Diosas del agua
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7: Una gran batalla
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Cuando Io,
Amidamaru, Horo Horo, Ryu, Tokageru y yo llegamos a la mansión de los Tao, me
sorprendió que no nos atacaran de inmediato. Pero al encontrarnos con cuatro
zombis –uno de ellos era el famoso Shamón, el que había entrenado a Lee Bruce Long,
el zombi de Jun Tao- empezaron los problemas. Mientras Ryu y Horo Horo se
quedaban peleando fuimos a rescatar a Len Tao y a su hermana Jun.
Pero faltaban
Maris y Minako.
-Los
antepasados de mi familia las han encerrado- dijo Len –Las tienen separadas.
Están dormidas, pero no puedo detectar dónde las tienen-
Basón se reunió
con Len, y se alegró mucho al verlo de nuevo. Len trató de esconder que también
le alegraba verlo, pero algo se le notó. La alegría le duró poco, porque
apareció Lee Bruce Long, que se convirtió en un monstruo y empezó a pelear con
Len e Io. Lee estaba bajo el poder del padre de Len y Jun, En. Empezó a pelear,
pero fue vencido. Mientras Jun se quedaba con Lee, nosotros salimos a enfrentar
al padre de Len, ya que –según Jun- sólo si lo vencían se llevarían a Maris y a
Minako.
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“Maris, ellos
han llegado”
“Los he
sentido. Han venido todos, incluso dos Shamanes con dos espíritus acompañantes
que no conozco. Ana no vino. Creo que todavía está resentida”
“Han venido por
nosotras... ”
“Y por Len”
“¿Estás segura?
Había algunos roces entre Len e Io... ”
“Len no es
malo, sólo tenía una visión demasiado cerrada del mundo. Es eso lo que Io y yo
hemos descubierto”
“Yo también lo
sabía”
“Lo que no
entiendo es por qué peleaban Len y su padre”
“Creo que eres
mortal en muchos aspectos todavía... ”
“¿Eso es un
elogio o un insulto?”
“Ellos peleaban
porque el señor Tao quería matarte, para que fueras el espíritu acompañante de
Len”
“¿QUÉ?”
“Tengo un oído
más agudo que el tuyo, y no estábamos fusionadas. Pasaba por allí y lo escuché
todo. Len se negó, y su padre le dijo que estaba confundido, que después se lo
agradecería”
“Dios mío... ”
“Sí, Dios mío”
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Al llegar a la
habitación donde estaban peleando Ryo y Horo mHoro, nos encontramos con que
Shamon –el maestro de Li Bruce Long- el único zombi que quedaba los había
derrotado. Incluso estuvo a putno de matar a Io, pero Lee Bruce Long lo detuvo
a tiempo y Jun Tao logró vencerlo. Después llegaron cientos de zombis, pero a
último momento se retiraron. Len les dijo que se fueran, que ésta era una pelea
que le correspondía a la familia Tao, pero Io dijo que mientras más fueran,
tendrán más ayuda si las cosas sew ponían difíciles.
Len no dejaba
de pensar en Maris. ¿Estaría bien? ¿La habían matado? No podía recibir más
mensajes de ella desde ésa mañana. ¿Acaso ya era tarde? Sacudió la cabeza, y
dijo que nunca dejaría que Maris sufriera por su culpa. Él la había traído a
ése lugar, pensando que su padre aprobaría sus planes, pero salió con otro más
ambicioso y terrible. Cuando todos se enfrentaron a su padre, sentía más que
nunca la rabia que sentía hacia él.
Aunque la pelea
era bastante pareja, Len sentía que esto debía ganarlo él solo. Sólo él podía
liberar a Maris y a Minako, y lo haría por ellas. Por todo lo que le enseñaron.
Al final le dijo a su padre que su pelea era con él, y les advirtió a los otros
que no interfirieran. En Tao sonrió.
-Ah, Len-
empezó –Sé por qué quieres pelear contra mí... Y si ganas recibirás lo que
esperas. Pero si pierdes, deberás seguir con lo que yo empecé a planear cuando
Jun me dijo que habías encontrado a una Portadora de Sombra... –
La apuesta era
fuerte. Io tardó medio segundo en entender, y me lo dijo. Si Len perdía, Maris
moriría. Len aceptó.
-Pero perderás,
padre- dijo, antes de lanzarse al ataque.
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Maris sintió
que la batalla se reanudaba, y entendió enseguida bajo qué condiciones. Minako
no sabía que podrían hacer, ya que la barrera que había entre ellas y Len ahora
era más fuerte que nunca. Los antepasados de la dinastía Tao habían pasado a
atacarlas, y algunos de sus ataques llegaban hasta ellas. No permitirían que
ayudaran a Len de ningún modo.
“Minako,
debemos ayudarlo como sea” le dijo Maris en español con su mente.
“Primero
debemos despertar” respondió Minako de la misma manera.
“No es
necesario estar levantado para ayudar a alguien”
“¿En qué estás
pensando?”
“Lo más seguro
es que varios de los espíritus que nos rodean hayan creado –y usado- el hechizo
de Portador de Sombra, así que será más difícil de lo que pensaba, pero lo
intentaré”
“Oh, no, dime
que no lo harás... ”
“Debemos
hacerlo”
“Yo también
quiero ayudar a Len y a los otros, pero esto podría... ”
“Él corrió más
riesgos que nosotras”
“Pero... ”
“Nunca usé mi poder
de Portadora para someterte, como lo hacen muchos Portadores. Pero si no me
obedeces lo usaré”
“Maris... Si
fallamos... ”
“Al menos lo
habremos intentado”
“...”
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Muchas veces
los espíritus de la dinastía Tao se habían preguntado por qué ella, un ser de
Agua, tenía en su poder una espada, si ésa era el arma de los seres de Fuego*.
No encontraron razonamiento para eso, y decidieron entrar en la mente de Maris
o de Minako, pero la habían cerrado, y sólo se comunicaba con Len. Cuando cesó
de hablar con él, Minako se comunicó con ella. Ahora acababan de hablar en un
idioma que ellos no conocían. Estaban tramando algo. Aumentaron sus ataques,
pero apareció de la nada un escudo espiritual diferente a los que usaban los
seres de Agua, uno más similar a los que antes usaban los Shamanes... No éste
era diferente. ¿Acaso lo estaban fabricando la Portadora y su Sombra?
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Mientras tanto,
Len se resistía a perder. Su padre lo atacaba con todo lo que tenía, y las
fuerzas le empezaban a fallar. Fue entonces cuando Basón escuchó la voz de
Maris.
“Basón, déjalo
en mis manos”
“¡Pero el
señorito me necesita!”
“Están
cansados. Déjenme intervenir, ya que nosotras somos el motivo de la pelea”
“Pero el señor
Tao... ”
“Déjalo en mis
manos”
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Len sintió cómo
Basón lo abandonaba. Estaba por preguntarle qué estaba haciendo, cuando sintió
otra presencia que él conocía muy bien. Pero si ella venía de ésa forma...
“Estoy viva,
sólo he dejado mi cuerpo por unos momentos”
-¿Pero qué
haces?- le preguntó Len.
“Déjame
ayudarte”
-Pero... –
“Háblame con tu
mente”
“¿Ahora qué
haremos?”
“¿Sabes cuál es
el arma de los seres de Agua”
“La lanza”
“Exacto”
“Pero nunca la
has usado... ”
“Te
sorprendería el montón de lugares que hay en Corrientes donde se puede ir de
noche y practicar con lanzas sin que nadie te descubra... ”
“¿Estás segura
de esto?”
“Ahora ya no
nos queda otra”
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En Tao se
sorprendió. Las Portadoras de Sombra eran fuertes, pero nunca imaginó que
pudieran derrotar a todos los fantasmas de su dinastía. Así que empezó a atacar
con más fuerza que antes. Pero algo, una fuerza extraña emanaba ahora de su
Len, y le estaba ganando con facilidad. Ésa Maris era mucho mejor con la lanza
de lo que había pensado, así que renovó sus ataques.
La habitación
en la cual estaban –Tan Wen se llamaba- empezó a caerse a pedazos, las paredes,
que habían resistido siglos sin resquebrajarse, se estaban derrumbando, pero yo
no podía dejar de mirar a Len. Basón había salido de su cuerpo, y había llegado
otro ser... pero no podía saber quién era. Miré a Io, a Horo Horo y a Ryu, pero
ellos tampoco sabían qué estaba pasando.
Cuando las
paredes que estaban de nuestro lado empezaron a caer, salimos de la habitación,
o lo que quedaba de ella. Len y su padre debieron de tele transportarse o algo
sí, porque aparecieron peleando en un campo pelado al lado de la mansión. Los
ví por las ventanas, y les avisé a los otros.
-Tal parece que
ésta pelea dejó de ser de nosotros para pasar a ser sólo entre Len y su padre-
dijo Amidamaru –Amo Io... –
-No
interferiremos- contestó Io –Pero quiero ver qué sucede entre ellos dos-
Salimos lo más
rápido que pudimos. Fue entonces cuando pude ver que el espíritu que estaba
ayudando a Len emitía una energía entre azul y celeste, igual a la que había
rodeado la espada que había usado Io cuando...
-¡IO, ES
MARIS!- exclamé -¡ELLA ESTÁ AYUDANDO A LEN! ¡Su energía es igual a la de la
espada que te prestó! ¡Recién ahora me di cuenta!-
-La suponía,
pero, aún así, me sorprende que ella haya logrado fusionarse con Len con ésa
sincronía... – dijo Io.
-¿Pero Maris
está muerta, don Io?- preguntó Ryu, asustado.
-No, sólo ha
salido de su cuerpo-
-Pero
regresará, ¿verdad?- pregunté, ansioso.
-Sólo si gana-
dijo Io, serio.
-¡¿QUÉ?!-
exclamé. ¿Acaso Maris moriría?
-Si un Portador
de Sombra le da sus poderes a un ser, y éste ser pierde, deberá abandonar éste
mundo. Así me dijo Ana, y yo confío en las dos... En su fortaleza de espíritu-
-Es fuerte, amo
Io- dijo Amidamaru –Me impresiona su poder, pero el padre de Len Tao es también
muy fuerte-
-Confío en
Maris- dijo Io, y se calló.
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“Vamos, Len, no
dejaré que pierdas”
“Yo no dejaré
que él te haga daño... ”
“Si sigues
pensando en eso, perderás. Piensa en la batalla en sí, y concéntrate. Así
podrás mejorar”
Len intentó
concentrarse, y, al aumentar su concentración se dio cuanta que podía predecir
los movimientos de su padre. Pero no era eso lo que más le sorprendía. Él había
creído que su posesión con Basón había sido del 100%, pero ahora sentía que el
y Maris estaban siendo uno solo, sus espíritus pensaban lo mismo en los
mismos momentos, y sentía una gran calidez que no había sentido nunca.
“¿Es esto la
verdadera posesión al 100%?” quiso saber Len.
“No” respondió
Maris “Éste poder es otro. Ahora los dos deseamos algo con todo nuestro corazón,
y eso es el poder más grande que existe”
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El señor Tao
empezó a retroceder. Los ataque de su hijo lo estaban venciendo, y no pudo
hacer nada para evitarlo. Tropezó y cayó, y vio a su hijo lanzarse contra él.
Pero no recibió ningún golpe. Cuando abrió los ojos, Len le extendía la mano,
en señal de paz. Los espíritus que ayudaban a su padre se dispersaron, y el
señor Tao regreso a su forma normal.
-Padre, he
ganado-
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-Len ganó- dijo
Io.
-¿Maris
vivirá?- le pregunté, asustado.
-Sí, no te
preocupes, Manta- me dijo Io, sonriendo.
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-¿Cómo es
posible?- quiso saber el señor Tao.
-He descubierto
una fuerza más grande que la que tú buscas, padre- dijo Len –El poder por el
poder mismo es débil frente a éste, el poder más grande de la Tierra-
-Len... –
-Las personas
no son insectos como pensábamos. A mí me lo demostró una chica latinoamericana,
y a ti tal vez te lo muestre también. Padre, hemos estado odiando a otros
humanos sin conocerlos, tal y como nos odiaron a nosotros sin conocernos. Así
empezó todo. Ahora, esto ha terminado-
El señor Tao se
levantó y le puso una mano en el hombro a su hijo.
-Marisa- dijo
–déjame solo con mi hijo, por favor-
“Nos vemos,
Len” dijo ella, volviendo a salir del cuerpo de él.
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Guuuuuuuuuuuuuuuuts!
AH, QUÉ LINDO!!!!!!!!! Snif, ni yo me imaginaba al principio, éste final...
Bueno, eso cuando termine, ya mismo escribo el siguiente capítulo... Son las
tres de la mañana y sigo escribiendo y no quiero parar!!! Me encantó éste
Fanfic... Mi niña ha crecido tanto!!! Snif, sob, pensar que sólo hace un mes
era poco más que una idea en mi mente, y me da mucha pena despedirme de ella...
Snif...
Después de
mojar tres pañuelos con lágrimas, voy a las explicaciones (snif, mi niña y mi
Len-chan... disculpen, disculpen) sobre las armas *Las armas de los Portadores
de Sombra son, según su elemento; Fuego, espada; tierra, arco y flecha; madera,
dagas, espadas cortas; metal, látigo; y agua, lanza. Según su elemento,
manejarán sin dificultad éstas armas, ya sean las que ellos poseen por ser
Portadores u otras hechas por otros seres. Eso quiere decir que si un Portador
nacido bajo el elemento Tierra participa en un torneo de tiro con arco y
flecha, tendrás más oportunidad de ganar que un Portador nacido bajo cualquier
otro elemento, cualesquiera que sea su signo.
Dios mío, yo no
quería que terminara todo tan rápido... Mi Len-chaaaaaan!!!!!! Sniiiiiif,
sooob, bueno ya, me dejo de llorar –sniiif, soob, bueno, ya!- pero todo lo
bueno termina... Nunca disfruté tanto hacer un Fanfic, y éste va a tener ocho
capítulos... No estaba tan errada cuando dije al principio el número de
capítulos. Pero al fin, debo empezar el siguiente capítulo... Sniiiiiif!
Len-chaaaaaaaaan!!!
Chau
Nakoruru
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