Toco y me voy (número 23)
Se puede!
 

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Finalizó la jornada, a lo largo del día el hombre pasó una y otra vez con su arado dando vuelta la tierra, enterrando ese tapiz verde donde poco antes habían pastado sus vacas.
Y al mirar Juan la tarea realizada, confirmó lo que ya sabía al comenzarla, duro era el trabajo de preparar el suelo para recibir la semilla, mucho había que hacer antes de ver los frutos que iba a obtener en la cosecha.
Arar, rastrear, fertilizar, sembrar, aplicar herbicidas, limpiar entre las plantas combatiendo los yuyos. Estos solo eran algunos de los trabajos a realizar para conseguir lo que quería, lo que necesitaba, pero Juan estaba contento.
Día a día estaba pendiente de su cultivo, seguía el crecimiento de esas pequeñas plantas, las ayudaba en lo que podía.
El agua de lluvia era por el y sus plantas bienvenida siempre que no fuera acompañada por una tormenta.
Esa cosecha que esperaba, dependía de muchas cosas pero Juan estaba tranquilo.
Había hecho todo lo que tenía que hacer, ahora dependía de otros factores hasta llegar a levantar el grano. Pero Juan estaba sereno y se fue a descansar.

Toco y me voy

Nota: Recomendamos que visiten el museo virtual, en esa sección se van a encontrar con temas muy interesantes y con fotos que son documentos históricos como las referidas al globo que usaron Zuloaga y Bradley para cruzar la cordillera de Los Andes.
Deseamos que disfruten con esta visita los volvemos a esperar cuando ustedes quieran.


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