Toco y me voy (número 19)
El Hincha
 

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Nuestro reconocimiento al hincha sea del equipo que sea.
A la justa deportiva, él le pone el condimento.
Pone la sal y la pimienta que hace falta, para con su aliento impulsar a su equipo.
Con sus trapos viste las canchas de formas y colores.
Con picardía inventa sus cantos, inspirados a veces en canciones populares.

Enrique Santos Discépolo encarnó, como nadie en una pelicula, la sana pasión, emoción y sentimiento que el hincha siente al ver sus colores,
el sufrimiento al ver la injusticia de que Fulano no juega, aunque Mengano es peor. Al menos así le parece a el
La hidalguía de reconocer, aunque la mayoría de las veces sin decirlo, que el rival nos ganó porque jugó mejor.

Se banca un montón de cosas, viajes largos, para ver a su equipo
El mal tiempo, en la tribuna lo va a encontrar
Allí va estar el sufrido, el de la pasión, el más seguidor...

Lamentablemente la violencia aparece, de tanto en tanto.
Muchas, muchísimas más veces que las necesarias.
Unas vestida de negro, otras se viste de azul.
En casos es nuestra imagen reflejada
Alejando por ese motivo, a otras personas de las canchas

Sería lo mismo un clasico sin ellos en la tribuna?
Se imaginan un Los Andes - Banfield jugado en la cancha de Temperley Por ejemplo: y cada una de las hinchadas ubicadas en sus respectivos estadios. En el Florencio Sola y en el Eduardo Gallardón siguiendo las alternativas del partido en sendas pantallas gigantes.

Hagamos lo que podamos para que se produzcan menos desordenes, descarguemos nuestras broncas en formas de cantos y no de piedras.
Logremos que a las canchas puedan ir las familias.

Desde aquí y para todos un fuerte abrazo personal y albirrojo
Esto es sin perder nuestras respectivas identidades compartamos antes y después del partido nuestra posible amistad.

TOCO y ME VOY Enero 2001, Lomas de Zamora, Argentina

Tiempo atrás en el estadio de los sueños pintamos a la hinchada transformada en familia albirroja y aún ese día no pudimos ver la vuelta, por distintos motivos.

Ayer, vi gente en la calle, sé que esa misma gente estuvo también en distintos lugares del país.

Distintas plazas se llenaron para expresar lo que sentían.
Usando como instrumentos ollas y sartenes, envases plasticos y latas en fin todo aquello que sirviera para decir basta, pidieron distintas cosas, tantas y tan diversas que va a ser muy dificil que puedan encontrar una respuesta rápida a sus problemas aunque la solución existe.

El cacerolazo duró varias horas en las cuales, esa necesidad de expresarse se hizo con total tranquilidad hasta que, cuando no, aparecen esas escenas que dan la vuelta al mundo "mostrando como son los argentinos".
Seguramente que no van a mostrar a esa mujer que a las 18 hs, ella sola se puso a dar vueltas a la Pirámide de Mayo, o a las familias completas que salían de sus casas acompañadas de sus hijos protestando pero en paz, respetando el derecho de los demás.
Casi seguro digo yo que la imagen va a ser los gases, los bastones o las piedras.
La violencia, con razón o sin ella está allí a la vuelta de la esquina, y a veces es seductora. No caigamos en la trampa que nos tiende.

El cambio, no por cambiar no más, sino para mejorar se tiene que dar en paz y todos juntos lo podemos lograr.
Cada día es único, durante el mismo se escribe una página de la historia de nuestra argentina.
Una parte de ese cambio; que va a ser duro y va a llevar mucho tiempo lograrlo

26 de enero de 2002, lomas de Zamora ,Argentina

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