LA RELACIÓN CON CIVILIZACIONES EXTRATERRESTRES COMO PROBLEMA CULTURAL.

Es frecuente y no solo entre los que rinden culto al fenómeno OVNI, sino también entre los especialistas que investigan científicamente el problema de la posible existencia de inteligencias extraterrestres considerar que de producirse un contacto de esta naturaleza sería para la humanidad de fundamental importancia. Hace muchos años decía Joachín Illies que sería interesante que en los futuros viajes interestelares, de llegar a realizarse, el hombre encontrase formas superiores e inteligentes de vida. “Y si deseamos que el viaje espacial resulte rentable, esta conversación no debería tener en modo alguno un carácter primitivo, una conversación como la que los misioneros, por ejemplo, tenían con los nativos cuando se internaban en regiones desconocidas. No, tales inteligencias lejanas tendrían que ser en lo posible más elevadas que nosotros: merecería la pena realizar el viaje no para entablar relación con enanos intelectuales, sino con gigantes de la inteligencia. Solo hacia estos se dirigen nuestros sueños, que encuentran su expresión en las novelas futuristas de los autores de nuestros días”. ¿Será esto efectivamente así?¿La relación con una cultura superior contribuirá a resolver los problemas de la humanidad?. No hagamos futurología e intentemos responder a estas preguntas desde la historia y la antropología.¿ Que aconteció en la historia de la humanidad cuando se relacionaron culturas con diferente grado de desarrollo?. Tomemos el más emblemático de todos los ejemplos de interrelaciones culturales; nos referimos, a la conquista y colonización de América por los europeos. 
Sabido es que cuando los españoles se encontraron con las culturas originarias de América se preguntaron acerca de la dimensión racional de los indígenas. ¿Podían estos ser considerados como hombres?¿Tenían alma?. Después de que el Papado resolviera la condición humana de los indígenas americanos, no por ello el destino de estos resultó más favorable. Lo cierto es que las culturas amerindias fueron desestructuradas y quedaron sujetas a un proceso de explotación y expoliación que aún hoy continúa a pesar de haber pasado más de 500 años del descubrimiento de América por los europeos. Era obvio que desde el punto de vista técnico la civilización europea estaba más adelantada que las culturas originarias de América pero no por ello estas alcanzaron el nivel de los europeos. Es que cada cultura tiene su propia imagen del mundo, sus propias tradiciones y cuando se produce un proceso de interrelación cultural lo más probable es que la cultura técnicamente más desarrollada tienda a dominar y desestructurar a las culturas, que en la perspectiva de la primera, son menos evolucionadas. Solo una cultura como la de Occidente, que ha hecho de la razón, su mito fundante, puede pensar a través de algunos de sus científicos, que una relación cultural con civilizaciones extraterrestres más adelantadas, pueda beneficiar a la humanidad. ¿No correría esta el mismo destino que les cupo a las culturas amerindias desde fines del siglo XV? ¿No quedarán desestructuradas las culturas que tan trabajosamente han desarrollado las diferentes sociedades, incluida la de Occidente?¿Qué debe hacer el hombre frente al posible contacto con inteligencias extraterrestres al expandirse en el espacio cósmico?. A nuestro modo de ver son tres las posibilidades que se le abren a la humanidad. 1)El espacio cósmico es nocivo para la permanencia del hombre por períodos de tiempo muy prolongados y consecuentemente este se encontrará siempre en la Tierra. Sería un comportamiento similar al adoptado por la cultura China, durante gran parte de su historia, volverse sobre si misma y considerarse el centro del mundo. Trasladada esta actitud al espacio exterior implicaría considerar al hombre el centro del cosmos sin tener necesidad de relacionarse con seres extraterrestres precisamente por su condición central. 2) El hombre sale al espacio cósmico o mejor, inteligencias extraterrestres superiores arriban a la Tierra y conquistan nuestro planeta, perdiendo la humanidad su libertad, su independencia, su cultura; de la misma manera que fueron conquistados los pueblos originarios de América, Asia y África. 3)El hombre se extiende por el espacio cósmico, se encuentra con culturas y civilizaciones más retrasadas, las conquista y las convierte en colonias de la Tierra, de la misma manera que Europa creó un mundo colonial subordinado en los otros continentes. Se podría argumentar que existe una cuarta posibilidad y es la que en la historia contemporánea le correspondió a Japón. De la misma manera que los japoneses asimilaron la tecnología europea y se desarrollaron de una manera extraordinaria; la humanidad podría asimilar la ciencia y la tecnología de las civilizaciones extraterrestres más avanzadas y finalmente competir con ellas por la hegemonía en el cosmos.

Sin embargo, ¿Preservaría su cultura?. Un complejo cultural no se reduce a su dimensión científico técnica incluye valores simbólicos, manifestaciones artísticas, tradiciones religiosas,  pautas de costumbres. ¿Qué ocurriría con todas estas dimensiones de la cultura? ¿Perderíamos la capacidad de asombrarnos ante la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel de la misma manera que gran parte de la juventud japonesa contemporánea reniega de los valores tradicionales del Japón?¿Qué relación se establecería entre el progreso científico técnico aportado por las civilizaciones extraterrestres y las tradiciones religiosas, artísticas y costumbristas de la humanidad?. Hasta ahora hemos hablado de humanidad, como un todo conjunto frente a las inteligencias extraterrestres superiores; pero sabemos que la humanidad como conjunto es un abstracción, las existentes reales son las diversas culturas, donde algunas desempeñan un rol dominante y otras unos de dominadas. ¿No podrá ocurrir lo mismo que aconteció en México donde los Tlaxcaltecas, Chichimecas y otras parcialidades originarias se unieron a los españoles para liberarse del yugo azteca?. Más de un lector en estos momentos podría decir que todos estos razonamientos son antropocéntricos, se centran en la historia del hombre. Pero es que esta es la única historia que conocemos y si queremos especular con posibles contactos con civilizaciones extraterrestres no tenemos más alternativa que hacerlo desde la experiencia atesorada por la humanidad en sus interrelaciones culturales. Pero no todo son preguntas. No existe ninguna necesidad en virtud de la cual la humanidad deba predisponerse favorablemente para el contacto con inteligencias extraterrestres. Herbert George Wells (1866-1946), autor de diversas novelas de ciencia ficción, escribió entre otros trabajos, “La Guerra de los Mundos” en 1898, donde narraba la invasión de la Tierra por seres extraterrestres. En 1938, Orson Wells realizó una versión radiofónica de esa novela, que fue tan realista que dio origen al pánico y la desesperación de miles de oyentes que comenzaron a huir de la ciudad, algunos de ellos para enfrentar a los alienígenas. Esta reacción que tuvieron los oyentes, que al escuchar la radio, creyeron que la humanidad estaba siendo enfrentada por seres de otros mundos, solo resultaba explicable en el contexto social de la época. Existía un clima bélico. En 1939 Hitler invadía Polonia y daba origen a la Segunda Guerra Mundial. La psicosis en torno a la guerra llegaba a tal extremo que la versión radiofónica de esta novela, bajo la forma de un noticiario, condujo al caos; hasta tal punto que hubo que suspender la emisión radial, para dar cuenta que se trataba de un radioteatro. Pero la guerra sí que se produciría solo que entre los hombres. Una vez más la actitud de estos frente a las inteligencias extraterrestres estaba mediada por la situación cultural de gran parte del mundo. En la postguerra el equilibrio atómico entre los EEUU y la URSS condujo a muchos a visualizar en el fenómeno OVNI a los salvadores de la humanidad. Isaac Asimov tiene una perspectiva más optimista “¿De que serviría- dice- el diálogo entre dos civilizaciones, con intermedios de mil años? (...) La humanidad sabría que no es la única inteligencia, ni siquiera (muy probable), la máxima inteligencia del universo, lo cual ejercería un efecto profundo sobre la religión y la filosofía, las costumbres y nuestra aproximación al mundo que nos rodea. (...) Aún queda una pregunta: ¿Es peligroso? ¿Es prudente atraer la atención de una supercivilización hacia nosotros? ¿ Que ocurriría si los chimpancés atrajeran nuestra atención hacia un fértil continente, donde ellos fuesen la forma de vida más elevada? ¿No trataríamos de conquistar al continente, eliminando a los chimpancés sin el menor remordimiento? (...) Además, ¿Estamos seguros de que una inteligencia espacial solo pensaría en destruirnos?. Hasta nosotros, una especie capaz de perpetrar los crímenes nazis, hemos llegado al punto de lamentar la extinción de cualquier clase de vida no inteligente y haríamos todo lo posible para preservar a los chimpancés en su ambiente. ¿Han de ser unos seres supercivilizados menos decentes que nuestros instintos imperfectos?. ¡No! Yo creo firmemente que un contacto de mentes a través de los grandes abismos del espacio solo podría producir buenos resultados, no malos”. La confianza de Asimov se basa en una “ilusión del progreso racional”. Pese a los esfuerzos de los ecologistas, todos los años desaparecen nuevas especies vegetales y animales. No estoy muy seguro de que respetemos el hábitat de los chimpancés. La propia forma urbana e industrial de nuestra civilización occidental conspira contra los hábitats naturales de múltiples especies, incluida la del hombre mismo. No tenemos certeza alguna de cuales pudieran ser las consecuencias culturales de un contacto con otros seres inteligentes, pero si estos habrán de seguir los lineamientos que se registraron en la historia de la humanidad, ciertamente no son muy prometedores.

Referencia de los gráficos:
1) "Desembarco de Cristobal Colón". Oleo sobre tela. autor: Pedro Gabrini
2) Al igual que el hombre ha dominado y esclavisado a las otras razas inferiores que ha encontrado en los continentes explorados y conquistados por él, la exploración y conquista de otros planetas nos traerá constantes repeticiones de la misma escena, en que las razas consideradas como débiles o inferiores serán dominadas o exterminadas. Tomado de Revista "Cíclope, la incógnitas del espacio" #38

Lic. Miguel José Ruffo