Toco y me voy (número 24)
El orgullo de nuestra hinchada
 

Principal

 

Anteriores



20 de mayo de 2001. Los Andes visitaba a Boca y no había combinación de milagros posible capaz de salvar a las milrayitas del descenso. Mas eso no fue excusa para las miles de almas que esa tarde peregrinamos rumbo a la Bombonera, regalando a las retinas de los xeneises presentes una postal viviente de esas que solo ven en contadas ocasiones.
Niños y mujeres, jovenes y no tanto, los mismos de siempre y los de de vez en cuando.
Mas de uno se sorprendía al vernos.
Fue sorpresa para los vecinos de La Rivera que veían interrumpida su siesta ante el bullicio de la multitud inesperada.
Fue sorpresa para los turistas que a orillas del Riachuelo filmaban y fotografiaban las caravanas albirrojas.
Fue sorpresa para los periodistas, quienes reconocerían en sus notas a la hinchada de Los Andes como de Primera.
Sorpresa para el resto. No para nosotros. Tiempo atrás nos habíamos prometido copar la Bombonera y el Monumental. Alentar al equipo por todo el país, en las buenas y en la malas, impidiendo que la magnitud de la hinchada adversaria intimidara a nuestros jugadores.
Ya habíamos copado Avellaneda, Nuñez, el Bajo Flores y nos tocaba La Boca... Y las promesas hay que cumplirlas.
Fue así que aquella empinadísima tercer bandeja se vió desbordada y conmovida por la familia milrayita.
Fue por eso que a pesar de la derrota, miles de camisetas danzaban al ritmo orgulloso del "...Soy de lomas...".
Ritmo Orgulloso de nuestra identidad. Orgulloso por cumplir lo prometido.

26 de febrero de 2002. Los Andes recibía a Juventud Antoniana bajo el marco de una situación económica bastante delicada. Desde el comienzo del partido, dentro de la tribuna local y cerca de hinchas milrayitas, estallaban bombas de estruendo. Bombas que aturden a los niños y que alejan a la familia de la cancha. Bombas que traen multas y otras sanciones al Club.
Minutos después y con el partido 0 a 0 cierto sector de la hinchada comenzó a cantar el "...Y pongan huevo la puta que los parió...". Reclamándole entrega a un equipo que no le encontraba la vuelta al partido pero que daba lo máximo de sí. Reclamándole al equipo que ganase los tres puntos que despues nos quitarán en la AFA a causa de tantas amonestaciones.
De ahí en más, las bombas acompañaron el desarrollo del partido.

Podemos sentirnos orgullosos perjudicando a Los Andes? Sirven de algo las glorias de ayer si no se reconfirman?. Quiero creer que no estamos tan viejos para vivir y sentirnos orgullosos sólo de los recuerdos del pasado. Somos capaces de prometernos acompañar a nuestra institución en su crecimiento, protegiendo nuestra identidad a pesar de los duros momentos?

Ojalá poder sentir el orgullo de antaño



Principal

 

Anteriores