
las
mismas
personas,
capucha
mediante,
frente
a
la
legislatura
porteña,
un
acordado
cierre
de
puertas
y
se
desata
el
infierno.
Los
compañeros
de
las
distintas
organizaciones
se
repliegan
y
alejan
del
lugar,
los
sueltos,
personas
que
se
encontraban
allí
por
un
justo
reclamo,
son
incitadas
a
la
violencia
que
envuelve
a
todos.
Esas
personas
sueltas
de
ayer
son
los
presos
de
hoy,
los
instigadores,
30
o
40
no
mas,
todos
ellos
servicios,
seguramente
se
habrán
encontrado
para
brindar
por
sus
“hazañas”,
y
recordar
los
viejos
tiempos
de
los
Falcon
verdes,
tan
caros
a
sus
recuerdos.
Otros tiempos, otros métodos, la misma gente.
C.N.S.T.