DISCURSO A LOS HOMBRES DE CIENCIA Y DE LA CULTURA
" Al iniciar este encuentro para mi tan lleno de significado queria saludar a todos los reparesentantes del mundo de la cultura argentina, reunidos aqui, en este marco sugestivo del Teatro Colon, escenario y testigo de tantas manifestaciones culturales.
He esperado este momento con particular interes. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha vivido en alianza con las letras, las artes y las ciencias, y esta ininterrumpida asociacion -que se ha manifestado reciprocamente fecunda- esta llamada a seguir siendo fuente de creatividad y vitalidad intelectual en el futuro. Es una necesidad apremiante ya que la decadencia humana y el progresivo agotasmiento cultural que se notan tambien en nuestra epoca, coinciden en gran parte con la contemporanea degradacion de algunos sistemas filosoficos que pretenden hacer del hombre un rival de Dios, orientan al individuo y a la sociedad por caminos que alejan de Aquel que es la causa de su existencia y el termino final de todo afan verdaderamente humano.
Miro a los hombres de cultura argentinos con particular esperanza. Vuestro pais se precia justamente de un rico patrimonio cultural, que puede enorgullecerse de tener tras de si una amplia y variada tradicion en las artes figurativas, en la musica, en la literatura, y una no menor pujanza en las investigaciones cientificas. Me complace recordar ademas aalgo que es bien conocidod por vosotros, la cultura ostenta en America Latina, desde sus origenes, una honda raigambre cristiana, que aqui en Argentina, ha asumido una peculiar polivalencia, propiciada por el encuentro de razas y pueblos diversos, especialmente europeos. Y a todo esto se une el empuje y el vigor propios de una Nacion joven y creadora.
Ante una realidad tan prometedora, el hombre de cultura no puede sustraerse a un hondo sentido de responsailidad. Saberis que vuestra labor cultural se refleja en todo el ambito de la convivencia argentina, y constituye un punto de referencia para tantas personas deseosas de saber y de crecer en el espiritu. Pido a Dios que os de su sabiduria y su fortaleza pra que podais llevar a cabo vuenstra mision cientifica y profesional ofreciendo a la sociedad vuestra aportacion cultural, con originalidad, seriedad y profundidad.
Junto con esta peticion, quisiera proponeros esta tarde algunas reflexiones con la esperanza de que puedan seros de ayuda en vuestra tarea. Son consideraciones dictadas por el deseo de alentaros en la consecucion de los ideales que sotienen y dan vigor a vuestros nobilisimos anhelos. Me refiero a los valores mas autenticos que deben estar presentes en toda cultura: la comunicacion, la universalidad y el sentido de humanidad.
Pienso en particular, en la comunicacion dede la misma cultura. En efecto, todo lo que el hombre conoce y experimenta en su interioridad - sus pensamientos, sus inquietudes, sus proyectos- puede transmitirlo a los demas en la medida en que consigue plasmarlo en gestos, simbolos, palabras. Los usos, las tradiciones, el leguaje, las obra de arte, las ciencias, son cauces de mediacion etre los hombres, tanto entre los contemporaneos como en perspectiva historica, ya que, en cuanto son tramsmisores de verdad, de belleza y de conocimiento reciproco, hacen posible la union de voluntades en la busqueda concertada de soluciones a los problemas de la existencia humana.
La verdadera cultura es, pues, instrumento de acercamiento y participacion, de comprension y solidartidad. Por eso, el autentico hombre de cultura tiende siempre a unir, no a dividir, no crea barreas entre sus semejantes, sino que difunde entendimiento y concordia, no le mueve la rivalidad ni la revancha, sino el deseo de abrir nuevos cauces a la creatividad y el progreso.
"Conocereis la verdad, y la verdad os hara libres" (Jn 8,32) leemos en el Evangelio de San Juan. Las tensiones y conflictos que pueden aparecer en el panorama social son una invitacion urgente, a menudo dolorosa, a que asumais vuestra responsabilidad de hombres de cultura. He aqui un desafio para vuestro talento: mostrar a la sociedad que los enfrentamientos y las incomprensiones van frecuentemente ligadas a la ignorancia y al desconocimiento mutuo entre las partes, poner de manifiesto que la verdad es aquella sintesis superadora, capaz de resolver los problemas realles y los conflictos, de tal manera que los sectores rivales puedan reconocer su propia parte en un proyecto mas integro y armonico, que abrace e incluya a todos en un esfuerzo comun de civilizacion.
Soy consciente- como vosotros- de que esta tarea es ardua. No se trata de llegar a entendimientos ocacionales, mas o menos supeficiales, sino que es necesario iras las raices de los conflictos para descubrir y rescatar las diversas partes de verdad y recomponerlas en su unidad indivisible para que puedan expresar toda su originalidad. Esta labor exige paciencia, dedicacion, espiritu tolerante y pluralista. A veces se experimentara el dolor de ver que desfallecen los animos, pero nunca ha de faltar la esperanza de llegar a superar los problemas que hoy nos aquejan.
No podeis olvidar que , en vuestro pais ha existido siempre, desde sus comienzos, un particular interes por la cultura. Fue una decision clarividente, tomada por las autoridades, desde epocas tempranas, la de empeņarse por hacer lllegar la educacion, a todos los sectores de la poblacion. El camino por recorrer en este campo es aun largo y dificil, pero no por eso os debe faltar el teson y el entusiasmo, conscientes de que vuestras aportaciones no caeran en el vacio, sino que seran piedras miliares en la construccion de ese gran edificio que es la cultura de un pueblo.
Consideremos ahora otro rasgo caracteristico de la verdadera cultura: su universalidad. "Una urgencia particularmente importante hoy para la renovacion cultural es la apertura a lo universal" (Discurso en la Universidad Complutense, 1982). Es este un aspecto de la cultura estrechamente vinculado con el anterior. La cultura, en efecto, al poner al hombre en contacto con inquietudes, ideas y valores que tienen su origen en otros lugares y tiempos, ayuda a superar la vision limitada fruto de una dedicacion exclusiva a un ambito determinado. Por otro lado, aunque la cultura sea tambien un fenomeno localizado en un area concreta, permite estar siempre en conexion con aspectos unviersales, que afectan a todos los hombres. Una cultura sin valores universales no es una verdadera cultura. Esos valores universales permiten que las culturas particulares comuniquen entre si, y se enriquezcan reciprocamente.
Se comprende entonces que este nivel mas amplio de participacion y acercamiento entre los hombres no depende solo de las tecnicas y de los medio de difusion, sino que tiene lugar en un ambito de expresion mas elevado, es decir, en el de los valores superiores que inspiran todo movimiento cultural genuino.
Quien alienta ese afan irrenunciable de universalidad en su quehacer cultural ha de plantearse los intergonates mas profundos del hombre, esto es, el sentido ultimo de la existencia y el modo de vida verdaderamente adecuado a ese fin. Sin embargo, esos interrogantes son tambien propios de vuestras mismas conciencias, y por eso el quehacer cultural afecta incluso a vuestra propia vida, exigiendo de vosotros que vivais los valores universales que queris comnicar. Esta en juego la misma credibilidad de vuesro mensaje y de vuestras propuestas: si faltrara ese compromiso moral, no se llegaria a ser un verdadero hombre de cultura, porque se quedaria en el formalismo, la neutralidad, el sincretismo, en una palabra, en la decadencia cultural.
Es verdad ciertamente que el ejercicio de una autentica democracia y el respeto por parte de todas las instancias responsables, de un sano pluralimso, no pueden no favorecer el desarrollo y la extension de la cultura.
No olvidemos, sin embargo, que la verdad, la belleza y el bien, como la libertad, son valores absolutos y que, como tales, no dependen de la adhesion a ellos de un numero mas o menos grande de personas. No son el resultado de la decision de una mayoria, sino que, por el contrario, las decisiones individuales y las que asume la colectividad deben estar inspiradas en estos valors supremos e inmutables , para que el compromiso cultural de las personas y de las sociedades respondan a las exigencias de la dignidad humana.
Sabeis ademas que el compro9miso etico del hombre de cultura- la atencion cotidiana por educar su conducta al bien y a la verdad- es el modo de ahondar vitalmente en el corazon del hombre, experimentado asi su grandeza y su debilidad, sus conflictos y sus anhelos de paz y de armonia, y sobre todo su insaciable necesidad de amar y de ser amado. Precibireis que profundamente la persona aspira a referir todo su ser a Dios para poder llegar a ser el mismo. Vuestra misma identidad de hombres de cultura os inclina entonces a recorrer ese camino hacia la interioridad de todo hombre, alcanzandola con vuestra propia experiencia humana.
La responsabilidad social del hombre de cultura le mueve tambien a salir de si mismo, apartandose tambien de todo aislamiento egoista, y actuando en su vida peresonal con seriedad y coherencia sin ceder a las insidias que intentan desviarlo de sus ideales mas valiosos. La alegria y el dolor que se experimentan en la superacion de las dificultades, son tambien una puerta de entrada al tesoro que anida en el corazon del hombre. Cuando despues eso mismo queda expresado en vuentras obras de cultura, adquiere la grandeza impresionante que acompaņa a lo universal, cuando toma forma concreta en una determinada situacion historica.
Sois conscienttes de que todo esto es dificil y arriesgado, pero vuestra conciencia os dicta que no podeis eludirlo,ni retraeros. Pot otra parte, no es imposible ya que el hecho mismo de intentarlo significa que ya lo habeis conseguido de algun modo, comenzar a moverse ya en el plano de los verdaderos ideales culturales, y vivir en sintonia de solidaridad con los grandes hombres del pasado y del presente, con la esperanza de poder transmitir algo valioso a la humanidad.
(continua - en preparacion)