"El Ser Nacional"
Me siento extraño al escribir sobre este tema, ya que en pleno desarrollo de la globalización, pienso en la esencia del ser nacional. Si hoy el hombre, consciente o inconscientemente, trasciende de una u otra manera las fronteras nacionales. Los mercados nos han obligado a que así sea y en muchos casos eso es muy ventajoso, pero también ocasiona perjuicios en ciertos países. Entonces, uno debería formularse la pregunta de: ¿Hasta donde afecta el proceso de globalización? O bien, ¿serán problemas locales los que produce los perjuicios?. Y de ahí surge mi necesidad de escribir sobre el ser nacional, ya que en el caso de los argentinos, observo una contradicción muy grande, a simple vista: Nuestra Patria, tomando en cuanta la cantidad de habitantes (en proporción), es la que más premios Nóbel obtuvo; que muchos compatriotas triunfan en el exterior por su preparación y muchas cosas más que destacan al ser argentino y esto dicho sin menospreciar a ningún habitante de otra Nación, pero cuando miramos a la Argentina como País, la vemos fracasada y rica potencialmente, a tal punto que muchos observadores internacionales no puedan comprender lo que nos sucede. Trato de explicarme esto, pensando que los argentinos individualmente somos capaces y mucho, pero en conjunto, es decir como Nación, fracasamos y esto es lo que motiva mi necesidad de escribir sobre el ser nacional. ¿Cuales son las cosas que nos unen a los argentinos? Y cuando me respondo esta pregunta, me sorprendo y mucho. Los triunfos deportivos, nos motivan mucho más que el premio Nóbel de algún compatriota. Pero si somos tan capaces individualmente, ¿cómo puede ser que no valoremos lo cultural científico y humanitario por encima de lo cultural deportivo? Hoy creemos que como Nación, nos hemos puesto de pie y enfrentamos a gobernantes corruptos, pero ¿es tan así? Yo creo que no, que desgraciadamente hoy, hay un grupo de gente estafada por gobernantes, empresarios y banqueros que está dolida individualmente y por eso se levanta a protestar. Es un ejército de Quijotes que cada uno hace su propia pelea y libra su propia guerra. También veo gente afectada por la situación económica y necesita urgente ayuda, pero entre ellos veo a muchos oportunistas que prefieren un seguro de desempleo, por más bajo que sea, a un trabajo digno. Siguen siendo Quijotes como los otros, pero éstos, cortan rutas, saquean comercios y con sus actos violan derechos de otros pobres, tan necesitados como ellos. Todos hoy gritamos al mundo de la corrupción de los políticos argentinos, y es verdad estamos unidos en el desencanto y odio a una política que desde discursos falsos, nos fue engañando año tras año. También hay gente que se une para lograr ventajas personales, y hasta parece que los políticos en autodefensa, también se han unido. Pero todo esto, no hace más que dividirnos. ¿Cuáles son los motivos comunes de todos los argentinos? Los norteamericanos, tiene su famoso sueño americano, un patriotismo que está por encima de las situaciones personales y todo eso es común, desde el más rico hasta el más pobre de ellos. Los franceses son de admirar en este sentido, ya que su unión tiene mas de 2000 años, en los cuales han sufrido y compartido cosas muy duras y sin embargo Francia, se mantiene como una Nación joven y creciente. ¿Tenemos algo de eso, mas allá de Maradona, Batistuta, el Cholo Simeone o algún tenista famoso? Obviamente, la respuesta es negativa y así no puede prosperar una Nación. Por otro lado, nos llenamos la boca hablando de justicia, pero cada uno de nosotros si podemos sacar ventajas de otro, lo haremos, sin que nos importe otra cosa que el haber librado de algún castigo. Esta postura, nos inviste de hipocresía y le da oportunidades a los mentirosos. Es triste pero así somos y por este camino estamos destruyendo a una Nación que podría aportar mucho al mundo. Antes porque éramos jóvenes y no teníamos experiencia, ahora porque no vemos un futuro y parece que nuestro territorio se ha poblado de delincuentes. Recuerdo las nociones de Nación que me dieron mis educadores y surgen en mi memoria las definiciones: "Sociedad natural de hombres a los que la unidad de territorio, de origen e historia, de cultura, de costumbres o de idiomas, inclina a la comunidad de vida y crea la conciencia de un destino común" ¿Tenemos conciencia de un destino común? ¿Cuál es? Por favor, que alguien me lo diga, ya que esto parece un "sálvese quien pueda". ¿No sería hora de que pensemos un poco en esto y a partir de un "nuevo sueño argentino", construyamos al verdadero ser nacional y nos alejemos de la hipocresía?. Todo pasa por la economía, creemos hoy en día, pero si bien la economía es importantísima, no es el problema fundamental de los argentinos. Ya sé que nos duele el bolsillo y que no conseguimos trabajo, pero sin los valores fundamentales, difícilmente podamos lograr lo otro para seguir sufriendo aún más que ahora. Cuando hablo de ser nacional, no hablo de patrioterismo o de aquellos fanatismos desnaturalizados de los que el mundo fue testigo, hablo del motivo de unión de todos nosotros, de nuestros objetivos comunes. Hablo de la educación que queremos para nuestros hijos, hablo de una sociedad con premios y castigos, hablo de seguridad, hablo de salud, de justicia, de libertad y no de libertinaje. En fin hablo de un pueblo unido donde se proteja a la gente decente y se castigue a los delincuentes en todos los niveles. Les estoy pidiendo de que dejemos de ser hipócritas y seamos unidos de verdad en esto, que es tan importante para ser Nación. Hace más de 70 años, un gran escritor y poeta, Gibrán Jalil Gibrán, nos dejó estas líneas sobre el tema: "Una nación, es una comunidad de individuos que se diferencian en su carácter, tendencias y opiniones, pero que están unidos por una red moral, más fuerte que sus divergencias. Tal vez, la unidad religiosa constituya un hilo de esta red. Con todo, las divergencias religiosas no perjudican a la unidad nacional sino cuando esta unidad estaba previamente debilitada, como en ciertos países orientales. Tal vez la unidad de lengua sea fundamental para la realización de la unidad nacional. Existen, todavía, muchos pueblos que hablan la misma lengua, pero, divergen continuamente en su política, administración e ideología. Tal vez la unidad de raza sea también esencial. Pero la Historia cita muchos ejemplos de pueblos que, descendiendo de la misma simiente, han luchado unos contra otros, hasta su mutua destrucción. Los intereses materiales, tal vez sean un elemento de unidad. Pero, ¿en cuántos países los intereses materiales sólo han servido para generar competencia y luchas internas? ¿Cuál es, entonces, el fundamento esencial de la unidad nacional? ¿Cuál es el suelo en que crece el árbol de la nación? Tengo a este respecto, ideas propias, que ciertos pensadores hallan extrañas porque sus orígenes y consecuencias no son palpables. He aquí lo que pienso: Cada pueblo tiene una personalidad característica, así como cada individuo la tiene a su vez. Y, aunque la personalidad nacional tome sus componentes de los individuos, así como el árbol forma su sustancia con el agua, la tierra, el calor y la luz, esa personalidad general, es diferente e independiente de las personalidades individuales, y tiene vida y voluntad propias. Y, así como encuentro difícil determinar la época en que se forma la personalidad de cada individuo, así encuentro de difícil determinar la época en que se forma la personalidad nacional. Pienso, sin embargo, que la personalidad egipcia, por ejemplo, se formó, por lo menos quinientos años antes de la aparición de la Primera Dinastía en las márgenes del Nilo. Esa personalidad produjo las manifestaciones artísticas, religiosas y sociales de la historia egipcia. Y lo que digo de Egipto, se aplica a Asiria, Persia, Grecia, Roma, Arabia y las naciones modernas. Dije que la personalidad nacional tiene una vida especial. Sí, y tiene también, un tiempo de vida limitado que no puede ser trascendido, exactamente como en el caso de todos los seres vivos. El individuo se desenvuelve pasando por la infancia, por la juventud, por la madurez, por la vejez; y así también se desarrolla la nación: pasando por la aurora velada por el sueño, por el mediodía iluminado por el esplendor del sol, por la tarde marcada por el tedio, con la noche envuelta por el cansancio, por un sueño profundo... La entidad griega, despertó en el siglo X antes de Cristo y caminó con fuerza y majestad en el siglo V y se había agotado al llegar la era cristiana. Se entregó, entonces, para siempre, al sueño de la eternidad. La entidad árabe tomó conciencia de sí misma en el siglo III antes del islam. Con el Profeta Mahoma, se levantó como un gigante y caminó como un temporal, derrumbando todos los obstáculos. Y, cuando alcanzó la época de los Abássidas, se sentó en un trono apoyado en muchas bases; desde la India hasta Andalucía. Y, llegó al atardecer cuando la personalidad mongólica esta creciendo y extendiéndose de Oriente a Occidente. ¿Será el sueño de la entidad árabe un sueño liviano y despertará de nuevo para exteriorizar lo que permanecía escondido como lo hizo la entidad Romana, cuando volvió, en el Renacimiento Italiano, y completó en Venecia, Florencia y Milán, lo que había sido interrumpido por los pueblos teutónicos al comienzo de la Edad Media? Y la más llamativa de las entidades nacionales es la francesa. Vivió dos mil años y aún continúa joven y radiante. Y posee hoy una mente más penetrante y una visión más amplia y un arte y una ciencia más ricas que en cualquier otra época pasada, demostrando que hay entidades nacionales que tienen vida más larga que otras. La entidad egipcia vivió tres mil años. La entidad griega sólo vivió mil años. Las causas de esta desigualdad quizá sean las mismas que determinan la duración de la vida individual. ¿Qué sucede con las entidades nacionales después que desempeñaron su papel en el teatro de la existencia? ¿Se desvanecen frente al paso de los días y las noches? En mi opinión, las entidades inmateriales se transforman y no desaparecen. Y, como los seres materiales, adquieren nuevas formas, pero su esencia sobrevive para siempre. El alma de las naciones duerme, como duermen las flores: cuando sus semillas caen al suelo su perfume _asciende al mundo de la eternidad. Para mí, el perfume, en la flor y en la nación, es su verdad absoluta, su real esencia. Y el perfume de Tebas y Babel y Nínive y Atenas y Bagdad, está hoy en el éter que envuelve la tierra. Y, quizás, esté también en lo más profundo de nuestras almas. Todos nosotros, individuos y naciones, somos los herederos de todas las entidades nacionales que ya existieron sobre la superficie de la tierra. Esa herencia etérea, no adquiere, sin embargo, formas palpables en los individuos, hasta que no se perfeccione la nación a la que pertenecen esos individuos, y adquiera una vida y una voluntad propias." Meditemos y ojalá comprendamos que este momento histórico, puede ser el principio de la reconstrucción de nuestra Patria.
Juan Antonio Webmaster de Politicaca
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