Soy Taran Flipadovic, más conocido como Taran de Nish aunque últimamente también me llaman "tripi" porque dicen que cuando están conmigo sufren alucinaciones así que os voy a contar mi azarosa vida desde antes de nacer hasta lo que soy ahora.
Fui concebido en los fuegos del Solsticio de Verano en el año de gracia de 1044. Mi madre nunca quiso decirme quien fue mi padre pero con el paso del tiempo comencé a comprender que no era humano sino elfo o algo así.
Bueno, el caso es que nací en un pueblecito de las montañas de Rumanía. Mi nacimiento no solo supuso una desgracia para la humanidad, sino que también lo fue para mi madre, que se vió obligada a vivir con las burlas del pueblo por que su hijo era especial.
Durante mi juventud sufrí las burlas de los mozos del pueblo, ya que veía cosas que ellos no podían ver. Aún así, no lo pasé mal del todo, pero tuvo que llegar el día fatal en el que se torcieran todas las cosas. En un maravilloso martes y trece, estaba yo tan tranquilo por el pueblo cuando de pronto y sin motivo aparente los hombres del pueblo me atacaron, me decían cosas horribles, me tiraban piedras y todo eso. Entonces mientras la ira se apoderaba de mi noté como me sucedía algo extraño. Cuando alcé los brazos para cubrirme de la lluvia de piedras estas rebotaron hacia ellos impactando a los mozos y despatarrándolos, je, je!
Todos se pararon, podía ver la sorpresa y el miedo en sus rostros, fue entonces cuando aproveché para huir; mientras corría pude oir como alguien maldecía mi nombre pero a ver quien tenía pelotas y se daba la vuelta para partirle la cara.
Todo esto sucedió cuando tenía 20 años. Durante otros cinco estuve vagando por los bosques, tratando de saber que era o en que me había convertido, hasta que por gracia del destino sucedió que:
Iba yo con mi cestita por el bosque (tralara larita) y vi como un hombre estaba siendo atacado por uno de esos seres que solo yo podía ver cuando era pequeño. Y ... en un acto de terrible arrojo y valor decidí ahuyentar al bichejo y rescatar al hombre. El pequeño duende salió corriendo a llorar a su mamá, lo que explica mi enemistad con los duendes. Además el hombre al que salvé resultó ser un mago y decidió enseñarme sus saberes.
El tío me lleva a la ciudad de Nish para enseñarme las ciencias arcanas. El aprendizaje fue una tarea dura. Pasaron los años y por fin era mago. Mi maestro me dió las últimas lecciones antes de salir a hacer el cafre por el mundo:
Cuando acabé mi aprendizaje, contaba con 35 tacos y decidí seguir el consejo de mi maestro así que me encaminé a Constantinopla, con la intención de coger un barco.
El viaje hacia Constantinopla fue largo ya que tuve que atravesar los Cárpatos y los Balcanes, y además peligroso, porque ultimamente, los otomanos presionabn bastante.
Llevaba ya algún tiempo en el camino, cuando a las afueras del pueblo de Diksar, a una semana de viaje de la capital (no escribo Constantinopla que es muy largo) alguién me dió el alto y me pidió mi dinero. Me di la vuelta y vi que estaba rodeado por diez bandidos. Me preparé para hacerles frente cuando de unos matorrales apareció un hombre de piel aceitunada, con una gran cimitarra, ropas negras, un peto de cuero y un turbante. Les pillamos por sorpresa y entre mi habilidad y su sed los dejamos despatarrados a todos. Ese día conocí al bueno de Al-Quantar-Hiya, el supo de mi magia y yo de sus secretos. Desde entonces viajamos juntos pero el resto de la historia será mejos que os la cuente el moro...
Copyright © 1997 MEGAdeAth&David Melgar
ULtima Revision 13 de Enero de 1997