Diosas del agua

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6: La familia Tao

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A la mañana siguiente, Basón no dijo nada de lo que había pasado la noche anterior. Maris se despertó casi al mismo tiempo que Len, y se saludaron cuando se encontraron. Minako había estado tan dormida como su Portadora, así que no sabía nada de lo que había pasado, y se sorprendió al ver que Basón las miraba. Cuando Maris y Len se fueron a la escuela, no resistió más y le preguntó que le pasaba.

-Anoche, el señorito se portó de una manera extraña- empezó Basón, esquivo.

-¿Ah, sí? ¿Qué hizo? ¿Lo llamó su padre y lo retó por portarse mal y quedarse solo con una chica de su edad?- preguntó Minako, quien ya había pasado por éstos casos en su vida “inmortal”.

-No exactamente, pero sí lo llamó su padre-

-¿Y qué le dijo?-

-Yo no espío las conversaciones del señorito- dijo Basón, irguiéndose.

-¿Y cómo reaccionó Len después de la llamada?-

-Se durmió enseguida. Supongo que su padre le habrá preguntado cómo la había ido en el tornero de Shamanes, y si era cierto que tenía a una Tigre de Agua... –

-La dinastía Tao es una familia de Shamanes o similares, ¿verdad?- Basón asintió -¿Y por qué tanto interés en Maris? Si por casualidad piensan en hacerla daño, se las verán conmigo- terminó, seria.

-No lo creo, el señorito se sentiría muy molesto si la Portadora resulta lastimada... –

-¿Acaso no sabes que decírmelo a mí es como decírselo a Maris? Si quieres que ella no se entere, pues no me lo digas. Después de todo, ella puede saber lo que ha pasado. Es muy buena adivina, y sus poderes lindan en el mismo campo que los de los Shamanes-

-Es que... el señorito ha cambiado mucho desde su llegada, y me extraña que sonría tan seguido. Dijo que los humanos no eran los insectos que él pensaba... Y hace trece años que ha creído lo contrario-

-Oh- exclamó Minako –Ya entiendo lo que pasa. No puedo creerlo... – dijo, agarrándose la cabeza con una mano.

-¿Qué pasa?- preguntó Basón, extrañado.

-¿Acaso no te diste cuenta?- Minako estaba extrañada.

-No-

-Len se está enamorando de Maris-

-¡¿QUÉ?!- Minako se sorprendió Basón nunca había gritado así.

-O eso, o la quiere mucho y se está enamorando de ella, así que lo más seguro es que tengamos que irnos a China... Oh, no, tendré que darle clases de chino a Maris... Tanto que le costó aprender el japonés con sus mas de dos mil kanjis y kanas... –

-No es posible- exclamó Basón –El señorito nunca... nunca... –

-Siempre hay una primera vez para todo, inclusive para enamorarse- Minako suspiró –Ya nos lo temíamos... ¿Qué van a decir los padres de Maris?-

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En la escuela, Maris había mejorado mucho. Estaba entre los tres primeros puestos de la clase. Había mejorado mucho desde su llegada, y eso le sorprendió mucho a Len. Era Julio e iban a empezar las vacaciones. Faltaban tres semanas para el torneo de Shamanes en Estados Unidos, y Len Tao pensaba hacer una visita a su familia en China. Maris suspiró, diciéndose que tarde o temprano eso iba a pasar, y pensando que tenía que pedirle a Minako que le diera clases de chino.

Al llegar a casa, Len le dijo a Basón que se irían a China a visitar a su familia, que iba a llamar a su padre. Le dijo que iría con Maris, la Tigre de Agua, y que llegarían en tres días. Estaba muy emocionado con presentarle a su familia a ésa chica latinoamericana, un ser muy especial de los que sólo quedaban poco más de un centenar y medio, si se era optimista. Los Portadores de Sombra eran difíciles de conseguir, casi imposible, porque se escondían muy bien. Pero Maris tenía poderes espirituales y de adivinación muy grandes, y le caería bien a su familia, al menos sería digna de pertenecer a la familia Tao en lo que respectaba a poderes.

Minako y Basón estuvieron callados casi todo el tiempo, pero Maris estaba entre asustada, porque iba a ir a un país desconocido cuyo idioma apenas balbuceaba, y emocionada, porque China era un país fascinante, y a ella también le gustaba. Además, Minako podría traducirle algo, y se haría entender. Preparó su equipaje –la mayoría fueron cosas que Len le había comprado, ya que sus tres valijas estaban en casa de Io, Amidamaru y Ana y lo único suyo que tenía era la ropa con que había presenciado la segunda batalla entre Io y Len- cuidando que estuviera prolijo, porque quería dar una buena impresión.

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“¿Qué te ha pasado, Minako?” le preguntó mentalmente cuando estaban en vuelo “No has dicho casi nada desde tres días atrás”

“Es que estaba preocupada porque Basón me dijo que había llamado el padre de Len, y le había preguntado a su hijo que cómo le había ido”

“¿Nada más?” Maris sabía cuándo su Sombra le estaba escondiendo algo. Demasiados años juntas en la otra vida... “Vamos... yo te conozco”

“Ya lo debes suponer”

“Ya la hermana de Len le había dicho a su padre que yo era una Portadora de Sombra. Ya suponía que esto iba a pasar tarde o temprano. Y sé que empiezo a gustarle... Pero al menos, se ha vuelto más amigable con las personas, ya no cree que los seres humanos son insectos y los empieza a ver con otros ojos”

“¿Sabes lo que eso significa?”

“Sí” contestó Maris “Y estaré preparada cuando ésa batalla comience”

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Cuando me enteré que Maris se iba a China con Len Tao, no sabía si decírselo o no a Io, Ana y Amidamaru. Io había pasado a la segunda etapa del Torneo de Shamanes, y faltaban casi tres semanas para que empezara. Al final se los dije, y se preocuparon, pero a su manera. Ana le ordenó a Io intensificar su entrenamiento, Io obedecía sin protestar y yo lo ayudaba en lo que podía.

Ninguno de los cuatro esperábamos que, a dos semanas de empezar la segunda etapa del Torneo de Shamanes, Basón volviera, solo, y desesperada por vernos.

-¡¡¡¡¡¡POR FAVOR, LES RUEGO QUE VENGAN COMIGO!!!!!!- chilló, apenas no vio a los cuatro en la casa.

-¿Qué ha pasado?- le preguntó Amidamaru.

-El padre de Len atrapó a Maris, al señorito y a Minako, porque el padre del señorito anunció que cuando la Portadora y su Sombra se separaran, matarían a la Portadora para que fuera su nuevo espíritu acompañante. Ahora todos están en los calabozos, y yo logré escapar. Por favor, ¡¡¡necesito de su ayuda para rescatarlos!!!-

-Cuéntanos todo lo que pasó- le dijo Ana.

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Cuando llegaron a la casa de Len Tao, Maris se sintió algo cohibida. La casa era enorme, y ella siempre había vivido en casas humildes de clase media. Len Tao le presentó a su familia, su madre, su abuelo y su padre, que era enrome. Parecía un gigante, y Maris se sorprendió, pero lo saludó con respeto.

-Así que tú eres la Portadora de Sombra de la que mi Len ha hablado tanto... – empezó el padre, sonriendo.

-Sí, señor- respondió Maris.

-¿Te gusta China?-

-Es mucho más grande y activa de lo que pensaba. Es un país muy lindo, señor-

-¿Sabes por qué razón Len estaba en Japón?-

-Para competir en el Torneo de Shamanes, señor-

-¿Por qué no usaste todo tu poder cuando entrenabas con mi Len?- le preguntó, apoyándose en una mano. Ésa chica tenía mucho poder... y trataba de ocultarlo.

Maris demoró unos segundos en contestar.

-No sabía con exactitud hasta dónde llegaban los poderes de su hijo, señor-

-Ahora, esperamos que nos ayudes... –

-¿Señor?- Maris levantó la vista extrañada. El tono de voz del padre de Len era extraño, y Minako le dijo que tuviera cuidado.

-A que Len pase la próxima etapa del torneo de Shamanes-

-Oh, sí, si usted quiere... –

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Por un par de días, las cosas estuvieron tranquilas. Len y Maris entrenaban todos los días, cinco horas seguidas de mañana y cinco seguidas de tarde. Len llegaba al final algo cansado, pero Maris apenas transpiraba. Minako era mucho mejor peleando que Basón, aunque no se lo hubiera dicho. Len Tao lo notó y sus padres también. Los espíritus de la dinastía Tao los vigilaban, y se sorprendieron del poder que tenía ésa chica, de un lugar tan venido a menos como Latinoamérica.

Al cuarto día, cuando terminó el entrenamiento, una luz rodeó a Maris, bajo sus pies se formó un símbolo, una estrella de seis puntas con una estrella en cada punta, una estrella en el centro del símbolo, con dos estrellas a su alrededor. La luz la rodeó, y cuando se disipó, tenía dos alas azules con rayas negras en la espalda.

Lo habían logrado, habían evolucionado hasta el último nivel. Ahora faltaba muy poco para que Minako recuperara su cuerpo de humana. Las dos saltaban de alegría, muy emocionadas. Len Tao las felicitó, y los tres se fueron muy contentos a darse un baño.

Ésa noche, Len fue llamado por su padre. Quería hablar con su hijo sobre Maris.

-Hijo, has tenido mucha suerte al encontrar a una Portadora como ésa... Nuestros antepasados están encantados con ella-

-¿A que viene todo esto, padre?- le preguntó Len.

-Todos hemos dicho que nos encantaría que fuera tu esposa- Len Tao sonrió –Pero algunos asuntos son más urgentes que tu matrimonio, Len- la sonrisa se le borró –Sabemos a la perfección que el poder de Maris seguirá con ella, al menos hasta que reencarne en otra vida... Y hemos visto que su Sombra es más fuerte que Basón-

-¿Qué tienes pensado hacer?- le preguntó Len, quien ya suponía lo que iba a decir.

-En cuanto Maris y Minako logren separarse, Maris podrá ser tu espíritu acompañante-

Len estaba pálido de ira. Tenía las manos convertidas en puños, y la sangre le empezaba a correr por las palmas. Tenía los nudillos blancos. No podía creer lo que su padre había planeado. ¿Dejar morir a Maris, la única persona que le había demostrado afecto fuera de su familia? ¿Dejarla morir a ella, quien le había mostrado la realidad que su padre le había negado? ¿Dejar morir a la persona a la que le había dado su primer beso?

-Len, no espero que me comprendas ahora, pero cuando seas el Rey Shaman me lo agradecerás... Y, de ésta manera, tú y ella podrán estar juntos para siempre- terminó sonriendo.

Len no lo soportó más.

-No dejaré que les hagas daño- dijo, con la cabeza baja, y entonces levantó la vista -¡A ninguna de las dos!-

-Len, esto ya ha sido decidido, y te lo digo para que te hagas la idea de que deberás dejar a Basón para dar paso a un espíritu más fuerte. ¿Acaso no quieres ser el Rey Shaman?-

-Ellas dos son las personas que más quiero, sobre todo Maris. Ella me hizo ver que los humanos no son insectos, y volví con la esperanza de cambiar tu manera de pensar, pero veo que es inútil. Padre, no permitiré que las toques-

-Len, has cambiado demasiado- le dijo su padre, levantándose -Estás confundido, y cuando las personas se confunden se vuelven débiles-

-Me he vuelto más fuerte que tú, ¡y te lo demostraré! ¡Basón!-

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-Pero el señorito perdió, y me ordenó que me fuera. No quise en un principio, pero él me lo ordenó de nuevo, diciéndome que fuera a buscar ayuda, y les ruego que me ayuden a rescatarlo. La Portadora está encerrada por todos los espíritus de la dinastía Tao, y se niegan a hacerla despertar- terminó Basón.

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Ana se quedaría en Tokio. Yo insistí tanto que al final fui, con Horo Horo –quien ya estaba al tanto de quién era Maris, y quería ayudar- y Ryu con Tokageru. Ana le dijo a Io que si no regresaba a tiempo para ir a la siguiente etapa, se las vería con ella.

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Maris y Minako pudieron sentir que Len Tao empezaba a luchar contra su padre. Se sorprendieron un poco, pero después decidieron ir a ayudarlo. Suponían cuál era el motivo de la pelea, algo referente a ellas. Pero no se transformaron mientras corrían hacia el lugar de la batalla –podían sentirlo por el aura espiritual que emanaba- porque algo les decía que eso sería peor.

Cuando vio a Len siendo golpeado por su padre Maris le gritó que se detuviera, que qué estaba haciendo. El adulto le sonrió.

-Precisamente sobre ti estábamos discutiendo... Te unirás a Len pronto... lo quieras o no-

Maris no entendía por qué peleaban así, pero debía hacer algo. Intentó moverse o gritar, pero algo se lo impedía. No podía transformarse, y tuvo que ver la batalla entre Len y su padre. Cuando Len estaba a punto de perder, no lo resistió más.

-¡¡¡¡¡¡DETÉNGASE!!!!!!- gritó, saliendo de la parálisis que le implicaban todos los espíritus de la dinastía Tao.

La luz, la misma luz que antes la había rodeado, volvió a aparecer. Pero ésta vez Maris se transformó en Tigre de Agua, sus ojos se volvieron completamente azules y las Diosas del Agua la rodearon. Se disolvió en algo que no era sólido, líquido ni gaseoso, junto con su Sombra, y se dividió en dos, sin dejar de girar. El símbolo se convirtió en dos. Sobre uno apareció Maris, y sobre el otro apareció otra chica, que no podía ser otra más que Minako.

Se habían transformado. Habían superado el último nivel, y había logrado evolucionar dos niveles en un mismo día. Cuando abrieron los ojos, las dos hacían los mismos movimientos. Tanto tiempo unidas les había dado la habilidad de la sincronización perfecta.

-Si quieres pelear, hazlo con nosotras- dijeron las dos al mismo tiempo.

Se lanzaron contra el adulto, y lo dejaron fuera de combate pronto. Las dos se dirigieron hacia Len Tao, quien hacía esfuerzos por no perder el conocimiento.

-No te preocupes, curaremos tus heridas- le dijo Maris, con ternura, pero Len no pudo advertirles a tiempo.

Los espíritus de la dinastía Tao se lanzaron hacia los tres. El padre de Len tomó a una con cada mano y las apretó hasta que perdieron el conocimiento. Hubieran podido escapar si no hubieran usado sus escudos para proteger a Len. Fue entonces cuando él le ordenó a Basón que se fuera.

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Basón se los dijo en el viaje, sin dejar de agradecerles por ir a ayudarlos.

-Así que han llegado a su última etapa- dijo Io –Lo que deben sentir por Len es fuerte-

-¿Qué?- exclamé yo, junto con Horo Horo, Amidamaru y Ryu.

-Ana me dijo que la última fase de los portadores de Sombra sólo puede realizarse si la persona quien más quieren está en peligro. Al parecer, Len Tao sentía algo por Maris... Algo fuerte- terminó Io.

Me quedé mirándolo por largo rato. No podía creerlo. Lo de Len Tao era ya imposible de creer, ¿pero Maris enamorada de Len Tao? La cabeza me daba vueltas.

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“Len, ¿estás bien?”

La voz se le apareció en la cabeza cuando estaba inconsciente. Len sabía que era Maris, y sabía que él ahora estaba encerrado en el calabozo. Sentía las cadenas en sus muñecas, y suponía que su hermana –a la que no había visto desde su llegada- también estaría en la misma situación.

“No importa. ¿Están bien? ¿Dónde te encuentras?” le respondió con su mente.

“Creo que en un lugar bien diferente del que tú estás... Han creado una barrera espiritual, y no puedo despertar por más que lo intento”

“Te han encerrado. Los espíritus de mi familia...”

“No te sientas triste”

“¿Por qué me protegiste? Si hubieras usado tu escudo contigo y con Minako...”

“Te hubieran roto las costillas. Hubieran perforado tus pulmones y ahora serían un espíritu más de los que ahora me rodean”

“¿Y Minako?”

“Está conmigo. La siento, pero no puedo comunicarme con ella”

“Le dije a Basón que buscara ayuda. Tal vez Io y Amidamaru vengar a rescatarnos”

“Vaya, le dijiste Io y no Asakura. Has cambiado mucho, mi Len-chan...”

“¿Len-chan?”

“¿No te gusta?”

“La verdad... me gusta si me lo dices tú”

Los espíritus que rodeaban a Maris se sorprendieron de que ella sonriera.

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Hola! YA EL SEXTO CAPÍTULO!!! No lo puedo creer. Como ven, la historia no ha variado mucho con respecto a la serie, pero los cambios empezarán en el próximo capítulo. Dios mío, Maris está enamorada de Len... ¡Y él le corresponde! Las cosas que te muestra la vida...

Chau

Nakoruru

nakokun@yahoo.com.ar

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