olvídate...

Olvídate de incertidumbres pesimistas.

Reconoce que son más los bienes que disfrutas, que los males que te afligen.

Despierta en ti la capacidad de asombro ante las bellezas

de los milagros cotidianos y los logros de la naturaleza humana.

Regocíjate con los talentos que Dios te concedió.

Programa tu satisfacción permanente.

En lugar de dramatizar tus frustraciones, aprovecha

tus grandes dones para superarte y salir adelante.

Sonríe con sana alegría a quienes encuentres a tu paso.

Muéstrate amable y dirige a las demás personas cordiales saludos

y palabras de sincero afecto, para que irradies calor humano

e influyas positivamente en el bienestar que debe reinar a tu alrededor.

Suaviza y ennoblece tu corazón y comparte con las demás

personas el excepcional milagro del amor.

Atiende con amabilidad y paciencia a las personas

con quienes debes relacionarte, comienza

HOY a crear un trozo de paraíso a tu alrededor.

Tú puedes ser un(a) sembrador(a) de felicidad, de esperanzas

y de objetivos nobles y altruistas, siendo ejemplo

y promotor(a) de actitudes positivas, nobles y de superación.

No basta sólo con predicar y enseñar, ¡debemos dar ejemplo!.

¿Cómo puede hablar de bondad y buen trato una persona egoísta y grosera?.

¿Cómo puede hablar de equidad y justicia una persona egoísta?.

Piensa en esto: "Nadie puede dar lo que no tiene".

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