La fiesta de unos pocos
La historia vuelve a repetirse

Obra de teatro en tres actos

Las Manzanas de las Hespérides


Euristeo en un principio había ordenado diez trabajos para Heracles, pero no reconoció dos de ellos, por lo que lo obligó a cumplir dos más. Así, el trabajo número once sería traer manzanas de oro del jardín de las Hespérides.

Cuando Zeus se casó con Hera, la Tierra regaló a la diosa un árbol cuyos frutos eran manzanas de oro. Hera lo conservó en un jardín bajo el cuidado de las Hespérides, hijas de Atlas. Pero se dice que éstas desperdiciaban las manzanas, por lo que la reina de los dioses puso de guardián al dragón Ladón. Este dragón tenía 100 cabezas y hablaba varias lenguas, y cuidaba el árbol de los frutos de oro con su cola enroscada en su tronco.

Pero había un problema, Heracles no tenía idea de donde estaba este jardín.

La liberación de Prometeo

Así que salió a la aventura, determinado a obtener alguna información. Se encontró con las ninfas del río Eridano, quienes le aconsejaron visitar al viejo Nereo, dios del mar, quien lo envió a buscar a Prometeo.

Siguiendo este consejo, Heracles se encaminó a las montañas del Cáucaso, donde encontró a Prometeo encadenado, con el buitre que le devoraba las entrañas.

Heracles mató al buitre con sus flechas, rompió las cadenas y dejó libre a Prometeo. Agradecido, el titán envió a Heracles con su hermano Atlas, asegurándole que él sabía dónde encontrar las manzanas.

Atlas

Heracles viajó hasta encontrar a Atlas, el titán condenado a cargar el peso de los cielos. Lo escuchó atentamente y dijo saber dónde encontrar las manzanas de oro, incluso que él mismo se las traería si le hacía el favor de sostener los cielos mientras tanto. Heracles tomó la pesada carga en sus hombros y Atlas se dirigió a cumplir su parte del trato.

Llegó hasta el jardín, mató al dragón, tomó las manzanas y regresó al lugar donde había dejado a Heracles.

Pero sus pasos empezaron a hacerse más lentos. Mientras se acercaba no podía dejar de pensar con horror en la condena que iba a seguir cumpliendo pronto, y continuar con ella por siglos sin alivio.
Sintió la dulzura de la libertad, y decidió mantenerla. Llegando hasta Heracles, le anunció que el mismo llevaría las manzanas a Euristeo y que lo dejaría a él cargando los cielos.

Fingiendo una satisfacción, que estaba muy lejos de sentir, Heracles asintió, pero detuvo a Atlas pidiéndole que sostuviera un momento la pesada carga, mientras se acomodaba e incluso ponía un cojín en sus hombros. Atlas, al fin y al cabo de buen corazón, dejó las manzanas en el suelo y tomó los cielos.

Pero Heracles, en lugar de prepararse para cargar nada, tomó las manzanas y dejó a Atlas con el peso de los cielos en su espalda, hasta que llegara un héroe más compasivo a liberarlo.

Meses después llegó con Euristeo y le entregó las manzanas.

 

Personaje ----------------------------------------------------- Representado por:

Euristeo -------------------------------------------------------Poder económico internacional

Jardín de las Hespérides -------------------------------- La Argentina

Atlas ---------------------------------------------------------- El pueblo

Ladón --------------------------------------------------------- La clase media

Heracles ------------------------------------------------------Domingo Felipe

Nereo, Prometeo y las ninfas --------------------------- Los políticos argentinos


Derechos Registrados

Datos del autor: Juan Antonio de Buenos Aires, Argentina
Correo: juantonio25@hotmail.com