Quién
no ha estado frente a la pantalla del ordenador mirando una larga y
casi infinita lista de tipografía, cuando de repente la duda nos
invade,¿cuál tipografía es la adecuada? por decirlo de una manera
elegante. A veces, la democratización que el ordenador le ha dado
al diseño en la posibilidad de elección y acceso a la tipografía
nos pone en estos bretes. No siempre un amplio menú de selección
termina en una mejor elección tipográfica, la posibilidad de error
es exponencialmente proporcional a las posibilidades de selección.
¿Pánico? No es para tanto. El buen criterio profesional nos aleja
tanto de la incertidumbre como del traspié. Empecemos por algunas
consideraciones. Muchas veces se lee por ahí que la cultura hay que
respetarla, que la identidad de un país es algo que tenemos que
tener en cuenta. Borges, por otro lado, decía que los únicos que
ponemos camellos en los cuentos de árabes somos los occidentales,¿podemos
resolver por ejemplo el estilo mexicano o argentino de un diseño sólo
con la tipografía?, ¿podemos afirmar seriamente que una tipografía,
por sí sola, representa el conjunto de valores, creencias, gustos,
identidades de una región o país?, ¿o esa identidad es una
combinación particular de elementos lo que hace que una pieza gráfica
o diseño, conecte con su audiencia y público aportando un valor
nuevo a esa cultura visual, configurando una nueva percepción y
estableciendo una nueva categoría en su identidad?, ¿es menos español
el periódico El País por utilizar la Times o menos inglés The
Observer por usar la Bodoni?. En lo más mínimo. Evidentemente cada
lugar tiene un sabor particular, cada lugar tiene sus características
y a veces una manera diferente de usar una tipografía hace que
conecte con su entorno y audiencia.
|