ðHgeocities.com/area51/station/2598/ipar816.htmoocities.com/area51/station/2598/ipar816.htm.delayedxílÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ°ÆŸrOKtext/html€˜w5órÿÿÿÿb‰.HMon, 04 May 1998 08:00:16 GMTüMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *ílÕJr Fauna en el aula

Expediente X

Fauna en el aula

   Una clase repleta de gente es un máster de psicología en potencia. Dentro de esas cuatro paredes, y aderezados con los olores pútridos que causa la masificación, se reúne la flor y nata universitaria; los sufridos estudiantes (o proyectos de serlo).

   Cada universitario/a es un mundo, unos más interesantes, otros más misteriosos, pero ahí están esperando a que alguien los descubra de una puñetera vez. Triste es el momento en el que alguien trata de encasillarnos en un papel o cascarnos un rol determinado. Pero lo neguemos o no, siempre hay un cierto número de personajes que se repiten más que las lentejas en el transcurso de nuestra carrera universitaria. Ahí van unos ejemplos:

   - El Larguero: De la Morena y Butanito lo tienen crudo si un día estos incombustibles comentaristas se pasan al mundo de las ondas. El lunes critican la jornada anterior, el martes lo del “Día después”, el miércoles las paridas de Amézaga y alguna eventual lesión, y el jueves hacen la quiniela para jugar el viernes un partidito y disfrutar el fin de semana con los colores. La liga de veintidós y la Eurocopa han hecho del 96 un año santo para ellos.

   - El Heavy: Es el más entrañable. Bajo esa mata de pelo y esas camisetas de Judas Priest, Metallica o Iron Maiden, se haya oculto un ser tímido que lucha por abrirse camino en una facultad que no sabe comprenderle. Incondicional del cubata obrero y enemigo mortal del sugar metal, son como los osos ibéricos; en peligro de extinción pero muy representativos.

   - Pepelu: Tiene su plumilla e irrita a cualquiera con sus saltitos y ademanes con las manos. Lo gracioso es que siempre está rodeado de mujeres; ellas están tranquilas porque no le temen, y los que le temen están tranquilos porque no está con ellos.

   - Mastín: Es el típico perdonavidas con andares de cowboy escocido. Armario con patas y txapero frustrado, tiene la obsesión de que todo el mundo le anda buscando la boca. Sus expresiones verbales se resumen a un par de frases (seguramente extraídas de alguna película de Stallone). A veces me pregunto cómo llegó a la Facultad.

   - Golden Apple: Es esa chica que corta respiraciones con su tipazo de medidas perfectas. Poco le tiene que envidiar a las diosas de la pasarela, y es que Golden produce más babas en la clase que una guardería repleta de críos. Lo malo de Golden, es que a la salida siempre hay un Mastín esperándola, y nunca acabas por entablar un conversación fluida con ella.

   - Estoy Agobiado/a: Es uno de los ejemplos más representativos de la mala planificación académica universitaria. Ya puede ser Octubre o Abril, que este simpático personaje andará de un lado para otro mesándose los cabellos y buscando denodadamente apuntes extras. Figura en el cuadro de honor de las fotocopisterías y no es raro que le hagan descuentos por cliente fiel. La víspera del examen es un infierno para sus compañeros de piso.

   - Osea te lo juro: Los armarios de ropa de su casa son más grandes que la capacidad neuronal de su cerebro. Van a esssquiar o a hacer churf, sólo por el placer de contarlo después. Sólo ellos podrían hacer caso a los diseñadores sobre lo que se va a llevar este otoño-invierno (aunque fuese una camisa de lunares lolailos). Fruto de una oligarquía en franca decadencia, se lo pasan en grande criticando al resto de la clase.

   - Manué: A bote pronto ronda los cuarenta y el primer día de clase crees que es el profesor. Pero no. Una de dos; o es el eterno estudiante, o es un currante que se esfuerza por progresar. Sólo él nos indica con fiabilidad qué entrará en el examen y en qué grupo es mejor estar. Lo gracioso viene cuando el profesor es un yogurín y éste le pregunta dudas de esas que son cabronas.

   - El Txatxorro: Calcetín blanco, mocasín negro y el chandal que no falte. Peine casposo en el bolsillo trasero y un ligero repeinado afro de colonia a granel en oferta. Se les ve venir por el sello y por ese palillo en la comisura de los labios que lo mismo sirve para escarbar las encías que el pabellón auditivo. No tiene uñas; son mejillones que atesoran con avaricia cuanta más mierda mejor. Incondicionales del “flamenco pops”.

   - Peloto: Una cosa es preguntar en clase y participar, y otra muy distinta es lo que hace este trepa en potencia. Son los Judas de la clase; rastreros busca favores en los departamentos que no dudan en vender a su madre por una matrícula en el expediente. Son como las cucarachas; si sobrevivieron a la escuela o al instituto, es difícil eliminarlos después.

   - Qué me dices: Se pasan todo el día entre susurros mal disimulados por una mano llevada a la boca. Cotillas/os del medio estudiantil, se conocen todos los rollos, devaneos y escarceos variados de los compañeros de aula. Aguardan con impaciencia el día después de una Makrojaia para intercambiar chismorreos. Sólo les falta venir a clase con bata rosa, zapatillas y rulos en la cabeza.

   Y así podríamos continuar con una larga lista de elementos que aderezan la ensalada universitaria. No son mala gente, todos tienen sus pros y sus contras y hasta puede que alguno sea ese que se sienta al lado...o nosotros mismos (esto último es dudoso que lo queramos reconocer).

   Pero no, no nos vayamos a creer que somos tan pobres de personalidad como para ser meramente un rol. Si todavía no nos han echado de la facultad, es que valemos mucho más (exceptuando a peloto naturalmente). Como dirían los futboleros; “los partidos tienen noventa minutos y hay que seguir trabajando”. La Uni es así.

                                                                                                                 © Ipar

Itzuli