Queremos compartir
con Ustedes un texto extraido del Nro. 6 de Nuevas
Ideas...
Nuevas Ideas es aquella revista que con tanto esfuerzo
hacian los fundadores de nuestra institucion.
Aquella que sus autores no vendian debido a su limitado
tiraje y que sus lectores se comprometian a devolver a la
brevedad para que otros pudiesen desgustar sus paginas.
La ilustracion que acompaña esta pagina fue hecho con
carbonilla por don Eduardo Gallardon, como todas las que
aparecian en esta publicacion.
Antes de
dejarlos, queremos reiterar nuestra invitacion a todos
aquellos con inquietudes literarias a acercarnoslas para su posterior
publicacion en estas paginas.
DEL
DOLOR DE LA GUERRA
POR EDUARDO GALLARDON

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en la imagen para ampliar
En medio
del rugido de la metralla y el continuado é incesante
tronar de los cañones, Doña Estela, hija del pueblito
de Oscen que la noche anterior fuese escenario de
horrenda lucha, y blanco de los cañones, se despertaba,
volvía a la realidad, á la vida triste, después de
haber pasado sobresaltado la noche entera.
Doña Estela había nacido en aquella, su aldea querida y
vivía allí su vida campestre, sin disgustos, sin
sinsabores, alejada del ruido mundano de la ciudad y sin
rozarse con la sociedad de salón, de las grandes y
encopetadas damas...
La guerra cruenta, pronto turbó su sosegada vida...
Lorenzo Dobean, su marida había sido llamado á las
filas y era una imprescindible necesidad de hacer grandes
sacrificios en defensa del suelo patrio dejando á su
familia, que quedó sola, á merced del destino luchando
siempre para sustentarse, esperando el momento final en
que volvería á ver su compañero, al padre de sus hijos
queridos, ó lamentaría su desaparición labrando para
siempre su desgracia.
La movilización militar pronto se llevó á cabo y el
implacable enemigo no tardó mucho en esta á la vista
del pueblito de Oscen cerca de la frontera... Alli fue la
resistencia y en ella se encontraba Lorenzo Dobean
luchando encarnizadamente para expulsar á los invasores
que bombardeaban la pequeña aldea, reduciendo á
escombros las humildes y antiquísimas moradas...
Por fin el enemigo invadió el pequeño pueblo y
entablóse encarnizada lucha cuerpo á cuerpo en el que
cayó muerto el valeroso padre, ella huyó lejos... muy
lejos con sus hijos, hasta un bosque vecino, y penetraron
en la espesura, buscando un lugar, á cubierto de las
balas... un sitio donde poder descansar, haciendo una
vida de fieras que entre las fieras era siempre
preferible á hacer una vida civilizada entre salvajes
humanos; interrumpidos por el fragor de la batalla que se
sentía en la lejanía.
A la mañana siguiente se dispuso á abandonar aquel
paraje solitario, y llevando consigo á sus hijitos se
dirigió -con pasos inseguros- hacia su pueblecito natal,
á buscar el cuerpo inanimado de su querido esposo...
La lucha había cesado y todo era un montón de ruinas,
reinando un silencio sepulcral. Apenas podia divisar la
destruída casa en que pasara una vida feliz...
Buscó y rebuscó, más fue en vano, pues no pudo
satisfacer sus deseos. Rendida de cansancio y de dolor
quedóse atónita frente á su antigua vivienda
mirándola compasivamente, como si con su vista quisiera
reconstruir pensamientos esfumados en el pasar de los
años... De pronto exclamó con voz iracunda.
-¡Quién dijo que la guerra solo incumbe a los
hombres!... Dios existe, y si existe, porque su bondadosa
voluntad permite tamañas injusticias...
Y se quedaba contemplando los escombros de su amada
casa...
Apenas si había concluido de decir éstas palabras una
gran explosión sonó a su alrededor, y al disiparse la
densa nube de humo veíanse en el suelo, los inánimes
restos de cuatro seres inocentes...
Una granada bienhechora habia terminado con la desgracia
de una familia, mientras el clarín del enemigo
triunfante, que avanzaba, se oía a lo lejos...
TOCO Y ME
VOY 31 de Marzo de 2002 Lomas de Zamora ARGENTINA
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