ESTUDIANTE SECUNDARIO AGREDIDO

El13 de junio de 2002, un alumno (adolescente) fue agredido a la salida del Colegio Mariano Moreno, por dos hombres que, con un elemento punzante,  le marcaron la sigla AAA (triple A) en el cuerpo, además de golpearlo y amenazarlo, diciéndole que debía dejar de reclamar por el boleto estudiantil.

Los estudiantes de este colegio vienen reclamando por el boleto estudiantil desde hace un tiempo.

He nacido en 1972, con lo cual era muy chica cuando sucedió la Noche de los Lápices. Sin embargo, mis padres me han contado siempre la historia (verdadera) y, hoy, no voy a permitir que esto vuelva a suceder. 

Esta página del sitio Crisis Argentina, está destinada a que no nos olvidemos de lo sucedido, informando sobre este hecho en particular que se convirtió, para mí, en un símbolo de la abominable represión, y que demuestra que otros hechos represivos en esta "supuesta democracia" (ver sección de Denuncias), lamentablemente no son hechos aislados.

Evitemos tener una nueva Noche de los Lápices! Evitemos una nueva dictadura!

NUNCA MAS!!!

 

Entrevista a Pablo Diaz Nota de Página/12 del 14/06/2002
Fotografías del festival de repudio del 15/06/2002 Comentarios en Indymedia del 14/06/2002

 


Extraído de Página/12 - 14/06/2002

DENUNCIAN QUE A UN ESTUDIANTE LO ATACARON Y LE TAJEARON TRES A

Cara a cara con los fantasmas del pasado 

El chico, miembro del centro de estudiantes del Nacional Mariano Moreno, fue atacado en la calle por dos hombres que le grabaron la triple A en el pecho con una navaja y le dijeron: “Dejate de joder con el boleto estudiantil”. El hecho fue denunciado por el gobierno porteño, los estudiantes y organismos de derechos humanos. 

Los personajes con intenciones tan oscuras como los anteojos que ocultaban sus rostros, cumplieron la brutal pero notable proeza de refrescar y sensibilizar la memoria del Nunca Más, y concentrar las miradas sobre el movimiento estudiantil y el reclamo por el boleto reducido, que desde hacía un tiempo realizaba denodados esfuerzos por tener ecos masivos. El martes pasado, a las nueve de la noche, los dos personajes interceptaron a un alumno del Centro de Estudiantes del Nacional Mariano Moreno, a dos cuadras de su casa, lo tiraron al piso y con un cuchillo lo cortajearon en el pecho. La herida no fue cualquier marca: grabaron tres A sobre su piel mientras uno de ellos le lanzaba la amenaza: “Dejate de joder con el boleto”. Aunque la víctima no tuviera registro de un hecho semejante más que por relatos, la alusión a estudiantes desaparecidos que luchaban por la misma consigna, durante la Noche de los Lápices, en septiembre del ‘76, fue obvia. Ayer, el gobierno porteño realizó una denuncia pública que concentró, casi como un acto reflejo, a compañeros de la víctima, organismos de derechos humanos, legisladores, al propio Aníbal Ibarra y a su secretario de Educación, Daniel Filmus, entre otros.
A las nueve de la noche del martes 12, el chico –cuya identidad fue reservada por comprensibles motivos de seguridad– llamó a un amigo que vive a pocas cuadras. Le dijo: “Voy para allá. Nos encontramos a mitad de camino. Voy por...”, y la calle también será silenciada por los mismos motivos. El chico salió de su casa y caminó en la dirección indicada. No tuvo tiempo de encontrarse con su amigo. A las dos cuadras, un auto se detuvo junto a él. Bajaron dos hombres, “de más de 30 años” –según reveló más tarde el joven–, envueltos en camperas de cuero que les cubrían la parte inferior del rostro y anteojos oscuros, que ocultaban el resto. Uno lo llamó por su nombre. El chico se dio vuelta. Antes de que pudiera reaccionar, entre los dos lo agarraron, lo tiraron al piso, y mientras uno lo sujetaba el otro le levantaba la ropa y con un cutter le marcaba sobre el pecho, del lado izquierdo, tres A, bien claras en una alusión aún más clara a la Alianza Anticomunista Argentina. “Dejate de joder con el boleto”, le soltó el del cutter. Después, para cerrar una puesta en escena casi teatral, remató: “Vos sos la primera pieza del dominó”. Subieron al auto y desaparecieron.
El hecho fue relatado por amigos del chico, padres de alumnos y funcionarios del gobierno porteño. Página/12 obtuvo otro dato que, por sí solo, hace del brutal hecho una aparatosa amenaza. Entre la víctima y su amigo existe un curioso modo de llamarse: son amigos pero entre sí se nombran “primo”. Cuando, la noche del martes, el chico habló por teléfono, lo llamó de ese modo. Al día siguiente, el amigo recibió en su casa una carta escrita con letras de recorte de impresos: “Vos también cuidate -decía la peculiar esquela– porque si no te va a pasar como a tu primo”.
El primer efecto del incidente fue el miedo. Un miedo atroz que, durante casi 24 horas, obligó al chico a mantener en secreto el incidente y sus heridas. Sólo el miércoles por la noche reveló a sus padres lo que le había ocurrido. La desesperación conectó a los padres con miembros de la cooperadora, y padres de alumnos del centro de estudiantes. Surgió un contacto con el gobierno. Y ayer por la mañana, la directora de Derechos Humanos porteña, Gabriela Alegre, acompañó al joven y a sus padres a presentar la denuncia. No lo hicieron en sede policial, sino ante la justicia. “Lo revisaron los peritos forenses –dijo Alegre a este diario-, se constataron legalmente las heridas. Tenía también un corte en la nuca y otro en las costillas”.
Las hipótesis, por el momento, están tan en penumbras como el hecho. Sólo se menciona la visible alusión a la Noche de los Lápices, a los peligros de reclamar la minucia de un boleto estudiantil, al secuestro y la desaparición de personas, a la brutal y antediluviana Triple A. Nadie imagina nombres de autores directos, ni mucho menos de autoresintelectuales, aunque ayer, en los pasillos de la Secretaría de Educación porteña donde se realizó la denuncia pública en conferencia de prensa, no eran pocos los funcionarios que murmuraban sobre lo “extraño de todo el suceso”.
La conferencia fue encabezada por Ibarra. Participaron, además, Filmus, Alegre, Tati Almeida, de las Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora; Alba Lanzilloto, de Abuelas, Ilda de Velazco, de Familiares de Desaparecidos, el defensor adjunto del Pueblo porteño, Gustavo Lesbegueris, Delia Bisutti y Juliana Marino, legisladoras porteñas de la Comisión de Educación, Alicia Pierini, de la Comisión de Derechos Humanos, representantes de la Unión de Trabajadores de la Educación. Y, especialmente, una docena de chicos del Centro de Estudiantes del Moreno, representantes de la cooperadora del colegio, y un nutrido grupo de chicos del Nacional Buenos Aires.
“Cuando se hacen estas cosas es para que nos paralicemos”, sostuvo “Tiago”, del centro de estudiantes. “Los que hicieron esto tienen que estar respaldados por un aparato que les de impunidad –denunció Gilda, presidenta del centro–. La Constitución porteña garantiza, y que alguien me corrija si no es cierto, el acceso a la educación pública y gratuita. Modificar el boleto es una decisión política.” Las declaraciones aparecieron, ingenuamente, traspoladas de época: los mismos rostros adolescentes, la misma fibra en el reclamo de lógica implacable, en el marco de amenazas paralizantes. Fue Lilian Trucco, representante de los padres de los alumnos y presidenta de la cooperadora quien ligó las dos épocas: “Nosotros, los padres, los que vivimos la dictadura, hicimos memoria. Siempre se atacó a los chicos y, por elevación, a los padres. Con estos hechos nos dicen que no los dejemos salir para cuidarlos. Nosotros les decimos, sigan adelante, nosotros los cuidaremos para que puedan hacerlo”. “Nos preocupa e indigna y no podemos permitir que se instale la violencia sobre los actos estudiantiles y políticos”, sostuvo Ibarra. “Que esta respuesta no sea un hecho aislado”, reclamó Filmus.
“Presentamos el año pasado un proyecto de declaración en la Legislatura –dijo a este diario uno de los chicos del Buenos Aires–. Se aprobó y pasamos a luchar con la Secretaría de Transporte. El 16 de mayo hicimos un escrache a Metrovías en la estación 9 de Julio, y marchamos sobre la Secretaría. Nos recibieron con vallas y grupos de combate”. Y para refrescar la memoria, el Centro de Estudiantes del Moreno decidió continuar con su plan: hoy, festival en Billinghurst y Rivadavia. El próximo miércoles, marcha hacia la Secretaría, en reclamo del boleto

El reclamo del boleto estudiantil


Por el momento, las respuestas a los reclamos por el boleto estudiantil son puro boleto. Mientras que los alumnos de escuelas primarias porteñas pagan 5 centavos por viaje con sólo vestir el delantal, y en la provincia de Buenos Aires abonan 10 centavos hasta el fin del ciclo de la EGB, los estudiantes de secundaria sólo cuentan con un boleto reducido hasta el 2º año. El valor es de 35 centavos, algo más de la mitad del boleto mínimo de 75 centavos. Para hacer uso del beneficio deben portar una credencial, que es otorgada luego de abonar un mes por adelantado, pero no en cualquier lugar sino únicamente donde lo decidan las empresas de transporte: exactamente en el punto más lejano posible, o sea, en las terminales. Allí, durante cuatro horas al día, y sólo del 1º al 10 de cada mes, los alumnos deben concurrir a comprar el abono adelantado.
En junio del año pasado, Daniel Filmus propuso retomar la idea del boleto reducido, después de una serie de reclamos del movimiento estudiantil. Por aquella época, la CNRT, encargada estatal de controlar a las empresas, confirmó su rol cuando sostuvo que “el valor del boleto sólo puede modificarse por ley, pero además, nadie habla de subsidiar a las empresas, y entonces es imposible”. 
Los estudiantes presentaron un proyecto de declaración en la Legislatura porteña, que fue aprobado en septiembre del año pasado. La legisladora Juliana Marino presentó otro en el mismo sentido que se debatirá los próximos días. Aníbal Ibarra y Daniel Filmus se reunieron con representantes de los empresarios (Fatap), luego Filmus con la Secretaría de Transporte, y más tarde también envió un escrito a la CNRT. Ayer, Ibarra se comprometió ante los alumnos a que, durante sus conversaciones con Benito Roggio (Metrovías) por las ampliaciones de los subtes, introduciría el pedido de boleto. Pero, por el momento, la única respuesta que recibieron todas estas gestiones fueron lamentos empresarios por la situación económica e imposibilidad de funcionarios por las decisiones políticas.

La Noche más oscura

La Noche de los Lápices fue una de las marcas del horror instalado como práctica generalizada por la dictadura militar. El reclamo del boleto escolar era una vieja consigna de todo el movimiento estudiantil. El 13 de septiembre del ‘75, los alumnos del Normal 3 de La Plata festejaban la conquista del BES (Boleto Estudiantil Secundario). Después del golpe militar del 24 de marzo del ‘76, comenzó la cacería de sus dirigentes a manos de los grupos de tareas. Entre el 1 y el 16 de septiembre de ese año, ya detectados los líderes del reclamo, comenzaron las desapariciones de estudiantes: Francisco López Mantener, Claudio de Acha, Horacio Ungaro, Daniel Racero, María Clara Ciocchini y María Claudia Falcone. Cinco días después, fue secuestrado Pablo Díaz. El único sobreviviente de la Noche de los Lápices.
El testimonio de Pablo Díaz ante la Cámara Federal de La Plata probó que en el campo de concentración conocido como Campo de Arana había una maternidad. Ni las madres que allí se encontraban secuestradas, ni sus hijos volvieron a aparecer con vida. Durante ese juicio se demostró que las desapariciones de la Noche de los Lápices habían sido parte de una maniobra cuidadosamente analizada por el Batallón de Inteligencia 601 y la temible Policía Bonaerense. A las cabezas de esas áreas se encontraban Carlos Alberto Roque Tepedino y Miguel Osvaldo Etchecolatz.


FOTOGRAFÍAS DEL FESTIVAL DE REPUDIO DEL 15/06/2002

Extraídas de Indymedia

 

Repudio Represión 14/06/2002

 

Repudio Represión 14/06/2002

Repudio Represión 14/06/2002


Extraído de Indymedia el 14/06/2002

Los secundarios frente al atentado- Informe desde el festival en el Moreno

by Indy Movil team • Friday June 14, 2002 at 11:33 PM

"Al principio no sabíamos que hacer, nos quedamos como congelados, no sabíamos si venir y contarles a todo el mundo o callarnos la boca". Las dudas duraron algunas horas, donde varios miembros del Centro de Estudiantes del colegio Mariano Moreno discutieron intensamente como contar lo que había pasado. 
Nunca, cuentan, en sus 17 o 18 años de vida habían vivido algo como esto. La mayoría de ellos se enteraron de los hechos el miércoles a la noche, cuando el estudiante agredido decidió contarles a sus compañeros lo que había pasado. La noche de martes, dos personas lo habían interceptado mientras caminaba por una calle hacia lo de un amigo, y le escribieron con un cortante las tres A en el pecho, diciéndole que “se dejen de joder con el boleto, sino vos vas a ser la primera pieza del dominó”.

La relación con los setenta y la represión parapolicial de la triple A es automática: la lucha por el boleto estudiantil; la noche de los lápices; el amparo del estado con los represores; todo cierra el círculo y apunta a la mano de obra (no tan) desocupada, que viene actuando contra trabajadores, piqueteros y asambleas durante los últimos meses, amparada por el estado y la justicia.

Los estudiantes decidieron que lo mejor era romper el silencio; espantar a la impunidad contándoles a todo el mundo y difundiéndolo en todos los medios. El ejemplo, dicen ahora, fueron los primeros años; “los pibes se quedaban mirando, pero enseguida se empezaron a dar cuenta de que tenían que participar”.

A la agresión contra su compañero la ven como una reacción “porque en algo los molestamos, porque tocamos alguna fibra”. La lucha por el boleto estudiantil se viene desarrollando desde principios de años con la exigencia de un boleto de 0,5 centavos para subtes y colectivos, por la que vienen realizando marchas y escraches semanales a empresa de subtes Metrovias.

Allí, cuentan, puede estar una de las claves del ataque. El jefe de seguridad de Metrovias es Miguel Angel Robira, denunciado y escrachado por H.I.J.O.S. como torturador durante la dictadura militar. Por los métodos con los que se realizó el ataque, por la cobardía y la impunidad demostrada, no se puede dejar de asociar su nombre con el caso.

Ahora, con el tema instalado en la opinión pública, y con el masivo festival que se está realizando en estos momentos, todos los entrevistados coinciden en lo mismo; no los lograron paralizar. Para el miércoles por la tarde preparan una movilización desde el Congreso a la Secretaría de Transportes, y no están dispuestos a detenerse.

Para algunos de ellos, algo cambió entre los estudiantes a partir del 20 de diciembre. En algunos colegios se organizaron cuerpos de delegados, e incluso en el Mariano Acosta la experiencia de los estudiantes sirvió para ayudar a los padres a que también se organicen. Los más jóvenes, es sabido, forman parte del sector mas sensible de la sociedad. Desde la oscuridad y la impunidad, lo mas retrogrado de la sociedad intentó amedrentarlos con este ataque. No lograron hacerlo. Y no lo lograrán.

Extraído de Indymedia Argentina

 


ENTREVISTA A PABLO DIAZ (SOBREVIVIENTE DE LA NOCHE DE LOS LAPICES)


by Natalia Gunther-Red de Corresponsales LaTribu • Friday June 21, 2002 at 04:35 PM

Marcha en repudio a las acciones represivas contra los estudiantes que luchan por el boleto estudiantil. Entrevista a Pablo Díaz (sobreviviente de La noche de los lápices). 


Pablo Diaz en la marcha por el estudiante del Moreno


Miércoles 19 de junio 

¿ Qué analogía podrías hacer entre lo que le paso al estudiante del Mariano Moreno y lo que les pasó a ustedes? 

No, yo creo que no hay paralelismo indudablemente pero sí tiene que haber un acto de reflejo con respecto a esa frase que le dijeron “sos la ficha de un dominó”. Creo que debe traer aparejado la prevención y salir rápidamente a lograr el esclarecimiento de ese hecho. 

Yo siempre me acuerdo que en el año 1975, el primer compañero que asesinaron fue Patulo que lo secuestraron el 25 de diciembre de 1975 la Triple A. Tenía 17 años y era Presidente de su Centro de Estudiantes; líder de la coordinadora de estudiantes secundarios. Nosotros, para ese entonces, culminábamos el año lectivo y nos enteramos unos pocos pero lo dejamos pasar, muchos con alguna indiferencia, sobre que eso pudo haber sido un acto confuso y nos llevamos la sorpresa de que, cuando sucede el Golpe del 24 de marzo, empesaba una escalada de terrorismo de Estado con respecto a las amenazas y asesinatos a muchos estudiantes secundarios. 

Creo que en esta oportunidad, nosotros que hemos sido sobrevivientes de esa década, tenemos que salir a la calle, abrazarlos, cuidarlos y principalmente hacernos de sus propias consignas, que es un reclamo justo para una sociedad justa. 

El boleto estudiantil es una necesidad que, en un contexto de crisis económica, le da la posibilidad de estudiar a muchos compañeros aunque sea en una cuestión de centavos. 

¿Cómo ves la lucha de los chicos hoy? ¿Crees que están organizados? 

No, yo creo que bien. Siempre a esta edad uno hace sus propias experiencias. El tema está en que uno que pudo haber participado de algunas luchas en gremiales o socioeconómicas, reivindicativas y en el plano social, tiene que hacer el aporte hacia ellos únicamente estando al lado y tratando de darles la propia experiencia con respecto a las prácticas que uno ha tenido. Y después tratar de que ellos hagan la experiencia digna que es la posibilidad de confrontar contra un sistema injusto y arrancarles una lucha justa. 

¿ Te sentís parte de este grupo de estudiantes como te sentiste del tuyo? 

No sé. Eso tiene varias respuestas. Sé que soy ajeno y yo tendría que estar comiendo un asado los sábados al mediodía con mis compañeros de aquella lucha. Lamentablemente eso no puede ser porque hay muchos compañeros ausentes. 
Hoy puedo estar viéndolos como unos hijos míos que están tratando de reclamar y de hacer sus primeras experiencias en el reclamo justo de una manifestación. No, no soy ajeno pero no soy un adolescente. Hoy me preocupan otras cosas y bueno... es difícil. Yo extraño a los que luchaban al lado mío en aquel momento. Y sí me pongo tal vez a pensar de que si ellos estuviesen vivos, esto hubiese sido diferente, hoy no estaría este reclamo. 

 

 

¿Sentís que la sociedad los cuida? 

Creo que la sociedad y el pueblo los comprende y los va a proteger. Lo que más pena me da es que hay políticos cómplices y empresarios que no tienen capacidad de solidaridad. Creo que, lamentablemente en el año 1975 nosotros tuvimos una Legislatura que nos fue indiferente a nuestros reclamos y creo que hoy hay un Congreso y una Legislatura que es indiferente a los reclamos de los estudiantes secundarios. Ellos tratan de que otros chicos o ellos mismos puedan estudiar y esto no es una cuestión de adolescentes, es una cuestión de una sociedad justa. Son adolescentes maduros en función de reclamar esto. 

Si llegaran a desatarse acciones represivas contra los estudiantes ¿cómo crees que deben responder? ¿qué esperas que hagan? 

Que estén en las calles. Yo creo que no hay mejor prevención al “nunca más” en función de estar y manifestarse en las calles. Creo que esto tiene que ser una convención de sobremesa en todas las casas. Los padres tienen que charlar con los chicos y acompañarlos en las manifestaciones y los chicos tienen que acompañar a los padres y hacerles comprender que no hay mejor prevención que estar todos juntos en la calle. Nunca hay que dejar a uno que hace un reclamo justo peleando sólo, porque si algo de experiencia podemos llegar a tener a lo largo de nuestra historia como pueblo, es que las cosas se lograron siempre todos juntos. 

¿Qué le dirías al estudiante que necesita el boleto y tiene miedo de salir? 

Que es preferible que el día de mañana le pueda explicar a sus hijos que fue partícipe de una lucha digna y que tuvo un éxito digno, a no poder explicarle nada. Se va a sentir mejor. Porque siempre cuando llegamos a una edad, hacemos un repaso en el banco de una plaza y creo que ahí es cuando rendimos cuentas a nuestra propia dignidad. 

Extraído de Indymedia Argentina

 

 

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