Todo comenzó cuando los jugadores reunidos en la Asociación Mutual de Futbolistas se declararon en rebeldía proponiéndose conseguir el derecho de libre contratación, lo que los enfrentó económicamente ante la Asociación Amateur Argentina. A diario se realizaban reuniones entre dirigentes de la organización máxima del fútbol argentino y los jugadores, por otro lado. Finalmente los jugadores deciden que sus asociados se nieguen a viajar al Paraguay, país en el cual tenían que enfrentar al combinado guaraní por la Copa Chevallier Bouteli. Por todos los medios trataron de impedir que los nuevos jugadores nombrados para reemplazarlos lo hicieran.  Las primeras figuras fueron expulsadas por los dirigentes por la actitud que habían dispuesto. A posterior¡ se llevó a cabo una reunión entre presidentes y en ella el doctor Piner, ex jugador y presidente de Quilmes, habló por primera vez de profesionalismo en el fútbol. Su moción provoca los más contradictorios comentarios pero la idea cobra cuerpo cuando los jugadores permanecen fuertes en su posición. Fracasa la intención de dar inicio al campeonato el 10 de mayo, al tiempo que una comisión especial estudia distintos proyectos para reglamentar el nuevo régimen de fútbol.  Dieciséis equipos renuncian a la afiliación en la Asociación Amateur Argentina y forman la liga Argentina, que continúa adelante con el proyecto.  Aquí finalizó la era amateur.

 

Como consecuencia lógica de¡ gran cambio operado, el mercado se amplió en forma notable. La posibilidad de ofrecer incentivos económicos sin ocultamientos hizo que muchos jóvenes de distintas provincias se acercaran hasta Buenos Aires para tentar suerte en los clubes más importantes.  Por supuesto fue Boca Juniors, por su bien ganado prestigio, el equipo que más atrajo. Al mismo tiempo los dirigentes boquenses tomaron conciencia de lo que significaba la implantación del profesionalismo y decidieron con muy justo criterio reforzar el plantel boquense que en 1930 había conquistado la sexta estrella en su historial. Era un hecho forzozo pero que al fin de cuentas rendiría sus frutos en favor de la institución en el campo deportivo. Fueron adquiridos los siguientes jugadores:

El arquero Fossatti; el zaguero Dedovich; Cataldo Spitale, de Newell's Old Boys de Rosario, centrohalf; Juan Evaristo, de Barracas Central; Vargas Florentino, centroatacante, y Francisco Varallo, goleador de Gimnasia y Esgrima de La Plata que seria ídolo de la afición boquense años posteriores.

 

El 6 de enero de 1932 se jugó la última fecha del campeonato de 1931, que ya tenía a Boca Juniors como gallardo campeón.  En esa jornada Boca enfrentó a River Plate en el estadio de Tagle y Alvear.  La alineación xeneize fue la siguiente: Fosatti; Dedovich y Muttis; Juan Evaristo, Silenzi y Arico Suárez, Nardini, Tarascone, Varallo, Cherro y Alberino.  Fue una gran actuación del conjunto de la ribera.  A los veinte minutos Alberino abrió el score.  En la segunda parte, Ramón Muttis, con un violento remate de larga distancia, aumentó para los boquenses, que demostraron una clara superioridad sobre sus rivales. Varallo, a los cuarenta y dos minutos, cerró el marcador definiendo con precisión sobre la salida de Boggi. Con este marcador Boca Juniors se consagró campeón del primer campeonato profesional con cinco puntos de ventaja sobre San Lorenzo de Almagro.  Veintidós fueron los triunfos logrados por los auriazules; igualó en 6 oportunidades, y perdió seis cotejos. Convirtió 86 goles, siendo Francisco Varallo su goleador, con 27 tantos. Su valla fue la menos vencida. Todos los números sirven para justificar que este equipo fue un gran conjunto.

 

 

 

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