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Superman. Batman. Spider-Man. Hulk. Los X-Men. Durante mucho del siglo pasado, los superhéroes de los cómics han capturado la imaginación de lectores alrededor del globo. Han sido relegados por los adultos como "material para niños", pero un vistazo bajo las capuchas, capas y disfraces en spandex de brillantes colores revela otra historia. Los superhéroes de los cómics reflejan lo mejor y lo peor de la humanidad, tocando historias personales, políticas y sociales en una forma que ningún otro medio puede.
Los superhéroes de los 30s emergieron teniendo como trasfondo el New Deal (como se definió a las políticas económicas entre las guerras mundiales -- Nota del editor) y la Gran Depresión. Fueron fuertes figuras autoritarias quienes, a diferencia de los héroes previos (como Buck Rogers y Flash Gordon -- Nota del editor), vivían en nuestro mundo. Para los 40s, estos superhéroes tuvieron que ir a la guerra contra Alemania. Mucho antes que América entrara a la Segunda Guerra Mundial, Superman fue visto derrotando a los Nazis y Capitán América fue visto golpeando a Adolfo Hitler. Durante la Segunda Guerra, las ventas de los cómics estuvieron más que duplicadas. Pero cuando la guerra acabo, los superhéroes encararon una amenaza aún mas imponente: el Senado de los Estados Unidos. Durante los 50s, los superhéroes casi desaparecieron por completo. Estaban tan fuertemente unidos al New Deal y la Segunda Guerra que muchos superhéroes no pudieron sobrevivir al final de estos eventos. Los lectores ahora buscaban comedias juveniles, historias de vaqueros y cómics de horror. Los pocos superhéroes que sobrevivieron pronto enfrentaron la ira del Dr. Frederick Wertham. Wertham, un siquiatra del Hospital Bellevue de Nueva York, estaba convencido que los cómics y los superhéroes en particular, estaban destruyendo las mentes de los niños. Su libro de 1954 "La seducción del inocente" Seduction of the Innocent, clamaba que Superman permitía a los niños experimentar "fantasías de diversión sádica", Batman y Robin inspiraban pensamientos homosexuales y la Mujer Maravilla era "todo lo opuesto de aquello que las niñas deben ser". La campaña de Wertham llevo a la quema de cómics, una masiva caída en las ventas, vetos internacionales sobre los cómics y atrajo la atención del Senado.
Para los 80s, América encaraba un incremento en la ola de crímenes, altibajos económicos y un sentimiento de impotencia. Los superhéroes bonachones no parecían relevantes y una nueva sangre de antihéroes emergieron. Daredevil, Wolverine, Punisher, y los Watchmen se convirtieron en el nuevo estándar. En esta era "gris y turbulenta", viejos personajes tuvieron nuevos problemas. El abuso infantil fue revelado como la fuente de la ira de Hulk. Batman fue reinventado como un oscuro y más violento vigilante y aún más, tuvo que tratar con el asesinato de su socio, Robin. Para la siguiente década, los cómics continuaron evolucionando. Comics aclamados por la crítica como Sandman de Neil Gaiman mostraban que la mayoría de los lectores de cómics eran sofisticados y buscaban historias adultas. Los cómics ahora trataban frecuente y abiertamente con problemas políticos, sociales y sexuales. Aún así, a pesar de su crecimiento, la industria de los cómics por poco colapsa. Especuladores veían los cómics como una inversión y llevaron al mercado hasta su nivel más bajo. Cuando eso ocurrió, la industria entera estaba cerca a la ruina. Marvel Comics anunció bancarrota y miles de tiendas de cómics fueron cerradas. En el siglo 21, los superhéroes han ganado nueva popularidad. La televisión y los estudios de cine han revivido los superhéroes y los han convertido en estrellas de la gran pantalla. Sobre las páginas de los cómics, los superhéroes están encontrando una renovada relevancia en la vida moderna. Los cómics son una vez mas un lugar para explorar lo mejor y lo peor de la humanidad. |
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