Mario Pergolini: Quien quiera oir que oiga

Colgó su última rebeldía con la vuelta de CQC, que había prometido no volver a hacer. La "pica" eterna con Marcelo Tinelli, la fascinación por Menem, sus desventuras dentro del corralito: el artífice de Cuatro Cabezas no le hace asco a nada y contesta todo.

Pronuncia la palabra "negocio" indefectiblemente cada tres o cuatro frases con convencimiento primermundista. No tendría nada de raro si no fuese por dos detalles no tan insignificantes que no concuerdan: la conversación no tiene lugar en Wall Street, ni en Ottawa, ni siquiera en Madrid, sino en la llovida Buenos Aires, capital de una Argentina por el momento devastada y el que la repite es un ex rocker bravo de voz áspera, pelo largo y modales alarmantes que encontró la fórmula para conquistar al establishment luego de transfigurarse en un hombre de traje oscuro, pasar por la peluquería y atildar sus maneras. Mario Pergolini, el mentor de Caiga quien caiga -tal vez el noticiero que mejor supo entender y contar el vendaval menemista en clave de humor-, prepara el retorno a la pantalla de ese hijo dilecto, la nave insignia de su corporación cool, Cuatro Cabezas, una productora de TV con pretensiones de multinacional de contenidos a nivel mundial.

Pergolini versus Pergolini

-¿Por qué pensás que la gente hace cuestiones por cosas aparentemente menores, como por ejemplo las patillas de Menem o tu pelo largo y que cuando pasaron ambos por la peluquería todo se solucionó?
-Es que somos medio estructurados. Cortarse el pelo y ponerse un traje salió de esa foto (apunta con su mirada fuerte y clara a una gigantografía que preside su oficina con los protagonistas de la película Perros de la calle). Para la gente grande yo era insoportable, no querían que me vieran sus hijos. Pero cuando me corté el pelo y me puse el traje dijeron: "¿ven?, ahora sí". ¡¡¡Y era peor!!!
-El rebelde colgó el pelo largo, las drogas, la vida en montaña rusa. Se casó, tuvo esposa, dos hijos, éxito, empresa. ¿Todo esto te da satisfacción o culpa? ¿No sentís que traicionaste un poco a aquel rebelde o es que el traje también se te metió por dentro?
-Fui creciendo. Uno nace con cien banderas levantadas; si te quedan diez bien paradas, creo que tu paso por la vida es bastante digno. Es muy difícil mantener en alto todas las banderas. Cambiás de ámbitos, de amistades. Si te casás con alguien que no tiene nada que ver con tu pasado, lo más probable es que sea porque estás dispuesto a seguir otros caminos.
-¿Creés que tu mujer está más preparada para aguantarte porque es psicóloga? (Silencio largo, casi eterno)
-Somos tan distintos que parecía imposible que nos pudiésemos juntar. Los primeros años fueron muy difíciles.
-Se dice que siempre en una pareja uno de ellos domina al otro. ¿Cuál es tu caso?
-Y, ella, cuando dicen que me he vuelto un ser humano más bueno (lanza una carcajada). O yo, cuando ella tiene algún comentario maldito. La verdad es que le debo la vida a esa mujer.
-Pero aun con traje negro impecable y modales de yuppie cínico, al menos conservabas en alto la última bandera de tu rebeldía (deshacerte para siempre de CQC en pleno éxito) y eso tampoco pudo ser. ¿Al final no te va a pasar lo mismo que a Gerardo Sofovich con Polémica en el bar, que ya va por la temporada Nº 38?
-CQC vuelve en una situación muy especial, ni siquiera es el mismo de antes. Yo estaba convencido de que CQC no volvía. Creo que este revés tan profundo no se lo esperaba nadie. Nunca pensé que la situación del país iba a justificar la vuelta del programa. Pero era tanto lo que se veía que era como perderse el festín. CQC vuelve para pecar. Igual no creo que podamos tener un ciclo muy largo. Éste es un año muy difícil.

Pergolini versus Menem

Por lo extremadamente versátil -salta del cáustico CQC al fashion SuperM 20/02; de la publicidad prometedora de De la Rúa al cine argentino que quiere y puede con Plata quemada o La ciénaga; del tecnológico sitio de Internet Datafull al frívolo El Rayo- se diría que, aunque lo aborrezca, Pergolini está hecho en molde menemista (ideología móvil, golpes de efecto en el momento oportuno, reflejos sorprendentes).
-Te hiciste rico burlándote a más no poder de Menem y de toda la clase política. Pero después de él te metieron como nunca la mano en el bolsillo y no llegó ninguna de las utopías que parecía encarnar el espíritu romántico de los "escraches" cecucianos. Por casualidad, ¿te queda todavía alguna utopía?
-Mi utopía sería pensar en algún tipo de justicia. Caiga... este año va a buscar más por ese lado. No podemos hacer una caza de brujas de los políticos. Creo que tenemos que ir al Fondo Monetario Internacional y a otras partes del mundo, al señor del Tesoro. Vamos a ir más por ese lado.
-¿No te sentís, de alguna manera, "autor intelectual" de estas polémicas acciones mediáticas que emprende cada vez más seguido la ciudadanía?
-Ése es el desafío de CQC ahora. Yo creo que nosotros caricaturizábamos muy bien lo que la clase media deseaba. El cacerolazo no deja de ser una consecuencia de lo que la clase media quería hacer, pero ha superado ampliamente a CQC, que en un punto era medio "transero" con el sistema. De otra manera, no podríamos haber hecho seis años. Lo que sí admito es que CQC es mucho más que la coyuntura argentina porque, si no, no hubiese sobrevivido en España o en Italia ni se hubiera expandido a una sociedad tan distinta como la francesa, como la israelita o como va a ser ahora la versión inglesa. Lo que pasa es que se regodea más en estas realidades. Y se lo sobreestima cuando dicen que es inteligente. Sólo nos jactamos de encontrar una vuelta distinta. Ése es el único objetivo. Que digan: "Estos pibes son más vivos".
-Parece extraño que la comunidad publicitaria, tan conservadora y apegada a ciertos ritos, avalara tan notablemente un programa de aristas tremendamente audaces como CQC...
-En un país de poco dinero, CQC va a un público muy dirigido, muy deseado por las empresas. Y eso para una marca es muy importante. Y sólo Cuatro Cabezas es muy hábil en eso. Creo que como productora fuimos inteligentes en entender una demanda de público concreto y saber que hay una inversión publicitaria para esa gente que le interesa a la publicidad: clase media que consume.

Pergolini versus Tinelli

-¿Qué es Tinelli para vos: un modelo, un enemigo, un socio, tu antítesis, tu otra mitad? Te vampirizó insumos y terminaron asociados...
-Me voy a buscar otro cigarrillo así tengo tiempo para pensar... (Se levanta, da grandes zancos, a viva voz pide desde la puerta para afuera que alguien lo provea y vuelve). En este negocio siempre necesitás alguien enfrente, aunque no creo que yo lo necesite a él ni él me necesite a mí. Siempre cada dos años intentamos acercarnos, buscamos un lugar donde encontrarnos. Indudablemente somos muy diferentes. Tenemos dos conceptos muy distintos en lo personal y en la manera de hacer negocios. No hay duda de que hay una competencia.
-Tinelli siempre te ganó en la tele (y vos a él en la radio). ¿Por qué huiste de la última confrontación con VideoMatch a fin de año?
-Mentiría si no te dijera que me divertí viendo las mediciones de los últimos seis meses de radio; lo he disfrutado y me he esforzado, de hecho en noviembre y diciembre fue de las veces que más medí radio en mi vida. Me gustó hacerle el jueguito en la tele (se refiere al especial de fin de año de CQC por Canal 13 cambiado a último momento de día y horario y al que Tinelli, desde Telefé, pretendió cerrarle el paso): estaba definido que íbamos a ir un jueves pero dijimos lunes, para ver qué pasaba, y me gustó saber que tuvo que gastar más plata y terminar dos semanas después. Pero en un punto necesitamos la comparación. Yo puedo ambicionar su rating: ¡qué pena no tener 30 puntos alguna vez..! Bueno, tuve 25 con el especial de Caiga..., pero creo que a él también le gustaría tener otro prestigio, que lo está buscando.
-Quién podía pensar que con tanta "pica" entre ustedes, sin embargo iba a haber un espacio para que se asociaran en la experiencia del reality show El bar...
-Las veces que nos hemos asociado intentamos ver si él podía lograr algo del espíritu de 4K y nosotros a ver si de una vez por todas aprendíamos a ser masivos. Y no hay caso: no podemos convivir, es imposible, es un Boca-River. El primer casting de El bar lo hicimos con él, pero trabaja distinto: nosotros confiamos mucho en la segunda y tercera línea, creemos en los equipos. Y yo creo que él trabaja muy en lo personal. Pero tenemos que coexistir: no sé qué pasaría el día que uno no esté.
-¿Quién tiene más plata: Tinelli, Suar o vos?
-Tinelli seguro; Suar después. Tinelli en lo personal ha hecho mucha plata por lo que le han pagado por hacer VideoMatch. A Suar, Canal 13 le compró el 30 por ciento de Pol-ka. Y nosotros la venimos peleando.

Pergolini versus el corralito

-En un reportaje en Playboy, allá por 1992, decías que le dabas la reelección a Menem porque, cito, "lo único que sé es que ahora puedo dejar la plata en el banco con tranquilidad porque sé que no me la van a c...". Qué ironía, ¿no? Vistos los acontecimientos sucedidos del 3 de diciembre para acá... ¿Qué lectura hacés ahora, diez años después?
-(Se ríe) Que a veces crecer es bueno, que madurar tiene sus ventajas. ¿¿¿Dije eso??? La figura de Menem me atrapó mucho en los primeros años. Realmente me parecía increíble. Sobre todo porque yo empiezo a acceder a tener dinero ahí, y era muy difícil no dejarte llevar por tu propio bienestar. Me llamaba mucho la atención, hasta me parecía una figura encantadora.
-¿Te agarró el corralito?
-¡¡¡Síííí!!!... Si alguien sabe cómo saltarlo, aunque sea de manera ilegal, que me lo diga. Si me hubiese enterado un día antes, lo sacaba todo. Si dos días después me decían que el Banco de Negocios me lo podía sacar, yo lo hacía. No puedo volverme moralista con algo que no hubiese cumplido.
En lo personal me agarraron. A nivel empresa, nos agarró antes Ávila (Carlos, el dueño del canal porteño América, que se presentó en convocatoria de acreedores) con dos palos y medio. Es mucha plata. Para Cuatro Cabezas fue un cimbronazo tremendo.
-¿Cuánta gente trabajaba en Cuatro Cabezas?
-Acá trabajábamos 170 personas y seguimos siendo 170. Nosotros somos empresarios, lo tenemos que admitir sin resquemores. Y este negocio es indudable que nos dio dinero, pero yo no puedo pedirle a esta empresa que me dejó crecer, hacer muchas cosas y que tiene un prestigio realmente grande en el mundo, ante el primer año que tengo que poner plata de vuelta echar a todo el mundo y cerrar la empresa, porque así no va a haber industrias.
-¿Y qué camino pensás seguir?
-Si gané diez, puedo perder cuatro. Porque esa pérdida de cuatro me va a dejar ganar de nuevo más adelante. Pero a mí me parece que ciertos empresarios televisivos, después de haber ganado veinte millones, no quieren poner tres o cuatro, y eso está mal porque así el proyecto se reduce a sacar plata y nada más. Entonces nunca vamos a generar una industria, y necesitamos que esto crezca porque va a ser mejor negocio para todos. Si los que hicimos realmente dinero cerramos las puertas y echamos a todos los que tenemos porque no estamos ganando dinero, no habrá industria jamás, y todos estos tipos que se han comprado cámaras o que están estudiando producción no van a encontrar dónde laburar y vamos a perder de vuelta una generación que se ha preparado para hacer una buena televisión.
-Te gastaste setecientos mil dólares en la apertura de CQC de 1998. ¿No fue aquello parte de la desmesura de la fiesta menemista que nos trajo hasta esta Argentina quebrada que tenemos hoy? ¿Volverías a gastarte esa plata hoy?
-Indudablemente no podríamos ahora gastar ese dinero, pero porque tampoco tengo el oxígeno que daba Caiga quien caiga año tras año, que entonces lo permitía. Aunque el país siguiera como hasta ahora, si la vuelta de Caiga... da lo que estimo que dará, voy a poder hacer una apertura así de vuelta el año próximo. Igual, yo no lo relacionaría con la fiesta menemista. Esa apertura de 17 minutos no la hicimos por egocentrismo argentino. Con ella fuimos a un montón de festivales y por eso estamos filmando publicidad ahora en España y pudimos hacer documentales para plataformas como Discovery o Infinito.
-Al final resultó que no eras el único mentiroso de este país...
-Los argentinos somos grandes mentirosos: bueno, el hecho de creernos un país que no fuimos durante tantos años... eso es bien mitómano. Uno puede mentir, pero creerse la propia mentira... Por mi parte, voy a llevar ese estigma sobre mi cabeza eternamente aunque ya no lo sea.

4K se va para arriba

"Cuatro Cabezas -anuncia Pergolini sin develar el misterio- está por anunciar algo dentro de 60 días que va a demostrar su fortaleza. Estamos cerrando algunos convenios con socios estratégicos que nos van a ayudar a crecer en el mundo en un momento en que nadie invierte acá". Ubicuo y multifacético -en su oficina hay un teclado ("estoy estudiando piano", explica)- conduce todas las mañanas por radio desde hace diez años ¿Cuál es?, tiene una discográfica, una inversión minoritaria en Tower Records, hace documentales para cable y produce Punto Doc para la TV abierta, Pergolini cultiva un perfil decontracté, jeans, camisa sport y el jopo sin gomina, lo que no impide que la palabra "negocio" se le represente en la cabeza con la misma persistencia que al más trajeado y formal empresario