ESE SEÑOR
Colaboración por Nicolás, de
Paraná. (Gracias!!)
Ese señor:
Adiós señor
27 de abril de 2003:
Néstor Kirchner: “El pueblo argentino votó por el cambio”. Veintisiete de abril de dos mil tres, Carlos Saúl Menem obtiene aproximadamente el veinticinco por ciento de los votos en todo el país ubicándose en el primer lugar en las elecciones presidenciales de la República Argentina.
Veinticinco por ciento de los votos, algo así como cinco millones de argentinos que han optado por la hipocresía, por la impunidad, por la corrupción. Y yo, en mi humilde sabiduría, me pregunto: ¿Dónde está el cambio del que habló el señor Kirchner? ¿Fue propaganda o hablaba en serio?
Diecisiete cuarenta y cinco, rumbo a la urna, documento, sobre, entro al cuarto oscuro silbando el Himno Nacional; contento, esperanzado, como si estuviera entrando a mi fiesta de graduación, y ahí están todas ellas, son como quince o veinte ¿Cuál elijo? Sé bien cual voy a elegir. Veo dos boletas con el mismo candidato: repugnante. No es mi estilo esconder boletas ni quemar urnas como alguien hizo en Catamarca, además, confío en mi pueblo. Entonces continúo, boleta, sobre, urna. Ya está, ahora a casa a esperar el resultado. Me hubiera gustado bailar y tirar cohetes, pero no...
Veintisiete de abril de dos mil tres. Resultados a boca de urna. Toda esperanza, toda alegría de pronto se va y sólo queda el croquis de un país tal y como lo quiere la mayoría. Y choco la pared, puteo, voy, vengo ¿y mi pueblo? ¿Son estos cinco millones los mismos que estaban en Plaza de Mayo en diciembre de dos mil uno? ¿Son éstos piqueteros, revolucionarios, patriotas?
Entonces los cohetes y cornetas se transforman en desilusión, en desengaño, han cerrado las elecciones: esto es la Argentina, ignorancia, indiferencia, individualismo. ¡Bien, puede que llegue nuevamente su señor! Ahora podrán comprar su computadora en cuotas, o el equipo de música. Sus padres están sin trabajo, ¿pero vale soñar no? No pueden estudiar, ni comer bien, ni vestirse, y la mirada de la pobre gente que, tirada en la vereda, les pide pan no les afecta, porque no es su caso, o tal vez si, pero a ustedes qué les importa, ¿no? Porque con el señor estábamos mejor, el peso valía lo mismo que el dólar y eso les llenaba de orgullo. Argentina, ¡qué gran país!
Va a haber Ballottage entre Kirchner y el señor. Calmáte, me dice mi compañera, no va a ganar. Y yo ya sé que no va a ganar, pero de todas formas yo ya perdí. Nadie podrá sacarme ahora los cinco millones de agujas de amargura que se han clavado en mi alma. Nadie podrá ahora decirme “la gente está entendiendo”, “la gente está madurando”, porque he sido traicionado por esa misma gente... mas no importa lo que a mi me pase, no importa si lloro sangre por dos semanas, o si paso un día entero escribiendo en las paredes “retírese señor”, “retírese señor”... Sufro esta traición —y no soy el único— porque día a día soy capaz de ver los pedazos de patria tirados en las calles, desparramados pidiendo ayuda; veo este enchastre de pueblo gritando paz, gritando trabajo, gritando salud, escapando de la policía represora comandadas por los fachos.
Veo en mis cortos veintiún años el resentimiento histórico y la impotencia de este pueblo que no es capaz de unirse ni siquiera por su propio bien y no me vengan ahora a hablar del “argentinazo”: cientos de miles de personas aprovechando para robarse una caja de vino o para chorrearse un CD de Musimundo....
Y entonces la unión popular, que debería ser una sola herramienta de cambio a lo largo de todo el año, ni siquiera es capaz de usar con inteligencia la única arma que tiene en este sistema para atacar al déspota: el sufragio. Claro está —y se demuestra con estos resultados— que dicha arma es de utilería. O usa balas de goma, de ignorancia, fabricadas y preparadas por los mismos que ayer gobernaron y quieren volver a hacerlo.
Año tras año, período tras período entonces, van a seguir hundiéndose en su puerca tapita de agua, día tras día van a seguir leyendo en el diario sobre el FMI y van a seguir protestando porque las manifestaciones bloquean su camino y tienen que doblar antes y van a seguir yendo a la escuela a protestarle a los maestros porque hacen paro y así todas las ironías y todas las idiosincrasias insensatas de esta gente que piensa con el culo, ve con el bolsillo, y reza por la quiniela.
Cinco millones de argentinos que alegan “con el señor estaba mejor”, ah, pero luego mandan una caja de leche a Santa Fe, si, pobres inundados... ¿y después? Jódanse inundados, sólo estaban metiendo la tierra debajo de la alfombra. Y así en todo con su estúpido razonamiento: “hoy te ayudo porque me das lástima, pero yo soy mi propio país, después que se las arreglen como puedan”.
28 de abril de 2003:
Carlos Saúl Menem: “la segunda vuelta es sólo un trámite”.
Me dijeron por ahí que yo trataba al señor con demasiado respeto y que no se lo merecía; yo creo que el respeto forma parte de la superioridad, pero también siento, también sufro, soy un argentino conciente y tengo mi lado oscuro: cínico hijo de mil puta, no puedo —y no vale la pena intentar— expresar mi desprecio de otra manera.
Adiós Señor
4 de mayo de 2003:
Carlos Saúl Menem se retira del Ballottage, Nestor Kirchner es el futuro presidente de la República Argentina. Sólo le pido a Dios que lo ilumine...
De a una voy quitando las agujas que aún siguen enterradas en mí, tampoco tiraré cohetes ahora porque no hay nada que festejar, ni me llega alegría ni tristeza ni dolor, ni me vienen esperanzas de nada, mientras ajeno a toda emoción escribo, fumo, miro un rincón...
Tanto circo inútil, tanto sufrimiento gratuito e inútil. “Veni, Vidi, Vici” no está más, no se italiano pero se que ahora es “Vine, molesté, y me fui”.
Ahora tendré que limpiar las paredes de mi cuarto, las leyendas que allí están escritas ya no hacen alusión a nada: el señor se ha retirado.
. Infover
15 de mayo de 2003