Lejos te Seguí









Alto
escalé y tan lejos te seguí
que mis alas, cansadas de volar,
estuvieron a punto de lograr
lo que mi amor quiso encender en ti.
Fue
tanto que luché y tanto que di
que el corazón, vencido, en negro mar
se hundió. Y dices que el imprevisto azar
te arrebató, alejándote de mí...
No.
Tu cariño ambiciona otros fines,
pero, sin duda, tiene sed del río
que alimenta el caudal manso del mío.
No
sufras ni me odies, si en las crines
de tu locura tratas de alcanzarme,
cuando por fin te empeñes en amarme.

