Cuidados Ombligo

 

Cuidados inmediatos

Incluso la piel más limpia es un criadero de bacterias, y el sudor, en pequeñas cantidades incluso, está continuamente arrastrando bacterias desde el pecho hasta la cintura. Por esta razón tu ombligo siempre está expuesto a bacterias frescas, por lo que la limpieza de tu piercing es vital para conseguir una cicatrización correcta. Con unos buenos cuidados, tu piercing cicatrizará con muy pocos problemas; sin ellos, la infección está prácticamente garantizada.

El lavado

  1. Lávate las manos cuidadosamente antes de tocar el piercing o el pendiente.
  2. Elimina las secreciones secas que están en el pendiente usando un bastoncito de algodón o una gasa humedecidos con agua caliente, antes de rotarla; no utilices las uñas.
  3. Aplica el jabón alrededor del piercing y rota el pendiente durante unos 15 segundos para enjabonar el interior del piercing. Deja actuar el jabón en el piercing durante aproximadamente tres minutos.
  4. Aclara el piercing, el pendiente y la piel de alrededor con agua abundante, mientras giras el pendiente unas cuantas veces para sacar el jabón del interior del piercing.
  5. Seca el piercing utilizando pañuelos de papel desechables, bastoncitos de algodón o gasas. A continuación seca el interior del ombligo concienzudamente. Las bacterias viven en los lugares húmedos.
  • No utilices esponja o guante de baño para lavar el piercing. Las esponjas suelen acumular enormes cantidades de bacterias y hongos.

La solución salina

Un lavado excesivo puede irritar el piercing, por tanto, no laves el piercing con más frecuencia de lo indicado a menos que haya sido expuesto a la suciedad, el sudor o a fluidos corporales. Puedes utilizar alguna solución salina para eliminar las secreciones secas entre lavados.

Los enjuagues de solución salina tibia ayudan a eliminar las costras y las secreciones y a aliviar el picor. No es necesario lavar el piercing después del enjuague con la solución salina; en cualquier caso, el enjuague no debe sustituir el lavado. Se recomienda utilizar un vaso desechable. Si notas escozor o te sangra el piercing mientras lo enjuagas, suspende los enjuagues hasta que el piercing haya comenzado a cicatrizar (generalmente durante 1 ó 2 semanas).

Qué no hacer

NO UTILICES Betadine ® (Povidona yodada), alcohol, agua oxigenada, jabones con clorhexidina ni Mirstrato de isopropilo.

NO UTILICES pomadas antibióticas. Las pomadas antibióticas están contraindicadas en las heridas punzantes y pueden ocasionar sobreinfecciones por microorganismos no sensibles. Las pomadas antibióticas no limpian.

No utilices cinturones sobre el piercing del ombligo. El cinturón ejercerá presión sobre el piercing, lo que contribuirá a prolongar la cicatrización, a producir cicatrices excesivamente desarrolladas y antiestéticas, o la migración o el rechazo del pendiente.

El pendiente se dirigirá hacia donde tenga menor resistencia; si lo mantienes torcido hacia un lado, se quedará así. Para prevenir las desviaciones e irritaciones innecesarias, evita que el pantalón se apoye sobre el pendiente y no duermas boca abajo.

Las causas más frecuentes de infección son tocar el piercing o el pendiente con las manos sin haberlas lavado antes, o los contactos con cosas sucias, como la ropa, las sábanas y el pelo. No permitas que tu piercing entre en contacto con los fluidos corporales de otra persona durante el proceso de cicatrización. Esto incluye la saliva.

 

Cuidados de mantenimiento

Durante la primera semana, lávate el piercing del ombligo tres veces al día (mañana, mediodía y noche). Después de la primera semana deberás pasar a lavártelo solamente dos veces al día, por la mañana y por la noche. Al finalizar la segunda semana puedes empezar a lavártelo solamente una vez al día.

Después de que se haya completado el proceso de cicatrización, deberías seguir lavando tu piercing al menos una vez al día, como una parte más de tu rutina de baño o ducha, para evitar el acúmulo de suciedad y células muertas.

El exceso de lavados irrita y reseca el ombligo; la piel se agrieta y se rompe, exponiendo los tejidos subyacentes a la suciedad y a las bacterias. No te obsesiones con la limpieza.

En caso de que tuvieras que utilizar ropa muy ajustada a la cintura, o tuvieras que someter la zona a impactos o esfuerzos durante algún tipo de actividad (deportes de contacto, por ejemplo), puedes colocarte un parche ocular desechable sobre el piercing.

Si practicas deportes u otra actividad física intensa, deberías ducharte inmediatamente después y limpiarte el piercing en la ducha. Si estás expuesto a un ambiente sucio (trabajo en ambientes polvorientos, por ejemplo), lávalo más frecuentemente. Para limpiar la zona fuera de casa utiliza toallitas para bebés o algún producto similar. Tan pronto como llegues a casa es recomendable realizar un lavado completo del piercing.

 

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