Argentina y porteña,

quizá por eso su propia casa posea una de las cúpulas más representativas 

de este Buenos Aires -Mansilla y Scalabrini Ortiz- al que

 SUSANA LEONOR DÍAZ

le habla así:

 

 

 

Nada

Sólida, solemne

Sus calles conducen al abismo

Gloriosa conjunción de sentires

E impávidas sensaciones...

Y el todo

Y la nada

Y el ayer

Y el hoy

Y la vida

Y la muerte...

 

Inconstante, inquieta

Feliz y desdichada

Nada es igual

Pero la indiferencia duele

En la escondida

Sensibilidad del monstruo...

 

Síntesis

Insípidos sabores

Oscuras visiones

Amainados sonidos

Gritos callados

Tortuosas soluciones

Destinos desvalidos

Pasado venturoso

Futuro inclemente

Buenos Aires

 

Origen

Abandonada en la bruma

De un río que persiste

Sostiene el peso de la desconfianza

Anidado en el pecho gastado de su gente.

Locura espectral

De una progenie de audaces

Que afrontaron el reto del arcano

Con sus miserias frías y tenaces

Dominando las grietas trascendidas

De liminares espantos y partidas.

El hombre al que gestó la recorre

La gana, la sostiene,

Vibra en su seco seno bochornoso

Y recibe la herencia poco apetecida,

Que lo seduce, lo pudre, lo domina...

 

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